"Fue una experiencia increíble, me tomo estos Juegos como un aprendizaje"

La leonesa Sara Aller asegura que "hace diez años estaba conectada a un respirador y me gusta mirar atrás y ver orgullosa lo mucho que he conseguido"

11/09/2024
 Actualizado a 11/09/2024
Sara Aller consuela a su compañero en la prueba por parejas de los Juegos. | COMITÉ PARALÍMPICO ESPAÑOL
Sara Aller consuela a su compañero en la prueba por parejas de los Juegos. | COMITÉ PARALÍMPICO ESPAÑOL

Con 29 años, sólo tres después de empezar a jugar a la boccia y justo al cumplirse una década desde el accidente de tráfico que la dejó en una silla de ruedas, la leonesa de Benavides Sara Aller se estrenó en unos Juegos Paralímpicos. Una experiencia inolvidable que recuerda en La Nueva Crónica.

– ¿Qué le deja esa experiencia en los Juegos Paralímpicos?
– Siempre te lo pintan como algo increíble, la meta que tiene que alcanzar un deportista, lo máximo, y para mí ya ha llegado. Al principio fue duro porque no me acompañó la salud, pero fue una experiencia increíble, en mi cabeza me costó procesar que estaba en unos Juegos, me pilló todo de nuevas, pero ha sido una gran experiencia. 

– ¿Qué problema de salud tuvo?
– Tuve una infección de orina que me subió al riñón y estuve tomando antibióticos y calmantes. Para la competición individual me afectó, luego por parejas ya me encontraba mucho mejor. 

– ¿Cómo era el día a día en París?
– Pues los días antes de la ceremonia nos lo pasamos casi enteros en el Pabellón con sesiones de entrenamiento, no tuvimos casi ni tiempo a ver la Villa hasta  el cuarto o quinto, porque madrugabas muchísimo, igual te levantabas a las 5 de la mañana y no te acostabas hasta las 11. Esto no es sólo el partido, es alto rendimiento y tiene esas cosas.

«Esperaba algo más, tuve un problema de salud y para la cabeza fue difícil de asimilar competir a un 40 o 50% 

– Más allá de lo puramente deportivo, ¿cómo fue la experiencia de estar en la Villa Olímpica?
– A mí me parecía la ciudad del futuro, con todos esos taxis eléctricos. Era una experiencia ver a tanta gente con otro tipo de discapacidades, de normal vas por la calle y te  miran como pobrecito, pero era increíble ver allí con admiración a tanta gente que ha conseguido llegar al mayor evento deportivo del mundo.

– ¿Cuál es ese encuentro que más disfrutó en la Villa Olímpica?
– Me encantó estar con Judith Rodriguez, la esgrimista, y con la nadadora Teresa Perales. Son personas que admiras, que conoces de redes sociales y tratan de conseguir lo mismo que tú, llegar a lo más alto en unas Paralimpiadas. Y bueno, luego el encuentro con la Reina que fue bastante surrealista.

– ¿Cómo fue esa charla con Letizia Ortiz? ¿Cómo se produce?
– Estaba justo a punto de marcharme en bus, cuando me vinieron a avisar de que estaba la Reina viendo la boccia. Así que fuimos a las gradas otra vez, primero habló mi entrenador con ella, luego bajó de la grada y vimos el partido juntas durante una hora. Me preguntó por el encuentro en sí, se interesó por mi vida, qué me había pasado, a qué me dedicaba... Fue muy muy cercana y le agradecí mucho que viniera a vernos, porque es una disciplina muy minoritaria, a la que no se la da la misma importancia que otros, que tiene pocos apoyos, y eso ayuda.

«Si no tienes nervios en esta competición es que no te corre la sangre por las venas. Me falta más experiencia»

– ¿Cuál es ese momento de los Juegos Olímpicos que nunca olvidará?
– Salir al campo a jugar en la competicion por parejas y ver a mi familia en la grada. Eso no se compra ni con todo el dinero en el mundo

– ¿Qué tal fue la ceremonia de inauguración por los Paseos Elíseos?
– Al ver en casa la de los Juegos Olímpicos, yo creo que en el Sena los enfocaron poquito y que fue menos vistosa que la nuestra, que ibas paseando y tenías la oportunidad de saludar a la gente. Creo que lo disfrutamos más.

– En lo puramente deportivo, ¿le deja un poco fría el resultado?
– Sí que esperaba algo más, pero cuando tienes que dar el 100% y estás a un 40 o 50, para la cabeza es difícil de asimilar. Son mis primeros Juegos y me lo tomo como un aprendizaje. Mi discapacidad, al ser una tetraplejia a nivel cervical, necesita más reposo que otro tipo de actividades y debo cuidar los descansos, te centras en vivir esto y lo otro porque eso puede ser una vez en la vida, pero hay que priorizar la competición. 

«Mi objetivo realista era Los Angeles 2028, con Paris ni contaba. Es la meta de un deportista y ya la alcancé»

– ¿Afectan también los nervios?
– Claro, si no tienes nervios en esta competición es que no te corre la sangre en las venas. Los intentas controlar, de hecho yo trabajo con un psicólogo deportivo que para mí ha sido un antes y un después estar con él, pero afectan.

– ¿Le queda una espina clavada sobre todo en la prueba por parejas que a priori las opciones eran mayores?
– La plaza la consguimos en parejas y sabíamos que teníamos muy buen juego,  pero no hay que buscar más de donde no hay. Al final él vive en Girona y yo en León, para ir al Preolímpico nos concentramos dos días antes y en los Juegos no hubo previa, necesitamos poder entrenar más y a mí me falta más experiencia que a él, que es mi ejemplo en la boccia.

– Si hay que quitarse esa espina, por edad Los Angeles 2028 es algo viable...
– Es que mi objetivo realista eran Los Angeles, con París casi no contaba, que llevo  poquito en esto de la boccia

– Tres años jugando a ella y ya ha conseguido esta clasificación.
– Cuando te pones a hacer balance de  este tiempo... uf. Al final mi compañero lleva 19 jugando, le pongo mucho valor al esfuerzo hecho.

«El momento más especial fue saltar a jugar y ver a mi familia en la grada. No se compra con dinero eso»

– ¡19! Le quedaba lejísimos todavía cuando él empezó hasta ese accidente de tráfico que le cambió la vida...
– Justo este año se cumplen diez años del accidente. A mí me gusta mirar atrás, otros prefieren no hacerlo ni para coger impulso, pero es de donde vengo. Hace 10 años estaba en una cama con un respirador y ver lo mucho que he conseguido me hace sentir orgullosa.

– Decía al inicio de la entrevista una frase, que «de normal te ven por la calle y te miran como pobrecito». ¿Los logros deportivos conseguidos han cambiado la percepción en Benavides?
– Acabo de llegar y no he salido casi ni a dar un paseo por el pueblo, pero te paran, te solicitan, te dan la enhorabuena y un montón de apoyo... Aquí te valoran por lo que eres y ese es el mayor premio que puedes tener en la vida.

– ¿Cómo fue esa vuelta a casa?
– Fue a la estación a recibirme mi familia, con pancartas. Pero he llegado derrotada por el cansancio y estoy recuperando en casa, preparando el pregón de las fiestas que doy este año. 

– Doy por hecho que la boccia no permite una dedicación exclusiva...
– No, la boccia no nos da de comer. Estoy dedicándome a entrenar, desde que tuve el accidente me he dedicado a hacer rehabilitación y mejorar, pero en octubre tengo una revisión en el Hospital de Toledo y me gustaría preguntar si puedo sacar el carnet de conducir, para ver si puedo buscar una vida menos dependiente, y luego quiero hacer un curso o meterme ya en algo.

– Y en la boccia, ¿cuáles son los próximos objetivos?
– Queda alguna competición internacional este año pero no iremos ya, no sé si por no haber presupuesto. En 2025 hay Europeo en Zagreb y en 2026 Mundial en Corea.

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