Dos ovaciones sobresaliendo y cuatro obsequios

Si por algo era especial el día de ayer, era por el número de despedidas tan por encima de lo habitual que se vivían en el Abanca Ademar.
Once jugadores dejarán el club, doce si contamos a un Balázquez que lo hará sin llegar a aterrizar, y nueve de ellos fueron múltiplemente homenajeados este sábado, quedándose fuera de los agradecimientos oficiales Lucin y Natan puesto que oficialmente ni Wisla Plock ni Sporting de Lisboa han efectuado el pago que les llevará a salir.

¿Entre el resto? Dos ovaciones destacaron por encima del resto tanto en la salida al campo como, sobre todo, cuando antes de dar comienzo el choque la directiva hizo entrega de la insignia del club a todos los que se van.

En pie se puso todo el público del Palacio para aplaudir tanto al capitán José Mario Carrillo, que 10 temporadas después vive su segunda y parece que definitivo adiós al Ademar, como a Andrew Donlin, que con su progresión y sobre todo su carácter se ha metido en el bolsillo a las seguidores leoneses; siendo también grande la ovación, aunque no al mismo nivel, que se llevaron Slavic y Feuchtmann y despidiéndose también a Kisselev, Pedro Martínez, Marchán, Gostovic y Piechowski.

Fue uno de los cuatro obsequios que recibieron, uno de los cuales llegó a toda la plantilla. Y es que en un día en el que la inclusión era protagonista, intentando dar visibilidad a la campaña ‘Hazte incluencer’ repartiendo mascarillas con el lema al público en la entrada, los usuarios de Soltra, que crea puestos de trabajo para el colectivo de personas con capacidades diferentes. regalaron a cada jugador un muñeco personalizado antes del inicio.

Lucin y Natan, fuera de los actos al no haberse pagado aún el traspaso. Marc García dijo adiós al balonmano ¿Y al final? Llegaron otros dos. Uno de la peña ‘Grito Ademarista’, que les dio una fotografía personalizada a cada uno de ellos; y otro de sus propios compañeros, que a través del capitán José Mario Carrillo les hicieron entrega de otra imagen encuadrada de la plantilla para que la tengan en la memoria.

Eso sí, no hubo los clásicos manteos ni vuelta al ruedo de otros compañeros, por las medidas de distanciamiento a las que obliga el Covid y porque con la derrota in extremis y los resultados del tramo final no parecían adecuados; por lo que la mayor muestra de alegría fue la del Granollers, que celebró a lo grande el triunfo que quizá en julio acabe teniendo premio.

Y si las despedidas del Ademar eran por irse a otro club, en el Granollers hubo un adiós definitivo, el de uno de los mejores defensores que ha pasado por la competición en los últimos años. Se va del balonmano Marc García tras múltiples batallas con el Ademar en más de una década en la liga, en una gran pérdida para la Asobal, pues ha sido de esos rivales que dignifican este deporte.