Cuando Lydia Valentín pasaba por la zona mixta del Foro Internacional de Tokio el pasado 2 de agosto de 2021 lo tenía muy claro: «Aún queda Lydia para rato». No era un momento fácil para la berciana, que acababa de marcharse de la que hoy ya sabe que fue su última competición por unos problemas físicos que, más de dos años después y ya con un diagnóstico en la mano y meses y meses después de pasar por médicos, readaptadores y fisioterapeutas, han terminado por obligarle a poner punto y final a su carrera.
Porque la haltera de Camponaraya, la deportista leonesa más laureada de todos los tiempos, anunciará el próximo jueves en un acto en el Comité Olímpico Español su retirada. Lo deja al no haberse podido recuperar de esa lesión de cadera ya crónica que aparecía poco antes de esos Juegos Olímpicos de Tokio, a los que llegaba forzada por el cambio de peso y un caótico sistema de clasificación que la dejó fuera del suyo al sufrir una inoportuna gastroenteritis previa al Europeo de 2021. Un cóctel de ingredientes que la llevó a no estar como quería en Tokio y que finalmente le ha terminado costando un adiós lejos del que soñaba.
La berciana empezó a sufrir con la cadera meses antes de competir en Tokio y no ha podido recuperarse
La berciana reconocía en la capital japonesa el haber llegado allí con ese pensamiento de poder ser su última competición, si bien el no poder competir al 100% y el reencontrarse con la experiencia olímpica le habían llevado a querer luchar por retirarse después de competir en condiciones en unos últimos Juegos, los de París 2024. Sin embargo, tras intentarlo de todas las maneras, en Madrid y los últimos meses en Galicia con un especialista, la realidad de su cadera se topó con la necesidad de competir ya, en el Mundial de Arabia Saudí de la pasada semana en el que su participación era obligatoria para seguir con opciones de estar en París. No lo logró y eso la dejó fuera de cualquier opción de volver a ser olímpica por quinta vez y completar el sueño de ser la abanderada española en las aguas del Sena, donde tendrá lugar la ceremonia de inauguración.
Una retirada adelantada a su deseo que no empañará una carrera absolutamente espectacular que la llevan a convertirse en una de las mejores deportistas de la historia de España en una disciplina en la que el país jamás había tenido referentes. A sus 38 años Lydia Valentín lo deja tras haber logrado tres medallas olímpicas (oro en Londres 2012, plata en Pekín 2008 y bronce en Río 2016) que en solo una ocasión pudo celebrar en el momento debido a los casos de dopaje que años después la llevaron a subir incluso a lo más alto del podio, así como dos títulos mundiales y otras 2 medallas y 4 campeonatos de Europa además de otros 8 podios continentales.
El jueves en Madrid, rodeada de todos los nombres que le han acompañado a lo largo de su carrera, la repasará y recordará sus mejores momentos en una despedida en la que estará rodeada de lo más granado del deporte español con el presidente del Comité Olímpico Español Alejandro Blanco al frente.