A nivel de objetivos tangibles, el Abanca Ademar ya no tiene nada por lo que luchar. La derrota en Torrelavega dejó al Ademar sin la última bala que le quedaba para meterse en Europa, la de una posible segunda invitación de la EHF, y teniendo en cuenta que la última jornada es el imposible del FC Barcelona le queda como techo el séptimo puesto que actualmente ocupa y que supone igualar su peor resultado en la Asobal desde el año del debut.Con una victoria hoy lo sellaría, puesto que le saca dos puntos a un Puente Genil al que tiene ganado el golaveraje, pero por encima del resto ganar es importante para dejar un buen sabor de boca a una afición que se ha llevado ya demasiados disgustos, y porque cuando se trata de un derbi el partido va más allá de lo que supongan los puntos.
Contra su gran rival, el Atlético Valladolid, se despedirá el Palacio de Deportes de los partidos oficiales hasta el mes de septiembre. Será este sábado a partir de las 18:30 horas, con la retransmisión de La Liga Sports TV, cuando el Ademar juegue su último choque de la temporada en casa, en una jornada de despedidas y donde el lesionado Boskos será el único ausente.
El Valladolid llega tras lograr tres victorias seguidas que le han sacado del pozo y dejado virtualmente salvado El griego es uno de los que abandona el club, al igual que Tiago Sousa, Kim, Panos, Zanas Virbauskas, en principio también Deividas Virbauskas y un Antonio Martínez que por ser leonés y formado en la cantera protagonizará el adiós más especial de la tarde.
Enfrente estará un conjunto pucelano que estaba en una situación dramática pero ha tomado aire tras lograr tres victorias seguidas, las cuales le han dejado virtualmente salvado y hacen que sólo necesite un punto más para lograr la permanencia matemática.
Dirigidos por un exjugador ademarista como David Pisonero, la escuadra pucelana viene de ganar a tres rivales directos (30-25 al Sinfín, 29-33 al Cisne y 30-22 al Anaitasuna), rompiendo así una racha de tres derrotas seguidas que incluían un 30-31 ante Guadalajara que había hecho saltar las alarmas.
El equipo pucelano tiene lesionados a sus 2 extremos zurdos: D’Antino y Manu. Boskos, baja ademarista Tienen la baja por lesión de sus dos extremos zurdos: su máximo goleador en cuestión de tantos por partido como es D’Antino y Manu García, lo que ha provocado que el canterano Oriol Blanco se vea obligado a tener un protagonismo inesperado.
El ataque se mueve al ritmo que marca Borja Méndez, que dirige y es una gran amenaza con sus penetraciones, si bien el máximo goleador vallisoletano es el pivote Álvaro Martínez, que está cuajando su mejor temporada y promedia más de cinco goles por encuentro desde una posición en la que además sufre habitualmente el 6-0 ademarista.
Su gran estrella en la primera línea es el lateral zurdo José Toledo, que no ha marcado no obstante las diferencias que se esperaban en su vuelta a Asobal y no llega a los tres goles por partido de media con apenas un 58% de efectividad en el lanzamiento. Junto a él concentran el protagonismo en esos puestos de lateral y central el que fuera jugador del Ademar Darko Dimitrievski y el brasileño Tarsicio Freitas, puesto que Miguel Martínez ha dado este año un paso atrás en su evolución.
Con César Pérez de referente en una portería donde está otro ex más de los leoneses como Yeray Lamariano, Robert Rosell es el referente defensivo y Miguel Camino y Dimitrioski las amenazas desde el extremo sano de un Valladolid frente al que el Ademar aprovechará para homenajear y presentar en el descanso a todos los equipos que forman su cantera.