El Museo de la Radio Luis del Olmo de Ponferradaacoge esta mañana (a las 11 horas) una presentación realmente especial, pues además de un libro podría considerarse además un acto de justicia pues supone poner luz sobre la biografía de un importante personaje del deporte leonés y el gran pionero del ciclismo en León e, incluso, en España pues fue el segundo español en finalizar el Tour de Francia, concretamente en 1924. Durante mucho tiempo se había incluso pensado que había sido el primero pues al español José María Javierre le habían afrancesado el nombres en las clasificaciones —Josep Habierre—y le tomaban por francés. Bien es cierto que si ha tenido algún reconocimiento; en su pueblo la plaza lleva su nombre, y en Torrelavega le han dedicado una calle, pero su figura no ha alcanzado el reconocimiento que merece su biografía deportiva.
El libro en cuestión se titula Victorino Otero Alonso, ‘El Soldado’. Sufrir y vencerse; y su autor es el escritor y periodista cántabro Ángel Neila Majada, que estará en el acto acompañado en el acto por algún representante del Instituto de Estudios Bercianos, que colabora la presentación, y el periodista César Fernández.
Victorino nace en San Andrés de las Puentes en 1896; en 1903 la familia emigró a Francia y trabajó de aguador
Empezando por el principio, su condición de berciano, habría que recordar que Victorino Otero Alonso, según recoge el libro que ahora se presenta en Ponferrada, «nace en San Andrés de las Puentes (León) el 21 de octubre de 1896 (esta es la fecha que consta en su acta civil de nacimiento). Es hijo de Ángel, que tiene 28 años de edad, y de Ángela, de la misma edad, siendo ambos naturales de este pueblo berciano. Los abuelos paternos, Bartolomé y Lucía, asimismo naturales del mismo pueblo, son ya difuntos cuando nace Victorino, mientras que los maternos, Crisanto y Toribia, también son de la misma naturaleza, siendo él viudo».
Con 14 años comenzó a participar en carreras con buenos resultados hasta que regresó a hacer la mili
Siendo todavía un niño Victorino esta familia berciana emigró a Francia, como tantas otras, después de sufrir la desgracia de ver cómo se quemaba su casa en dos ocasiones y con solo dos años de diferencia y, además, uno de ellos provocado inconscientemente por el entonces niño Victorino. «Cuando tenía siete años tomó un barco en Barcelona con su padre, que marchaba a trabajar a Marsella, en su profesión de tejero. Victorino hizo de aguador en la misma fábrica de su progenitor; más tarde se empleó en un almacén de vinos y terminó en el obrador de una confitería. Para entonces ya tenía su propia bicicleta y hacía carreras por la comarca marsellesa. A los catorce años corría su primera prueba en infantiles a los dieciocho años, cuando el francés Thys repetía si triunfo en el Tour, Victorino sacaba la primera licencia federativa. Participó, con fortuna, en algunas pruebas por las inmediaciones de Marsella y obtuvo éxitos, especialmente en ciclo-cross».

Ya había dado sus primeros pasos como ciclista en Francia pero tuvo que regresar a España para hacer el servicio militar, concretamente en Santander, la tierra que marcaría su futuro, según recuerda su biógrafo. «En Santander hizo presente su condición de corredor, y en seguida los hermanos López-Dóriga le apoyaron y ahí arrancó su etapa cántabra, tierra en la que se asentó hasta su muerte, poniendo un negocio de bicis».
Hizo el servicio militar en Cantabria y se afincó en Torrelavega, donde puso un taller de bicicletas al retirarse
Así cuenta el libro la llegada del leonés a Santander: «Se talla en el ayuntamiento de Torre del Bierzo, y a principios de 1918 se hace el sorteo en la caja de Reclutas de Astorga, y le toca ir a Santander, donde ya estaba en el mes de febrero. Le licenciaron mediado 1918. Antes recibía la gran noticia del nacimiento de su primera hija, allá en Marsella, en donde había dejado a su esposa en la casa de los padres de ella. Con la cartilla militar en la mano tomó la bicicleta y al tren, y al día siguiente estaba en casa». El matrimonio tuvo 6 hijos.
No era la primera vez que el periodista cántabro Neila Majada se fijaba en la figura del leonés. «Ya le había dedicado un capítulo al leonés en un libro anterior sobre la biografía deportiva de Vicente Trueba ‘La Pulga de Torrelavega’. De aquel capítulo, con muy pocas cosas más publicadas sobre Otero —algunas con inexactitudes— y con mucha investigación he compuesto esta biografía», recuerda el autor de esta que es un verdadero regalo para la historia del deporte en León, aunque no encontrara excesiva colaboración en esta tierra. De hecho, la idea del autor era que la biografía viera la luz en 2024, cuando se cumplía un siglo del año que Otero finalizó el Tour de Francia, un hecho que Neila insiste que fue «la gran gesta» del leonés pues, recuerda, «hay que pensar en las bicicletas, los medios que tenían y que la carrera francesa tenía etapas realmente ‘matadoras’, de kilometraje y recorrido».
Jamás abandonó la bicicleta, participó en carreras de veteranos y venía en bici de Torrelavega a su pueblo
El libro, con una exhaustiva labor de investigación, recoge aspectos como el interesante palmarés completo de Victorino Otero, pero también su faceta humana de este personaje que jamás se separó de su bicicleta;tanto por montar un negocio de bicis en Torrelavega como por participar con frecuencia en carreras de veteranos o desplazarse en bici, varias veces lo hizo desde Torrelavega a su pueblo natal. «Aunque Otero se retira del ciclismo en 1928, la bicicleta es para él algo más que una pasión, es su vida. Disputó los campeonatos de España de veteranos de 1946, 1947, 1948 y 1965, este último en su tierra, León. En 1968, año olímpico, se fue a México con su bicicleta. También estuvo con su bicicleta en Moscú. En 1975, con 79 años de edad, da la vuelta a España (4.337 kilómetros repartidos en 43 etapas) junto a su amigo Isidoro Alonso, entonces de 64 años de edad». También se dedicó a organizar carreras y formar jóvenes ciclistas en Cantabria.
Todo un personaje que ahora regresa a Ponferrada, en forma de libro gracias al trabajo de un periodista cántabro que ha querido poner luz sobre su andadura, la carrera de Victorino Otero Alonso ‘El soldado’. Sufrir y vencerse’.
Un palmarés con 16 victorias y el gran éxito: finalizar el Tour en 1924
En el palmarés de Otero hay 16 victorias desde 1918, que ganó tres carreras, entre ellas la Vuelta a Santander, hasta 1928, que dejó de competir, aunque siguió en Veteranos. Sumó 16 victorias en carreras como el Campeonato de Castilla la Vieja; los circuitos de Gijón o San Sebastián;varias carreras en Francia; y tiene la Medalla de Plata de la Federación al Mérito Deportivo (1971). Pero su gran gesta fue finalizar el Tour del año 1924, en el puesto 42. En 1923 abandonó.