Hay momentos que marcan para siempre proyectos. Y para el baloncesto femenino leonés, uno de ellos se vivió hace exactamente este jueves 20 años. Porque ese día un equipo nacido en el patio del colegio de las Agustinas, el Club Baloncesto San José, entonces llamado Acis Mercaleón, lograba dar la sorpresa en Sóller, consiguiendo el que parecía impensable ascenso a Liga Femenina.
Era la primera vez que un equipo de León subía a la máxima categoría, a la que no ha regresado ningún equipo de la capital y sólo ha llegado el Bembibre del resto de la provincia. Y dio paso a media década de éxitos de un conjunto que llegó a meterse en una final de la Copa de la Reina, alcanzó las semifinales de liga y jugó varias temporadas en competición europea.
Sueños cumplidos que empezaron a fraguarse aquel 23 de mayo de 2004, cuando el equipo leonés sentenciaba en Mallorca su ascenso, tras ganar el primer partido en San Esteban, caer en el segundo y jugárselo todo a una carta que salió cara, pues se impuso por 54-64 después de romper el partido en un sensacional tercer cuarto con una gran actuación de Nuria y Gimena.
Tras eliminar al Viladecans, se la jugó todo a una carta con el Sóller, con quien iba 1-1. Le ganó 54-64 en su casa
Pocas veces ha podido ser más cierto que en aquella ocasión la manida frase de ‘un equipo hecho desde abajo’. Porque nació cuando su entrenador, Miguel Estrada, llegó como profesor a las Agustinas, creando un equipo de benjamines que fue creciendo, subiendo categorías y, al hacerse sénior, convirtiéndose en equipo absoluto en Segunda División, donde ganó todos sus partidos y subió a Primera, debutando en 2011 en la Liga Femenina 2 que la Federación creo ese año como categoría intermedia más potente entre las dos máximas divisiones del baloncesto femenino español.
Y ahí en 2003 ya disputó la fase de ascenso, una en la que de no ser por el accidente de dos de sus jugadoras quizá podría haber adelantado un año su gloria, la cual llegaría el año siguiente en esa fase de ascenso donde, tras eliminar en la primera eliminatoria al Viladecans, tumbaban por 2-1 en la segunda al Sóller logrando el soñado ascenso.
El equipo, que jugaba en San Esteban como local, logró subir en su tercera campaña en la Liga Femenina 2
Con Miguel Ángel Estrada de entrenador como desde el primer día de un equipo que presidía Agustín Montoya, el equipo tenía a dos jugadoras de León (Mabel y una Sara Castrillo que estaba ahí desde el principio, pues era una de las jugadoras que empezó en aquel conjunto benjamín que fue subiendo categorías hasta llegar a profesionales) y estaba completado por Gimena Landra (la argentina era la única extranjera de la plantilla), Esther Montenegro, Nuria Ramiro, Laura Muñoz, Esperanza Almorza, Mari Luz Collantes, Patricia Palmero, Raquel Callejón y Marta Ramírez.
Bastantes de ellas no siguieron en el equipo tras ello, pero todas habían logrado ser partícipes del día que cambió la historia del basket femenino leonés. Después llegaría la dulce derrota en la fiesta de la final contra el Canoe y el exitoso recorrido por una máxima categoría en la que estuvo cinco años, los cuatro últimos siempre entre los siete primeros, alcanzando dos veces la semifinal de liga, perdiendo por sólo dos puntos una final de Copa y llegando a cuartos un año en competición europea en la Eurocup, antes de pasar en dos meses de la élite a la desaparición por los problemas económicos.