Lydia Valentín recibió este jueves el oro que el dopaje de tres de sus rivales le impidió disfrutar en el podio de Londres 2012, un título olímpico que ratifica a la berciana como una de las deportistas más importantes de la historia española y con medallas continentales y mundiales en su haber, en la legítima reina de la halterofilia mundial.
El acto trató de resarcir a la de Camponaraya de la injusticia que ha marcado su carrera. Tres veces medallista olímpica, solo en Río pudo disfrutar de la gloria que supone subirse a un podio en unos Juegos, aunque la ceremonia celebrada en la sede del Comité Olímpico Español, rodeada de compañeros, amigos y las máximas autoridades del deporte español, logró emocionar a la berciana. «Ahora mismo quiero disfrutar de este oro olímpico que es historia para mi país y mi deporte», confesó.
Y es que Lydia Valentín ha logrado que todo el país se enganche a una disciplina minoritaria y en el que hasta su irrupción, la mujer era prácticamente invisible. A base de medallas, campeonatos y títulos, la haltera ha conseguido «dar visibilidad» a su disciplina y se ha convertido además en un icono del juego limpio. «Esta medalla es el fruto de tantas horas de dedicación e inversión», apostilló.
Para conseguirlo, su familia fue un apoyo fundamental. Así lo reconoció la propia Lydia, que no pudo contener las lágrimas y agradeció a sus seres queridos el esfuerzo y aliento incondicional que le permitieron y siguen permitiendo brillar en un deporte «duro y sacrificado». «Sin ellos nada de esto hubiera sido posible».
La secretaria de Estado para el Deporte, María José Rienda, destacó el valor de las medallas conseguidas por la berciana para poner el valor la figura de la mujer en un mundo en el que la equiparación sigue muy lejos de conseguirse. «Eres un referente mundial que ha roto barreras y estereotipos», destacó.
Por su parte, el presidente del Comité Olímpico Español (COE), Alejandro Blanco, recordó que será difícil que vuelva a surgir una deportista «excepcional y única» como Valentín, una mujer que combina “éxitos y valores”.
El sueño de ser abanderada
Valentín ya ha asegurado en más de una ocasión que los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 supondrán su despedida del deporte de élite, una traca final a la que la berciana le gustaría poner el broche siendo la abanderada de la selección española.
«El hecho real es que ninguna chica española tiene tres medallas en tres diferentes Juegos. En masculino está el gran Saúl Craviotto, que tiene cuatro, y por justicia tendríamos que ser él o yo», afirmó.
«Obviamente, voy a mirar por intentar que sea yo. Pero creo que al final es cuestión de justicia. Si fuera mi caso estaría encantadísima. Ojalá sea así, voy a rezar por ello», apostilló.
Y es que una vez recibidas las medallas –aunque aún espera recibir los premios económicos que hubiera supuesto el título olímpico en su momento–, Valentín quiere pasar página y volver a centrarse en lo estrictamente deportivo. «Ahora mi foco es el Europeo, el Mundial y la clasificación para Tokio. Y dar el 200 por ciento como siempre», sentenció.
El orgullo de Camponaraya
Entre las múltiples personalidades, Lydia pudo sentir nuevamente el calor de su Camponaraya natal. Eduardo Morán, alcalde del municipio, se desplazó hasta la capital de España para trasladarle el cariño y admiración de sus vecinos a la campeona berciana.
Morán suscribió las palabras de la secretaria de Estado y, visiblemente emocionado, aseguró que «se ha hecho justicia». «Lydia es un icono del deporte, del deporte limpio, una deportista para la que hace tiempo que se han acabado los calificativos. De la verdadera magnitud e importancia de su legado nos daremos cuenta dentro de unos años. Mientras tanto, sigamos disfrutando de sus logros, todavía le quedan muchas alegrías que darnos», sentenció.