Durante los últimos años, la Copa del Rey ha sido un torneo sin apenas aliciente para el Abanca Ademar. Por un lado sabes que pensar en ganarla es una quimera con la abismal superioridad del FC Barcelona. Por otro, si te toca por el lado del cuadro del conjunto blaugrana, automáticamente ves eliminadas las opciones de lograr el gran premio que se pone en juego que es una plaza europea. Y por último, en el caso de los leoneses, llegaban al torneo sabiendo que la opción de ir a Europa estaba encarrilada a través de la liga.Sin embargo, en esta edición es diferente. El cuadro se te presenta abierto, con el tercer clasificado primero y probablemente el segundo después (el cruce es con el ganador del Benidorm-Bidasoa) pero sin el rival imbatible por el medio. Y además, el torneo se antoja como el camino más viable hacia Europa, puesto que la locura del calendario y el hecho de que los leoneses sean el único equipo de los ‘mortales’ que lo compaginan con competición europea, hace que en estos momentos los leoneses sean octavos, aunque a sólo dos puntos del cuarto puesto y a cuatro del tercero, posiciones que en función de quién sea el finalista en Copa marcarán quién es el último equipo que se clasifica para la próxima Liga Europea.
¿La primera parada de ese camino? Llegará este viernes, en el poco habitual horario de las 12:00 horas, cuando en un Wizink Center de Madrid con público aunque limitado a un máximo de 1.500 espectadores, el Abanca Ademar se mida a la gran revelación liguera, un BM Huesca que es tercero y que ya venció a los leoneses hace menos de un mes.
Lucin, Khalifa y Marchán regresan a un Ademar que muchos meses después podrá estar al completo ¿La mejor noticia para los de Manolo Cadenas? Que muchísimo tiempo después y salvo bajas de última hora, podrá contar con toda su plantilla, incluidas las tres piezas claves que llegarán descansadas tras no viajar a Rusia ni Macedonia: el meta Khakifa, el central Lucin y el pivote Marchán, que se encuentra mucho mejor de las molestias en su rodilla.
Con Carrillo y Gostovic de vuelta tras sus lesiones y con especial protagonismo en las últimas citas para el zurdo, que durante muchas semanas estuvo en el ostracismo, y con el gran papel ante el Chehov de Antonio Martínez, hay hasta un problema para hacer el descarte, puesto que Casqueiro ha rendido a gran nivel en los dos últimos choques ligueros y su aportación defendiendo en el dos le puede hacer tener minutos.
Enfrente un Huesca que, sin excesivos cambios con respecto al equipo que el año pasado estaba en descenso cuando se frenó la competición por la pandemia, lleva lanzado desde octubre, cuando empezó su escalada tras un mal comienzo de liga en el que perdió sus tres primeros partidos.
Desde entonces, dejando de lado los dos imposibles que son los partidos frente al Barcelona, lleva 15 victorias en 17 partidos, habiendo perdido únicamente con Anaitasuna y, por la mínima, frente al Valladolid; imponiéndose por ejemplo 27-24 al Ademar el 11 de febrero o 29-23 al poderoso Bidasoa en el último partido de liga.
El bloque y la defensa es la clave como suele ser habitual en los equipos de Nolasco, pero si hubiera que destacar un nombre en ataque sería el del pivote Iván Montoya, una ‘pesadilla’ en seis metros al que buscan constantemente.
Excluyendo al Barcelona, el Huesca ha ganado 15 de sus 17 últimos partidos. Su pivote Montoya, la amenaza Su juego combinativo y la búsqueda de contras a través de su férrea defensa hace que los extremos, con Adriá Pérez y Carmona de referencias, tengan un enorme protagonismo; poniendo en la primera línea Marcelo y Joao Pinto el lanzamiento desde los laterales, Tioumentsev la veteranía y gran lectura de partidos en los momentos claves desde el centro; y el joven Sergio Pérez el desparpajo a los mandos de un equipo donde ha sido clave en el paso adelante.
La aportación del portero portugués Espinha, que llega en un gran momento de forma, es otra de las claves de un Huesca donde Gucek, Asier Nieto y Benites lideran el 6-0 defensivo y Malo, Oier García y Mosquera como jugadores de campo y Argüillas bajo palos completan su fondo de armario.