Mallorca 1 - Ponferradina 0: 'Lejos del Toralín, ni contra diez'

La Deportiva no pudo encadenar su segunda victoria consecutiva y cayó en el Iberostar Estadi (1-0) ante un Mallorca que supo rentabilizar al máximo el tanto de Arana tras un polémico penalti de Ignasi Miquel. Los blanquiazules cambiaron el chip en la segunda mitad, pero su intento de remontada quedó abortado tras la expulsión de Acuña, volviendo a demostrar que la Ponferradina se atasca contra rivales en inferioridad.

En el primer choque de la temporada a domicilio Manolo Díaz rescató una vieja costumbre. No le gusta al madrileño repetir alineación y a pesar de la victoria ante el Elche en el debut liguero, el conjunto blanquiazul presentó un once con cuatro novedades y un banquillo de lujo.

Pocos equipos pueden permitirse el lujo de reservar a jugadores como Basha, Camille, Jonathan Ruiz o Yuri. ¿El propósito? Guardar un as en la manga - en este caso un póker- a la espera de que la dupla formada por Jesús Berrocal y el liberiano Willian Jebor llevaran al límite a la zaga mallorquinista.

Con semejante declaración de intenciones y un Mallorca con ganas de resarcirse de su tropiezo ante el Alcorcón, los primeros compases fueron un monólogo local. No le sentó bien a Meleroabandonar la mediapunta y ni él, ni Andy conseguían hacerse con un centro del campo en el que la figura de Javi Ros crecía por momentos.

Un disparo acrobático de Jebor que sacó bien Wellenreuther fue un pobre bagaje que llevó a Manolo Díaz a adelantar el plan ‘b’, dando entrada a Yuri en sustitución del liberianoEl gol no tardó en llegar. Lo merecían los del ‘Chapi’ Ferrer y Ocón les echó una mano concediendo un penalti muy dudoso tras una pugna entre Miquel y Brandon. Arana no desaprovechó el ‘regalo’ y ponía por delante a los bermellones cuando apenas había transcurrido un cuarto de hora de encuentro.

Lejos de espolear a los blanquiazules, el tanto destapó las carencias de una Deportiva que con Álvaro Antón desaparecido en la banda una vez más y Acorán desasistido, fue incapaz de aprovechar el paso atrás de los mallorquinistas tras adelantarse en el electrónico y apenas inquietó la portería de un Wellenreuther que vivió una plácida primera mitad.

Un disparo acrobático de Jebor que sacó bien el cancerbero germano fue un pobre bagaje que llevó a Manolo Díaz a adelantar el plan ‘b’, dando entrada a Yuri en sustitución del liberiano, que derrochó entrega pero no estuvo acertado de cara al gol.

El efecto fue casi inmediato. Ni un minuto tardó el brasileño en empezar a sembrar el pánico en el área rival con dos apariciones con las que la Ponferradina acarició el empate. En la primera, si el ariete hubiera calzado un par de números más, el resultado hubiera sido distinto. A milímetros se quedó Yuri de rematar un balón colgado desde la banda izquierda, un centro envenenado que no acertó a atajar Wellenreuther y que dejaba muy claras las intenciones de la Deportiva en el segundo acto.

Tocaba rematar la faena contra diez y la ansiedad volvió a traicionar a los bercianos, que en ningún momento plasmaron su superioridad numérica sobre el céspedEn la segunda se invertían los papeles y Berrocal no llegaba a un buen centro desde la línea de cal del brasileño, empeñado en demostrarle a Díaz que está para algo más que para ser el jugador número doce.
Cuando mejor estaban los blanquiazules, Acuña rompió el partido. Caía Pereira al suelo tras un choque y ante la pasividad de Ocón Arráiz, el paraguayo se tomaba la justicia por su mano con una fea entrada sobre Casado que el colegiado riojano castigaba con cartulina roja.

Tocaba rematar la faena contra diez y la ansiedad volvió a traicionar a los bercianos, que en ningún momento plasmaron su superioridad numérica sobre el césped, empecinándose una y otra vez en balones verticales que no conseguían sorprender a una defensa local bien plantada y con las ideas muy claras; aislar a Yuri y evitar las triangulaciones entre el tridente formado por el ariete, Acorán y Melero, que tras la entrada de Jonathan Ruiz en el campo regresó, sin suerte, a la mediapunta.

Los últimos minutos fueron un quiero y no puedo. Los blanquiazules se agarraron al balón parado pero no hubo sorpresa y la Ponferradina comenzó su andadura como visitante con una derrota que vuelve a dejar claro que lejos del Toralín, ni contra diez.