La última jornada del VIII FID Ciudad de León Abanca 2024 reunió a referentes internacionales de natación, baloncesto y piragüismo. La primera deportista en salir al escenario del Auditorio de León fue la nadadora olímpica Marta Fernández Infante, que fue entrevistada por el presentador de esta edición del FID Luis Larrodera.
Durante su conversación la deportista hizo un recorrido por su trayectoria deportiva y reconoció que a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 fue con tranquilidad: «Quería disfrutar porque las Olimpiadas son el sueño de cualquier deportista, la medalla de mariposa sabía que estaba cerca, pero me sorprendí a mí misma al conseguir tres medallas. A Tokio fui siendo novata y volví siendo campeona olímpica y nadie te prepara para eso, me convertí de un día para otro en referente, algo que es muy satisfactorio, pero hay que saber gestionarlo». La nadadora burgalesa destacó que su idea en París era competir cinco días y saltar a la piscina diez veces, pero que al final no fue posible, «a la felicidad de conseguir tres medallas en París se une el poder nadar en una final al lado de Teresa Perales, ya que es mi referente».
La siguiente deportista en responder a las preguntas de Luis Larrodera fue Amaya Valdemoro, quién compartió con los asistentes cómo fueron sus inicios: «Yo soñaba de pequeña con ser campeona de atletismo, por eso a los ocho años comencé a entrenar atletismo y a los trece combiné atletismo y baloncesto. Tenía buenas condiciones y a los tres meses de empezar a entrenar a baloncesto ya estaba en la selección de la Comunidad de Madrid, a mitad de temporada en la selección nacional y a los pocos meses después me tuve que ir de casa y comencé a jugar en Salamanca con catorce años».
La exjugadora de baloncesto reconoció que podía fallar una bandeja, pero que todo lo difícil le salía natural. En cuanto a sus referentes, Amaya Valdemoro destacó que cuando era niña no conocía el nombre de ninguna jugadora de baloncesto, así que sus referentes eran atletas como Maite Martínez, Zúñiga o Abascal.
Tras ser despedidas con una gran ovación y con el público en pie, llegó el turno al piragüismo. El Auditorio Ciudad de León recibió a los integrantes del K4 Saúl Craviotto, Marcus Cooper, Carlos Arévalo y Rodrigo Germade y a su entrenador Miguel García, que por la mañana habían estado firmando autógrafos en Villaquilambre. El que fuera abanderado de la delegación española en París, Marcus Cooper, subió al escenario ondeando una bandera del FID, a modo de homenaje del gran honor que ostentó durante los Juegos Olímpicos de París, en los que consiguieron la medalla de bronce.
Los cinco deportistas contaron cómo fueron sus inicios y cuándo comenzaron a practicar el piragüismo. Cooper afirmó que comenzó con doce años con un amigo y fue totalmente vocacional, mientras que Craviotto lo hizo a los seis años «aunque tengo una foto siendo un bebé entres las piernas de mi padre mientras estaba paleando».
De los cuatro integrantes del K4 dos ya han sido abanderados en Juegos Olímpicos. El primero de ellos fue Craviotto en Tokio 2020, "salir al estadio, saludar y que no haya nadie debido a la pandemia es triste, pero me quedo más con la simbología, me imaginaba a mi madre y a España entera viéndome en la televisión, fue un momento inolvidable mirar hacia atrás y ver los ojos vidriosos de tus compañeros". Por su parte, Cooper lo calificó como un momento muy especial, "me cuesta expresarlo con palabras, me decían que disfrutara del momento y me obligué a ser consciente del orgullo que suponía ser abanderado y puedo asegurar que así lo hice, disfruté del momento sabiendo el honor que era ondear la bandera de España".
Sobre aspectos más técnicos el entrenador Miguel García explicó las condiciones que tiene que tener el piragüista para ocupar los diferentes puestos del K4: "El primero tiene que tener la cabeza fría y seguridad para decidir si hay que cambiar algo en plena competición, los dos y tres tienen que aportar mucha fuerza y el cuatro necesita tener mucho tacto y ser ágil, ya que el agua le llega muy sucia". Además, afirmó que tuvieron que modificar la embarcación porque Saúl pesaba diez kilos más que el resto.
Tanto el entrenador como los cuatro piragüistas coincidieron al sentirse muy orgullosos de la final de París, aunque la medalla fuera de bronce. "De todas las finales en las que he participado de la que más orgullo me siento es de la de París por cómo la peleamos y estoy muy agradecido a mis compañeros", apuntó Craviotto.
La octava edición del FID finalizó con la entrega a Saúl Craviotto del Premio FID Ciudad de León 2024. El director del FID, Francisco del Río, desgranó los motivos por los que la Organización decidió otorgarle dicha distinción, destacando su trayectoria deportiva, siendo el deportista español con más medallas olímpicas, y los valores de sacrificio, perseverancia y esfuerzo que le han acompañado durante toda su etapa deportiva. De esta manera, Saúl Craviotto se une al resto de estrellas del deporte que han recibido este premio: Lydia Valentín, Vicente del Bosque, Jorge Lorenzo, Toni Nadal y Rudy Fernández.