Impotentes ante los mejores y con un agujero gigante atrás

El Ademar cierra la primera vuelta como el equipo más goleado, con casi 33 tantos de media por partido, y con sólo dos puntos frente a los diez primeros

Jesús Coca Aguilera
14/12/2021
 Actualizado a 14/12/2021
Virbauskas, Santista y Semedo, con Bomastar bajo palos, intentan frenar el ataque del Granollers. | SAÚL ARÉN
Virbauskas, Santista y Semedo, con Bomastar bajo palos, intentan frenar el ataque del Granollers. | SAÚL ARÉN
Si la temporada acabara con los clubes en su actual posición, el Abanca Ademar tendría que disputar una eliminatoria frente al tercer clasificado de Plata, a ida y vuelta con el segundo encuentro en León, y perdería la categoría en caso de descender.

Y es que en una situación inimaginable en el comienzo de la temporada y que no se veía en la escuadra ademarista desde el año del debut en la liga Asobal, en el que acabaron desciendo precisamente en la promoción pero salvaron posteriormente la categoría en los despachos, el club leonés cierra la primera vuelta en la antepenúltima posición de la tabla.

Entrar en Europa, al menos vía liga, es prácticamente imposible con el cuarto puesto que garantiza el acceso a nueve puntos y el quinto que también podría hacerlo en función de quién sea el finalista de Copa a ocho. Y asegurar la salvación, algo que lleva décadas dándose por hecho, se ha convertido en la principal meta de la segunda vuelta, sobre todo porque sin los fichajes que van a llegar la sensación es que sería complicado conseguirla, al menos sin ese cruce a vida o muerte.

Ademar ni siquiera compitió. De sus 9 derrotas contra los 10 primeros, seis fueron por 5 o más goles de diferencia Impotentes ante los mejores y con un agujero gigante atrás se han mostrado los de Manolo Cadenas, condenados por las pérdidas pero sobre todo por su horroroso balance defensivo y el pésimo rendimiento del 6-0 en estático.

Son de hecho el equipo más goleado de la Asobal, con casi 33 tantos encajados por encuentro (concretamente 32’86 al haber recibido 493 en 15 partidos) que superan notablemente los de la segunda peor defensa, la de un Cuenca que con 466 recibe una media de 31 goles por choque.

Ni Bomastar ni Papantonopoulos han estado a buen nivel bajo palos ni nadie ha funcionado atrás, naufragando la defensa tanto en el centro como en el segundo, con los teóricos especialistas superados y jugadores como Virbauskas, Boskos o Kim convirtiéndose en el jugador al que atacaban los rivales cada vez que se situaban ahí.

El segundo equipo con peor defensa, Cuenca, recibió 27 tantos menos de los que lleva ya encajados Ademar ¿La consecuencia? Que salvo la exhibición frente al Bidasoa, el oasis en el desierto que ha sido el Ademar y donde doblegaron de principio a fin al equipo que cuando recupere sus dos aplazados lo normal es que se ponga segundo, haya sido claramente superado por todos los conjuntos de la zona media alta de la clasificación.

Nueve derrotas y ese triunfo ante los irundarras es el balance de los de Cadenas ante los 10 primeros. Dos puntos de 20 posibles y además muchos encuentros en los que ni siquiera lograron competir, pues han perdido seis encuentros por cinco o más goles (frente a Barcelona, Benidorm, Huesca, Granollers, Nava y Puente Genil) y sólo uno (con Logroño) fue por la mínima.

Le salva al Ademar que al menos, frente a los otros cinco equipos que junto a ellos ocupan los seis últimos lugares, el balance sí es de cuatro triunfos y un único tropiezo, el de Cuenca, pues ganó en casa al colista Antequera y al Valladolid, y se impuso en las pistas del Sinfín que ocupa la otra posición de descenso directo y del Torrelavega.
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