La imposibilidad de compatibilizar cargos en dos clubes deportivos de la misma disciplina que señala la Ley del Deporte ha llevado a esta decisión tras la entrada a título personal del director general de Aspire en el Alcorcón, que recientemente ha pasado a ser de su propiedad junto al empresario norteamericano David Blitzer. González, hombre de confianza de Bravo y que llegó a la Cultural de su mano, reconocía este lunes en un desayuno junto a los medios tener con él «un vínculo muy fuerte que me hace imposible no darle mi apoyo en estos momentos especialmente fundamentales de una apuesta personal tan fuerte, así que me veo obligado a buscar la mejor fórmula para contribuir a que le vaya bien a Iván Bravo y a la Cultural, pero ante la imposibilidad de mantener cargos ejecutivos en ambas voy a pasar mis funciones y responsabilidades a una persona que se incorporará de forma inminente al club».
Así anunciaba Ignacio González su relevo, sin señalar por el momento su nombre aunque asegurando que «va a contar con mi apoyo y asesoramiento, de hecho ya lo tiene, para que asuma mis funciones y además los criterios de gestión se mantendrán igual porque vienen trasladados por Aspire, no son una elección personal». No será el nuevo consejero delegado una persona de Aspire, sino alguien «cuyo currículum le avala» en una transición «ordenada y dentro de una misma estrategia», pero sí lo será quien sustituya a Iván Bravo como consejero y en una vicepresidencia «que tiene un papel más funcional que operativo».
La cifra de negocio del club ha pasado de ser de 400.000 euros a cerca de 4,5 millones en Segunda BCon el adiós sobre la mesa, aprovechó Álvarez para hacer balance de los cuatro años al frente del club, en los que considera que «se han cumplido con creces todos los objetivos que se había marcado la propiedad» dejando, según señaló «una Cultural preparada para afrontar cualquier reto». El ya exconsejero delegado de la entidad explicó que Aspire se había marcado a su llegada los objetivos a nivel estructural de «fortalecer la reputación corporativa y proteger la suya propia, sacar a la sociedad de una situación que era crítica, fortalecer la situación financiera y de generación de recursos y mejorar los procesos operativos».
Dejó claro Álvarez que la Cultural «ha cumplido sus objetivos con las administraciones e instituciones, no ha habido ninguna situación que supusiera un menoscabo para el club, hemos estado al día en todos los pagos con empleados y proveedores en las fechas que nos marcamos y se ha fortalecido de forma muy notable la reputación del club y de Aspire, que quizás era el objetivo más incondicional».
Reveló también que al club le resta por pagar «entre 50 y 100.000 euros» correspondientes al concurso de acreedores en el que estaba inmerso y a los que hará frente antes de la próxima primavera.
La Cultural defiende sus intereses a todos los niveles de forma discreta y por los cauces debidosHablando de cifras, sin duda uno de los grandes titulares que dejó el ejecutivo fue la espectacular evolución en lo que se refiere a la generación de recursos propios por parte del club más allá de una aportación de Aspire. En ese sentido afirmó que a su llegada la Cultural generaba una cifra de negocio de en torno a 400.000 euros por temporada. El pasado año, en la misma categoría, el club generó «cerca de 4,5 millones de euros, 10 veces más, mientras que en Segunda la cifra se fue a más de veces derivado de los derechos televisivos dando un beneficio de más de 400.000 euros». De hecho, reconocía Álvarez «haber preguntado a la gente que más tiempo llevaba aquí por la última temporada en la que se habían dado beneficios y nadie me lo sabía decir, sabiendo que por supuesto no hubieran sido nunca de esa magnitud».
Es por eso que la conclusión que dejaba Álvarez de su paso por la Cultural es que «más allá de Aspire, lo relevante es que la Cultural ha multiplicado por 10 su capacidad de generar ingresos».
Del mismo modo también alabó la transformación operativa del club en cuanto a venta de entradas y abonos, merchandising, soportes publicitarios, apuesta por retransmisiones televisivas y diversas opciones de generar beneficios.