La lucha leonesa siempre se alimentó de gestos, tanto humanos como deportivos, pero los humanos han sido tal vez los que más veces han saltado a la memoria colectiva por ese componente emotivo. Este sábado, en la Gala Final de Temporada que se celebró en el Auditorio Café Quijano de Azadinos.
Vaya por delante, aunque hubo más noticias y momentos emocionantes, que el nombre de la noche fue el de un joven luchador, Carlos Mondelo, de Santibáñez de Porma, que se llevó tres de los trofeos cuyo ganador se conocía ayer pues la mayoría de los que se entregaban era a los ganadores de corros y trofeos, ya conocidos ya que dependían de las clasificaciones y victorias.
La emoción de Carlitos, más allá de lo habitual, tenía una explicación. Después de una carrera prometedora en base, cerrada con el mazapán del luchador que más rivales tiró en el Ribera contra Montaña de Quintana de Rueda, se fue, decidió cambiar la lucha por el fútbol, en el que también destacaba en las filas de la Cultural.
Mondelo había dejado la lucha por el fútbol y regresó este año en homenaje a su amigo Jorge Iglesias
Pero hace poco más de un año la vida le golpeó donde duele mucho, en la amistad, cuando se llevó a su compañero del alma compañero: Jorge Iglesias. En la Iglesia de Renueva, entre lágrimas, dijo que regresaría para brindarle a su amigo alguna victoria. Lo hizo en Prioro pero, a buen seguro, el más feliz del mundo ayer, donde esté, fue Jorge;y el más emocionado, aquí en Azadinos, fue Carlitos.
Se llevó a su casa los tres trofeos más importantes que faltaban por conocerse:La Copa Concejo de 11 onzas de plata al Luchador Revelación;el Trofeo Chuchi de La Ercina a la Nobleza en la lucha leonesa y también el luchador debutante pues, como se apuntó, se había ido y no regresó hasta este año. No le salían las palabras a Carlos Mondelo, las lágrimas dicen mucho más.
La gala también sirvió como despedida al presidente Ángel Rivero, que no se presenta a la reelección
En el resto de la gala se sucedieron las entregas de lo ya ganado, aunque sí se conocieron algunos ‘nuevos’, como el Corro Mejor Organizado para Villafañe, o la novedad del premio a la veteranía con el factor de corrección que le dio la victoria a Priscila y Caberín.
El otro momento emotivo fue la despedida del presidente Ángel Rivero, también emocionado, después de seis años al frente de la Federación. Habló de logros como la Federación propia, la televisión en directo, la igualdad de la lucha femenina o el corro nocturno. Dijo que seguiría al lado de la lucha leonesa siempre, aunque no fuera presidente, y cerró con un ‘Viva la lucha leonesa! ¡Viva León!, antes de recoger un recuerdo del alcalde y diputado provincial, Roberto Aller, que regresó de Bilbao sin tiempo para comer.