Por segunda vez en la última década y cuarta en el siglo, a la Ponferradina le toca vivir la cara más amarga del fútbol. Derraman los bercianos esas lágrimas que duelen por encima de ninguna otra en el mundo del deporte, que son las que llegan por perder una categoría. Porque el descenso que parecía inevitable desde hace dos semanas se confirmó este domingo en Huesca, donde el insuficiente empate (1-1) logrado por los bercianos hacía que ni siquiera se pudiera recurrir a las matemáticas. Provocaba quela Deportiva debiera decir adiós, o más bien hasta pronto, a la Segunda División.Todo tras un partido que fuel fiel reflejo de su temporada, de un año que se podría resumir en frases que comenzarían con ‘y si’. Y si se hubiera dado continuidad al gran arranque de temporada para no entrar en la dinámica negativa de la que ya no se salió. Y si se hubiera cambiado antes, después o de manera distinta el responsable del banquillo. Y si hubieran subido al marcador esos goles sobre la bocina que te dejaron sin victoria en días claves.
También en El Alcoraz los hubo. Porque si alguien tenía los nervios a flor de piel, más que una Deportiva que había asumido su situación, eran los jugadores del Huesca y una afición que les despidió con pitos al descanso y se los ofreció cuando las cosas no salían. Y al que de haberse puesto la Ponferradina por delante habría podido descomponer.
Con 0-0 Naranjo se plantó ante Andrés tras un balón largo, pero su disparo dio en los dos palos y se salió Por eso, puede recurrirse al y si hubiese entrado la clarísima ocasión de Naranjo. Porque a los 24 minutos, en la primera llegada al área rival de los bercianos, un pase largo desde la defensa ponía a Naranjo ante el meta, tirando desde la frontal al tener cerca un zaguero y superando con su envío raso a Andrés, pero estrellándose el esférico primero en un palo y después en el otro.
Una jugada de billar que deja claro que, aunque ni mucho menos se puede achacar a la suerte el resultado de toda una temporada, esta este año tampoco ha acompañado. No tuvo más la Ponferradina pero llegó al descanso con 0-0 porque el Huesca sólo intimidaba a balón parado, con el guante de Marc Mateu convirtiendo en peligro cada saque de esquina y Rubén Pulido mandando el balón ligeramente por encima del larguero en el remate más claro tras ellos.
Entonces, cuando la Ponferradina empezaba a ir a más y a volcarse sobre la portería rival, llegó el mazazo. Había tenido cuatro minutos antes su mejor ocasión el Huesca, cuando Obeng tiraba dentro del área tras un mal despeje de Chakla, y acababa de introducir Juanfran un triple cambio pero de hombre por hombre y sin cambiar el sistema arriesgando más, algo que no haría tampoco en el tramo final. Y llegó el 1-0.
San Román despejó mal y Javi Martínez, en dudosa posición que el VAR revisó varios minutos, marcó el 1-0 Tiró Marc Mateu desde la frontal un potente zurdazo y despejó muy mal San Román, dejando muerto en el área pequeña un balón al que llegaba antes que nadie Javi Martínez. Fue un gol con suspense, puesto que el atacante estaba en una posición muy dudosa, con las líneas del VAR de atacante y defensor casi pegadas, pero tras varios minutos decidiendo que era gol. ¿Y si hubiese estado sólo un milímetro más adelantado?
Sin embargo, cuando todo estaba tan complicado que la Deportiva podía haber dejado de creer, Ale Díez se inventó un golazo que les dio esperanzas. Cogió el balón pegado a la banda derecha, recortó a dos defensores y tras pisar área estando muy escorado se soltó un disparo con efecto al palo largo que superaba a Andrés Fernández y colocaba el 1-1 en el marcador.
Ale, con un tiro con efecto tras dos recortes, empató. Andrés evitó que una gran jugada de Lacerda fuera el 1-2 Y llegó el tercer ‘ y si’. ¿Y si Lacerda hubiese finalizado bien en el minuto 90 la jugada en la que cogía el balón en su campo, se iba de todos los contrarios que le salían al paso y acababa llegando al área rival y sacándose un tremendo ‘zapatazo’? Pero tampoco llegó a buen término, porque Andrés despejó bien el balón y el descuento murió con el Huesca aguantando el balón en el córner y sin que la Deportiva volviera a acercarse al área rival.
Tras cuatro años seguidos en Segunda, tocaba despedirse. El milagro no se completaba. El descenso que se fraguó durante meses se confirmaba este domingo.