Diéguez, pivote de emergencia

Con el regreso de Nwakali y la mejoría física de Sabit y Erik, Gallego deberá decidir si mantiene mantiene el cambio de puesto del central de la Deportiva

Javier Fernández
27/12/2022
 Actualizado a 27/12/2022
Diéguez, durante el partido frente al Lugo. | LALIGA
Diéguez, durante el partido frente al Lugo. | LALIGA
A causa de la lesión de Kelechi Nwakali, uno de los jugadores con más relevancia en el inicio de temporada de la Ponferradina, y de las molestias físicas que sufrieron tanto Erik Morán como Sabit Abdulai, David Gallego se vio obligado a reinventar su once titular escasas semanas después de su aterrizaje en Ponferrada. Si bien José María Amo ya había disputado bajo las órdenes de Jon Pérez Bolo cerca de media decena de encuentros en la posición de pivote, el técnico gallego se decidió por echar mano de Adrián Diéguez, otro defensa central. El bagaje del exfutbolista del Fuenlabrada en ese puesto era ligeramente mayor que el de su compañero andaluz. En las últimas cinco temporadas, llegó a desenvolverse en el centro del campo en doce ocasiones, un balance pobre pero suficiente para situaciones de emergencia como esta.

La visita al Ciutat de Valencia fue una primera piedra de toque muy exigente para Diéguez. El conjunto berciano visitaba a uno de los favoritos al ascenso con una línea medular cogida con pinzas, pues solo Agus Medina estaba a pleno rendimiento para ser de la partida. Con Sabit fuera de la convocatoria, Gallego tampoco quiso arriesgar con un Erik renqueante que permaneció en el banquillo. El contexto del encuentro bien es cierto que favoreció al madrileño, pues la Ponferradina se defendió con una gran fortaleza durante los noventa minutos y apenas tuvo ocasión de proponer con pelota. Así, Diéguez concluyó el compromiso como uno de los hombres más destacados con dos despejes, 80% de acierto en pases, un disparo bloqueado y siete duelos ganados en una tarde en la que no fue regateado ninguna vez.

Diéguez había jugado en las últimas 5 campañas 12 veces de mediocentro. El año pasado Bolo usó ahí a Amo Después de las buenas sensaciones para que la Deportiva saliera airosa de Valencia, pasó a ser turno del Lugo poner a prueba el experimento de Gallego. Esta vez, además, con un guion muy diferente, pues eran los blanquiazules los que debían asumir más protagonismo con balón delante de su público y crear juego ante una escuadra rojiblanca replegada. Diéguez fue igualmente de la partida y disputó los 90 minutos, una vez más con buenas sensaciones.

El entrenador modificó el estilo esbozando una línea de tres en salida de balón, con el madrileño apoyando a Amo y Pascanu, y asignándole un marcaje férreo a Manu Barreiro, especialmente para medirse a él en el juego aéreo. Al igual que contra el Levante, las sensaciones fueron gratificantes, y la Deportiva selló la victoria. Esta vez, el jugador zurdo acertó un 70% de los pases que intentó, despejó tres balones y ganó diez duelos, si bien fue regateado en cuatro ocasiones, dilucidando unas carencias normales en el balance defensivo por sus condiciones físicas.

En el último encuentro disputado hasta la fecha, contra el Mirandés, la Deportiva, nuevamente con Diéguez en el centro del campo, cayó derrotada. La primera caída en su ‘nueva’ posición. Estuvo eficaz en el pase (87% de acierto), pero se le notó pobre de la visión de juego y la profundidad propias de un centrocampista al uso, sobre todo para trazar contragolpes rápidos como demandaba el partido. Esta vez, fue sustituido en el descanso en busca de un once más ofensivo para remontar una cita que se torció desde el principio.

Tras el regreso al tajo después del parón navideño, se espera que Kelechi Nwakali se una a las sesiones grupales de entrenamiento, y Sabit y Erik estén en mejor estado físico para que Gallego vuelva a contar con el abanico completo de opciones para confeccionar el centro del campo. Llegado el momento, será turno del entrenador decidir si mantener a Diéguez como ‘5’ o devolverlo a su hábitat natural. Al menos, el experimento se saldó con un aprobado.
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