El Casino Club Peñalba de la capital leonesa acogió ayer la segunda de las mesas redondas con olímpicos leoneses que organiza La Nueva Crónica y que en esta ocasión tuvo como protagonistas a diferentes mujeres que han conseguido participar en unos Juegos Olímpicos en diferentes momentos de los últimos 32 años.
La primera de las cuatro que ayer expusieron sus experiencias olímpicas a los asistentes fue Nieves Fernández, que en Barcelona 1992 participó en las pruebas de tiro de precisión, una cita que recuerda «como el examen final después de toda la preparación de muchos años» si bien reconoce que «la presión que me puse me superó». Unos Juegos especiales por ser los únicos celebrados hasta ahora en España y que deja «recuerdos imborrables» especialmente en la convivencia en la villa olímpica.
Cuatro años más tarde Rocío Ríos entraba en el Estadio Olímpico de Atlanta 1996 como quinta clasificada de la maratón, todo un logro para esta leonesa criada en Asturias que asegura que los Juegos Olímpicos «son otra historia, el sueño de cualquier deportista». 49 veces internacional, recuerda con cariño aquel día en el que «incluso le pregunté al juez si me quedaba una vuelta, porque no me lo creía».
Pocas deportistas leonesas pueden presumir de haber estado en tres Juegos Olímpicos. Una de ellas es la exgimnasta Carolina Rodríguez, que compitió en la modalidad por equipos en Atenas 2004 e individual en Londres 2012 y Río 2016, donde se convirtió en la gimnasta más longeva en lograrlo llevándose además un diploma olímpico. Para ella los Juegos «son un sentimiento, el luchar toda una vida y premiarte con algo tan bonito». Una fábrica de anécdotas como coincidir en el comedor de la villa con el nadador Ian Thorpe «y después de verle siempre por la tele te impacta tenerle al lado comiendo hamburguesas sin parar».
Olímpica en Tokio 2020 y de nuevo lo será en París en unos días, Mireya González podrá sacarse la ‘espinita’ de haber vivido unos Juegos plagados de restricciones. «Lo que más eché de menos es el pabellón con público, pese a todo la experiencia fue increíble, trabajar con los mejores deportistas del mundo al lado es lo que hace diferente a los Juegos Olímpicos».