Desastre, reacción.. y mazazo cuando acariciaba la remontada

El Abanca Ademar cae 34-33 en Guadalajara tras encajar 20 goles en la primera parte y recibir un parcial de 5-1 al ponerse por primera vez por delante a 10 para el final

Jesús Coca Aguilera
28/02/2015
 Actualizado a 03/09/2019
Kristensen intenta batir a Almeida. | JAVIER QUINTANA
Kristensen intenta batir a Almeida. | JAVIER QUINTANA
Otra derrota más a domicilio. Otra ocasión de acercarse a los puestos europeos desaprovechada. Otra vez que la defensa y portería son una condena que te lleva a irte de vacío.

34-33 cayó el Abanca Ademar en Guadalajara tras un partido en el que pesó demasiado el desastre de primera mitad. 20 goles encajó en ella el equipo leonés, lo que llevó a irse cuatro abajo al descanso y a llegar a perder hasta de cinco en la segunda mitad. No se rindió la escuadra ademarista, que reaccionó con las paradas de Rogelio, los lanzamientos de Vejin, el trabajo de Piñeiro en el pivote y los tantos de Carrillo, y se puso a falta de 10 minutos por primera y única vez por delante (28-29); pero, cuando lo más difícil estaba hecho y se acariciaba la remontada, llegaba un parcial de 5-1 que volvía a dar una cómoda ventaja a los alcarreños (33-30) y les permitía acabar llevándose la victoria.

Mikel puso el 33-32 a falta de 25 segundos y, tras fallar Chiuffa, aún atacó y reclamó penalti para empatar el Ademar Clave para ella fue esa primera parte de pesadilla en la que una vez más los leoneses estuvieron bien en ataque, con 16 goles que lo normal es que te permitan irte con ventaja al descanso; pero naufragaron por completo en defensa y portería. Viene siendo habitual en cada salida que una de las dos falle, pero cuando se juntan, el resultado es que un equipo como Guadalajara te meta esa sonrojante cifra de 20 tantos en los primeros 30 minutos. Con Juanlu Moyano ‘bombardeando’ desde nueve metros, Chiuffa letal en cada balón que cogía en el extremo o contraataque y el especialista defensivo Peciña haciendo mucho daño en el pivote en el arranque; el Guadalajara se gustaba ante un Ademar que no encontraba soluciones para frenar el ataque de los manchegos.

3 de 23 fue el porcentaje de la portería ademarista en este periodo, números que hablan por sí solos. Ni funcionó Rogelio, ni cuando se sentó con el 13-10 lo hizo Biosca. Ni servía el 6-0, que tenía un agujero enorme por el centro; ni el 5-1 que colocaba Dani Gordo con 15-12 se convertía en la solución a los problemas que muchas veces ha sido.

¿La consecuencia? Que los locales se fueran con un colchón de cuatro goles (20-16) a vestuarios tras haber llegado incluso a ganar de cinco con el 18-13 que reflejaba en el marcador a los 15 minutos._Y es que en ningún momento llegó a ir por delante el equipo leonés, que iba haciendo la goma hasta que esta se rompió y la brecha se abrió.

Así, del 6-5 se pasaba al 10-6 con un parcial de 4-1; reaccionaban los ademarista para ponerse de nuevo a dos (15-13), pero un nuevo parcial de 3-0 llevaba el choque a esa máxima renta de cinco. Y eso que pudo ser aún peor, pues en el último minuto el Ademar se quedaba con cuatro en pista tras sufrir dos exclusiones, pero en esa doble inferioridad Vejin marcaba y Biosca detenía un penalti, haciendo que al menos los leoneses se fueran con vida a vestuarios.

Los leoneses, que llegaron a estar cinco goles abajo, jugaron en la segunda mitad 12 minutos en superioridad Quedaban 30 minutos para redimirse y, además, los leoneses tenían en el arranque dos superioridades consecutivas para haberse acercado. Pero, en inferioridad, el Guadalajara siguió machacando al Ademar. Tres goles con un hombre menos metieron en los primeros ocho minutos, obligando a Gordo a volver a ‘cambiar cromos’ en su portería devolviendo a pista a Rogelio, y haciendo que se recuperara esa máxima diferencia de cinco (25-20).

Pero, si hay algo que nunca se le puede echar en cara a la escuadra leonesa, es que nunca se rinde. Y esta vez, a la tercera exclusión (seis por cero de los leoneses recibieron en la segunda mitad), el Ademar aprovechó para meterse de lleno en el choque. Empezaba a aparecer el meta Almeida, no estaba acertado Mikel... pero las primeras paradas de Rogelio y los tantos de un activo Kristensen y del pivote Piñeiro encauzaban un parcial de 0-3 que ponía el 25-23 en el marcador. Cuatro intervenciones consecutivas hacía el guardameta, dos ‘trallazos’ seguidos metía Vejin y, en un visto y no visto, los leoneses estaban a uno con el 26-25 con que se llegaba al ecuador de la segunda mitad.

Pero, como suele decirse, las remontadas no son realidad hasta que se completan. Y, justo cuando parecía complicarse al ponerse con dos goles de los extremos otra vez 28-25 el Guadalajara, los de Dani Gordo endosaban a su rival un parcial de 0-4 con el que se ponían por primera vez por delante con el 28-29 a 10 minutos para el final. Rogelio, con problemas musculares, seguía parando; Piñeiro era un coloso y además aparecía un hasta entonces desaparecido Joao para con dos goles seguidos dar esa ventaja a los leoneses.

Había hecho el Ademar lo más difícil y, cuando lo quedaba era rematarlo, los leoneses volvieron a hundirse. Un parcial de 5-1 le endosaba el Guadalajara, liderado por las paradas de Almeida y los tantos de Moyano y Chiuffa, entrando con un 33-30 que a falta de cuatro minutos parecía decisivo.

Empeñado en no darse por vencido, otra vez cuando parecía muerto le volvían las opciones para resucitar... que no aprovechaban los leoneses. Y es que se quedaba con uno menos el Guadalajara por la exclusión de Chiuffa, pero con uno más Piñeiro fallaba un penalti y Vega perdía el balón por pasos, lo que hacía que aunque un tanto de Vejin les pusiera a uno (33-32) a falta de 57 segundos, Padilla batía a Biosca en el siguiente ataque para sentenciar el triunfo y endosar al Ademar una nueva derrota a domicilio pese a que el gol de Mikel a falta de 25 segundos y la pérdida de los locales ante la defensa individual daba a los leoneses un golpe franco (que reclamaban podría haber sido penalti) para empatar que tiraba sin acierto Leo Almeida.
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