No fue el día. Eso sí, la afición respondió como siempre, previa, cánticos, pero, sobre todo, Deportivismo desde el primer momento. Había muchas ganas de esto, de días así y de ambientes así, pero todo salió cruz. Con las ganas del principio y ese «vamos a aguantar que estamos cómodos» y el «Yeray lo va a hacer, lo tengo claro» son las cosas que se respiraban en las gradas del Reino. Sobre todo ilusión y el ambiente de, «no tenemos nada que perder, vamos a por ellos».
Con el inicio empezó lo caliente, como no, el «puta León, puta Cultural» o el «Es cazurro el que no bote, es». Mención especial a la mascota de la Cultural que encendió más el derbi antes de que empezar el partido, señalándose el escudo, aplaudiendo a los más de 1.500 bercianos de las gradas, en fin, dando un show que al terminar el partido sobraba y mucho. El ambiente estaba asegurado y, hasta el momento, la Cultural no asustaba. Hasta que llegó la jugada que marcó el partido, la roja a Mula. Una acción que he de decir que protesté más que el propio banquillo blanquiazul, pero luego lo reconocí, es roja.
La roja de Mula paso del "se lo han cargado, no es roja" al "lo acabo de ver en el móvil, es roja como una catedral"
En la grada rápidamente se escucharon los «manos arriba esto es un atraco» y el «se lo acaba de cargar». Sin embargo, a esa zona no habían llegado las imágenes de la retransmisión donde se ve claramente que es roja a Mula. ¿Desde ahí? Alma y corazón, que son dos cosas que no le fallan a la Deportiva en el terreno de juego.
Y por cánticos y animar no fue, la afición sabía que era muy complicado, pero no imposible, ese es el gen Deportiva, contra todo. Es verdad que ya en el descanso se respiraba ese «no vamos a durar mucho» o el «con el primero de ellos llegan más». Pero la realidad es que se aguantó, eso sí, hasta donde se pudo y bastante fue.
¿Si preguntáis por el árbitro? Mejor no hacerlo a alguien de Ponferrada. Uno partido de estas alturas no lo puede pitar un chico de 24 años o por lo menos que sea imparcial, pero es lo todos los días en Primera Federación. El descanso dio para mucho, risas, el «no lo sacamos ni de locos» y conversaciones locas que solo se respira en las gradas de un terreno de juego. Además de cada ver admitir más que la roja de Mula era roja.
La afición de la Deportiva lo tenía claro: "Puede ser precioso o doler mucho, espero que lo primero"
La segunda mitad arrancó con ese gen Deportiva, pero sabiendo lo que se podía venir, el gol. La tensión seguía y había un tremendo pique entre el Fondo Sur y la parte donde estaba la Deportiva, intercambiándose más que palabras y no de fútbol precisamente. En estos momentos me quedé con una gran frase que resume el partido «Va a ser precioso o va doler mucho». Y tanto que dolió. Javi Rey movió el banquillo y cuando el cambio de Nóvoa podía ser clave, no duró ni un 1 minuto en el partido, un centro y la contra, se rompió. Eso trastocó todo mucho, tanto que llegó el gol, por cierto en dudoso fuera de juego. Repito, no preguntéis sobre el árbitro.
Con el 1-0 se sintió el silencio. Y tengo que decir que no se dejó de creer, aunque era más corazón que realidad. Desde ahí empezaron las típicas frases de «X jugador lo va a hacer, confiad», pero sabíamos que era casi imposible.
De ahí hasta el el saque de esquina de Esquerdo que terminó por encender toda la grada de la Ponferradina, hasta el «A donde va Andrés que quedan seis minutos hombre». Es ahí donde llegó la debacle. Con el portero lejos de la portería y una falta no pitada sobre Álvaro Ramón, que vuelvo a decir que es dudosa, pero que es mejor no citar al árbitro, la Cultural clavó un puñal en el corazón de todos los bercianos.
Se confió hasta el final con Andrés dentro del área, hasta el gol, ahí sonó el "no sé para que vengo"
Y llegó el final del partido. Lo primero era celebrar y luego acordarse del rival, ese fue el orden de la afición de Cultural. En el Fondo Norte hubo más que palabras, como no después de estar picando al rival todo el partido, ahora tocaba aguantar.
El final dio para mucho hasta para acordarse de Yuri, unos cantaron el «saca a Yuri» y lo bercianos respondían con un «Yuri, yuri» tan característico del excapitán de la Deportiva, no se podía dejar que se pisase la leyenda del gran capitán.
Con el pitido final las caras largas en la zona de la Deportiva eran demasiadas, todos cabizbajos y viendo como el Reino se los comía mientras celebraba, pero rápidamente uno de los que estaban a mi lado gritó: «se veía venir, hemos aguantamos mucho con el 0-0» a lo que cuando los jugadores se acercaron, respondió «os quiero, vamos a sacar esto». Pero todavía quedaba lo mejor y fue el show de nuevo de la mascota, con el Reino prácticamente vacío, la mascota desde el túnel de vestuarios se giró hacia la grada y empezó a aplaudir y bailar, algo que la afición de la Ponfe no iba a dejar por alto.
Al final se perdió y de una manera que creo que pocos aficionados hubieran comprado, con la Ponfe con 10, poco se pudo jugar, de hecho intentó llegar a puerta, pero sin peligro. Con todo el día, la previa, el corteo hasta el estadio y llegar para ver una roja en el 27’. Lo que a todos nos quedó claro en esa grada del Reino es que es un día muy duro, pero que de todo se sale y como no, entonar el: «enamorado de la Ponfe».