El mayor talento del voleibol leonés

Con sólo 15 años la leonesa Alejandra Pérez, que juega en el CV Cuesta Piedra de Tenerife, ya ha debutado en la Superliga 2 y jugado el Preeuropeo con España sub’16

Jesús Coca Aguilera
04/06/2019
 Actualizado a 18/09/2019
Alejandra Pérez se dispone a realizar un saque durante un partido con su club.
Alejandra Pérez se dispone a realizar un saque durante un partido con su club.
Alejandra Pérez nació en León, donde vivió hasta los nueve años y aún regresa cada verano y navidad. Pero hace seis, motivos familiares le llevaron a irse a vivir a Santa Cruz de Tenerife, donde se inició un camino que ahora mismo le convierte en una de las grandes promesas del voleibol español.

En la capital leonesa jugaba a baloncesto en las filas del Agustinos. Pero cuando se fue a Canarias se enganchó al voleibol, un deporte en el que no ha dejado de crecer y con sólo 15 años ya ha debutado en la Superliga 2 (segunda máxima categoría de España) y ha ido convocada con la selección nacional sub’16, con la que jugó el Preeuropeo.

Unos datos que asustan y dan muestra del talento que atesora esta leonesa, que milita en las filas del Club Voleibol Cuesta Piedra y juega tradicionalmente en la posición de cuatro, de opuesto, si bien «también lo hago de central, soy bastante todoterreno», y destaca «sobre todo en ataque».

Alejandra se fue a vivir con 9 años a Canarias, pero vuelve «cada Navidad y verano» a León. Juega en la posición de 4 Son algunas de las cualidades de Alejandra Pérez, que llegó a este deporte casi por casualidad tras desencantarse con el basket estando ya en Tenerife. «No me gustaba la forma en que lo hacíamos aquí y recuerdo que en el pabellón de al lado jugaban a voleibol. Entonces mi padre, que había tenido de profesor a Valladares en los Agustinos en León, me sugirió que lo probara, lo hice y me enganchó desde el inicio», cuenta la jugadora de ese primer contacto con un deporte que «la verdad es que me tomé muy en serio desde el inicio, pero quizá no fue hasta el año pasado, que empecé a ir con la selección canaria, cuando fui consciente de que aparte de divertirme se me daba bastante bien».

«Este año sólo he jugado con el equipo de Superliga 2 en casa, el año que viene ya me dijeron que cuente con ir a los viajes» Fue el inicio de una explosión que ha vivido su punto álgido este año, en el que ha jugado «con mi equipo, el cadete, pero también con las juveniles y el de Superliga 2, con el que debuté el 20 de octubre frente al Valladolid».

No fue algo puntual, sino que fueron varios los encuentros en los que acabó actuando esta temporada con el primer equipo, «aunque todos en casa, en los de fuera no he ido, si bien ya me han avisado de cara al año que viene de que me tendrán en cuenta también para los desplazamientos».

«En León jugaba a basket, pero mi padre, que había estado con Valladares, me sugirió el probar el voley y rápido me enganchó» Aunque por supuesto, como para cualquier jugador de todo deporte, si hubo algo especial fue esa llamada de la selección, la cual no llegó de improviso sino tras un proceso que comenzó «con una concentración española con muchas niñas a las que los entrenadores querían ver jugar en directo. Ahí, el último día, el técnico habló conmigo y me dijo que quería llevarme al amistoso entre España y Polonia que se jugaba en Valencia».

Una situación que lógicamente desató la alegría. «¿Mi reacción? Me quedé callada, pensando que no podía ser, no me lo creía porque no me lo esperaba,pensé que iba a ser el último entreno de esa concentración y luego cada una para su casa... Fue tremendo, no tengo ni palabras para definirlo, es representar a tu país y no es algo a lo que llegue todo el mundo. El primero al que se lo dije fue a mi padre que estaba allí».

«Cuando me dijeron que iba a la selección me quedé callada pensando que no podía ser. No me lo esperaba, fue tremendo» Con España sub’16, además de debutar en ese amistoso contra Polonia en Valencia, disputó luego en tierras polacas el Preeuropeo, donde se midieron también a Suecia y Alemania, no pudiendo conseguir eso sí la clasificación pues quedaron terceras. «Sólo pasaba un equipo, fue una pena, pero hicimos una buena actuación», recuerda Alejandra, que pese a estar lejos de su tierra recuerda cómo «vuelvo a León siempre en las vacaciones largas, porque tengo allí familia, amigos...».

Fue un primer paso importante en una carrera que promete. Con sólo 15 años, siendo aún cadete el próximo año y mientras estudia 3º de la ESO, su trayectoria provoca que no se vea dónde tiene su techo. Pero puede estar más alto que el de ninguna otra jugadora leonesa de voleibol en la historia...
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