‘La cátedra’ enseña el más difícil todavía, "ganarse a sí mismo"

Javier Oblanca logra una nueva victoria con 50 años y bate otra vez su propio récord, ganando junto a los dominadores La Roca, Tomasuco y Pedro Alvarado

21/07/2024
 Actualizado a 21/07/2024
Priscila Martínez y Luzma Carcedo mantienen un vibrante duelo en la categoría de medios femenina. | SAÚL ARÉN
Priscila Martínez y Luzma Carcedo mantienen un vibrante duelo en la categoría de medios femenina. | SAÚL ARÉN

Serían las ocho y cinco de la tarde cuando Javier Oblanca Sánchez, de Villabalter, era convocado al centro del corro de Villafañe para luchar la final de un nuevo corro. La Cátedra Ambulante estaba ante la posibilidad de batirse a sí mismo pues ya tenía el récord de ser el luchador más longevo en ganar un corro. Curiosamente venía de una batalla tremenda, con empate a caída y media y en desventaja a cuatro segundos del final del tiempo. Su rival, paisano, amigo y también ilustre veterano era José Luis Ares. Quiso aguantar los cuatro segundos Ares, hubo una caída de remolino en la que Ares tocó antes con la cabeza. Hizo un gesto a medio camino de pena e incredulidad y ya tenía extendida la mano amiga de Javi Oblanca.

En la final le esperaba el líder, Florián Yugueros, ganador de dos de los tres corros disputados, un chaval en forma pero que no las tenia todas consigo.

- ¿Te la preparará Javi?

- No sería la primera vez, te recuerdo que cuando batió el récord en Riaño me ganó a mí.

Y tenía razón. Se la preparó. Se le adelantó Javi pronto con una media cadrilada, muy eficaz, y que se te ponga Javi por delante es peligroso. Se repuso Flori y a la hora de la verdad, poco después de las ocho, se enfrascaron por abajo y ahí La Cátedra tiene recursos, colocación y el don de la oportunidad. Y se llevó el combate, el corro y la puerta de la historia, para ocupar una plaza que ya era suya y experimentar qué significa “ganarse a sí mismo, tal vez lo más difícil”.

Flori le levanta. Javi no parece haber hecho nada. El más feliz es su hermano Jesús; el tercero, Víctor, Oblanquina, también presente como si lo hubieran intuido bromea: “Y pensar que de esta familia el bueno era yo”.

- ¿Cómo lo has hecho, Javi?

-  ¿La verdad? No lo sé. De hecho no me había encontrado bien al inicio del corro, no me salían las cosas.

- La lucha es así, diría Miguelín.

Y se va. Con el cinto puesto y flojo, el andar cansino de la batalla, la cabeza agachada, la sonrisa disimulada y de camino a Omaña, donde le espera una celebración comunal y otra familiar, que allí sí saben lo que son los aluches. Él subirá repasando historias  de la lucha, que tanto le gusta, como le gustaría dedicárselo a Cayo de Celis, que le enseñó algunas de estas cosas que le permitieron abrir una cátedra. 

Venían detrás las categorías con «padres» claros por el momento, dominadores en estos compases iniciales, pero en los que el público espera nuevas batallas. Son Moisés Vega, tan Roca como en sus mejores tiempos; Tomasuco, para el que empieza a no haber palabras para contar las cosas que hace; tenía razón Sergio cuando decía que «solo es posible llevarle si le das una maña perfecta, como te desvíes un milímetro te crucifica» y, finalmente, Pedro Alvarado, impresionante, cada día gana con más facilidad..

Moisés estuvo en Moisés. Primero ganó a Víctor Llamazares y en la final se encontró con su alumno y paisano, David Riaño, que venía de sufrir mucho con Carlos Fernández. No se intuye fuga de agua en la Roca de Cistierna, o al menos no la encontraron ayer.

Y lo de Tomasuco. Pide paso a los luchadores de época, aunque añade interés, y mucho, la presencia de Adri, que ayer derrotó a Rodri Fuentes en uno de los combates más rápidos y fulminantes de la tarde, y en la final le arrancó media caida a Uco, que no es ninguna tontería, pero... habrá que dejar que siga creciendo Adri, recién llegado al peso y a disfrutarlo que, además, Tomás es de los que añora la batalla y los apuros, para intentar salir de ellos.

Ya se metía la noche cuando los luchadores de pesados salieron a escena, muchos aficionados se fueron o, como decía el presidente, “los echamos durando más de tres horas”. Contribuyó a no alargar demasiado el corro la velocidad que le mete Pedro Alvarado a sus combates. En la final, con Unai del Campo, la primera caída fue en tresno cuatro segundos; después logro media el de Lillo y el antiguo Kamikaze remató nuevamente a la misma velocidad.

Buenas noches y hasta mañana.

CLASIFICACIONES

Ligeros:

1º: Javier Oblanca, de Villabalter

2º: Florián Yugueros, de Sorriba del E.

3º. Mario Alonso, de Burgos

4º: José Luis Ares, de Villabalter

Medios:

1º: Moisés Vega, La Roca de Cistierna

2º: David Riaño, de Cistierna

3º. Carlos Fernández, de Velilla de la Reina

4º: José Luis García, Chelín de Puente  Almuhey

Semipesados:

1º: Tomás González, Uco de La Vecilla

2º: Adrián Rodríguez, Adri  de Villavente

3º. Rodrigo Fuentes, La Perla de Prioro

4º: Alberto Del Cojo, de Los Espejos de la Reina

Pesados:

1º: Pedro Alvarado, de Cistierna

2º: Unai del Campo, El Potro de Lillo

3º: Jesús Quiñones, de San Cipriano

4º: Goyo González, de Villamuñío

FEMENINA

Dóriga, ‘la colona antigua’, gana junto a Bea y Priscila

Arrancó la lucha femenina con la ausencia de Mireia, la líder, ya que la Escuadra de las Colonas viaja desde Madrid y no siempre va a ser posible. Ayer no lo era. Se notó y, sin ella y la connivencia del sorteo que no las emparejó, la final parecía escrita para las dos clasificadas en segunda posición: Bea Riaño, La  Pelirroja de Oro, y Sandra, la de Valdesogo. Fue  un combate muy de sus armas, Sandra logró adelantarse con una entera ‘por abajo’ y decidió resistir contra viento y marea, a pesar de recibir una amarilla por su defensa numantina. Aguantó lo que pudo pero en ya en la recta final Bea sacó uno de esos empujes de raza, con su poderosa cadera, y acabó llevándose el corro. Respiró profundo cuando se dirigía a recoger la caja de productos de la comarca, entre los que había botellas de licor: «Esto que no se vea», decía con su sonrisa de deportista y pronto licenciada en Medicina.

Medios, también sin colona, tiene en esta fase inicial una clara batalla abierta, entre Luzma Carcedo, la racial y actual campeona, un torbellino;_y Priscila, recién subida de ligeros pero dura como una piedra y luchadora siempre, a la que se le notan, y mucho, las horas de entrenamiento.

Fue un combate a cara de perro, las dos saben que no hay concesiones y más después de hoy, cuando Priscila parecía llevar a Luzma aflojó  la intensidad y vio cómo ‘La Pantera’ le dio la vuelta a la caída y se le colocó con una caída y media por delante que no puso nerviosa a Priscila, pues acudió a lo que sabe, lucha y mañas, y levantó una final que se le estaba complicandom y mucho.

La batalla continúa.

 Aunque «la escuadra de las colonas»_nuevas, como se ha dicho, no acudió a la cita de Villafañe, sí estaba la más antigua de este grupo, Lucía López Dóriga, la cántabra que ya comenzó a luchar el año, que ya sabe lo que es ganar un corro y, vaya por delante, ganó nuevamente ayer con todo merecimiento en Villafañe, como se debe hacer, ganando en la final  a la líder de la categoría y la luchadora que mejor venía luchando hasta ahora. La cántabra siempre es seria, maneja muy bien la cadera, se defiende bien y  pilló a la contra a una Edi que perdió la imbatibilidad que venía manteniendo en los tres corros celebrados hasta ahora.

Se abre una nueva etapa, hay más gallos en el corral. 

CLASIFICACIONES

Ligeros:

1ª Beatriz Riaño, de Cistierna

2ª Sandra López, de Valdesogo de A.

3ª Elena Blanco, de Santibáñez

4ª Ana Díez, de Prioro

Medios:

1ª Priscila Martínez, de León

2ª Luzma Carcedo, de Villanueva del C

3ª Rebeca Martínez, de La Matica

4ª Amaya Burón, de Argovejo

Pesados:

1º: Lucía López Dóriga, de Santander

2ª: Édili García, Edi dePuente Almuhey

3ª. Paola Sánchez, de Ciguera

4º: Paula Blanco, de Santibáñez

Archivado en
Lo más leído