Mángel: "Me he quedado con las ganas de demostrar el jugador que soy"

El centrocampista pasó por la temporada más dura de su carrera pero se lleva buenos recuerdos: "Ponferrada es perfecta para un futbolista, tiene de todo"

06/07/2024
 Actualizado a 06/07/2024
Mángel sufrió en la Deportiva la temporada más complicada en su carrera. | SDP
Mángel sufrió en la Deportiva la temporada más complicada en su carrera. | SDP

El verano pasado, Mángel llegó a una recién descendida Ponferradina cedido por el Real Oviedo como una de las grandes incorporaciones del mercado. En pretemporada dejó pinceladas de su nivel, pero una lesión en la jornada 2 fue el comienzo de un calvario. Un año después, ya en plena forma y preparado para comenzar un nuevo proyecto tras rescindir con el club asturiano, se sincera con La Nueva Crónica sobre la rabia e impotencia que sintió en la peor temporada de su carrera, pero también acerca del crecimiento a nivel personal que le ha proporcionado superar el obstáculo.

– Comencemos por el principio, por su llegada al Bierzo. ¿Qué le hizo elegir a la Ponferradina?
– El Real Oviedo me comunicó que consideraba que debía tener más minutos y yo estaba de acuerdo, creía que tenía que jugar, que no me servía de nada estar sentado en el banquillo con mi edad. Coincidió que justo ese año había compartido vestuario con gente que conocía a la Ponferradina y también a Íñigo Vélez, y me dieron muy buenas referencias. No me lo pensé porque yo también lo conocía, me gusta mucho el fútbol y considero que es un club de Segunda División que por circunstancias no está en el fútbol profesional, lo digo siempre. Al fin y al cabo, además era un recién descendido que llama a tu puerta, no tuve mucho que pesar y lo decidí muy rápido.

– ¿Ya había estado antes en Ponferrada o visitado El Toralín?
– Conocía El Toralín de ir a ver algún partido con otra afición, pero también fui al Castillo de pequeño, lo conocía pero el recuerdo no es muy nítido.

– Tras su fichaje estaba llamado a ser un jugador muy importante, pero pronto comenzaron las lesiones. ¿Esto fue algo nuevo para usted o ya había tenido episodios amargos de este tipo durante su carrera?
– En la pretemporada me estaba encontrando muy bien y muy cómodo, pero llegó la jornada 2 y me lesioné. De pequeño tuve una lesión en un hueso, una fractura en la tibia, pero eso al final suelda y ya está. Lo que es una articulación, fue la primera, una cosa nueva para mí. Al principio me costó digerirlo, pensé que iba a llegar un poco antes de lo que terminé volviendo en noviembre, pero me vi bien. Después ya vino la recaída a raíz de un golpe y hasta abril estuve fuera. Es cierto que el ritmo competitivo era el que era, pero siempre intenté ayudar todo lo que pude, tanto desde dentro como desde fuera.

"El Mángel de ahora es mejor que el de hace un año en todas las facetas, sobre todo en fuerza mental"

– ¿Cómo se lesiona psicológicamente estar tanto tiempo de baja?
– Era complicado, la verdad. Antes de irme, por así decirlo, tenía más relación con la gente y luego vas perdiendo el contacto al estar tantas semanas fuera. Yo me operé en Asturias y el contacto que tienes con la gente desde allí no es el mismo, obviamente, y a la hora de volver te tienes que integrar otra vez un poco más, aunque no del todo porque está claro que ya te conocen, pero es diferente. Psicológicamente he aprendido mucho este año. He crecido mucho mentalmente, que creo que me hacía falta, y he cambiado mi mentalidad. Siempre digo que de todo lo malo hay que sacar algo bueno, y este año me llevo cosas muy buenas. Siempre que podía iba a ver los partidos a El Toralín desde Asturias y así estaba con los compañeros para no salirme de la rueda del equipo. Se hacía duro ver el partido en la grada e irme a casa, sentía rabia e impotencia, pero es una cosa que me ha ayudado mucho a valorar estar sano y poder entrenar y ver todo desde otro punto de vista diferente al que tenía antes.

– ¿Sientes que el Mángel de ahora es más fuerte que el de hace 365 días?
– Sí, sin duda. Soy mejor en todas las facetas, sobre todo en la fuerza mental. Por ejemplo, yo no le daba mucha importancia al gimnasio y ahora creo que tiene una relevancia muy alta a nivel competitivo y profesional. En el mundo en que nos movemos las diferencias son mínimas y la Primera Federación es una categoría en la que todo el mundo tiene cierto nivel.  Esas pequeñas diferencias que marcan la nutrición, el gimnasio y el descanso te hacen llegar un poco antes al balón, aguantar los choques, ganar esa carrera que será determinante para que no te metan un gol... Sin duda creo que el Mángel de ahora es mucho más completo que el Mángel de hace un año.

– ¿Esta temporada ha sido la más difícil de su carrera?
– Creo que sí. Al final, hablo con el club para salir en busca de minutos, me lesiono en la jornada 2 y me pierdo toda la temporada. Hay que ser claros, he estado toda la temporada en blanco. Diría que ha sido en la que menos suerte he tenido, me he quedado con las ganas de demostrar el jugador que soy.

"La unión que teníamos en el vestuario no la había vivido nunca, ni en fútbol profesional ni en juveniles"

– A nivel colectivo, ¿qué cree que le faltó al equipo para ascender?
– El fútbol se trata de meter la pelota. En la primera vuelta nos entraban todas, las cosas como son, pero llegó un momento de la temporada en que las ocasiones que teníamos no las materializábamos. Luego en play-off no pudimos hacer lo que todos queríamos, que era el ascenso, pero siendo sincero creo que tuvimos opciones de hacer más de un gol tanto en la ida como en la vuelta, tuvimos algunas ocasiones clarísimas que si llegan a entrar, igual estábamos hablando de otra historia. El cambio en la temporada es que la pelota dejó de entrar pero nosotros seguíamos haciendo lo mismo desde el primer día. Yo llevo poco tiempo en esto, pero la unión que teníamos en el vestuario no la había vivido nunca, ni en juveniles ni en ningún vestuario profesional.

– Primero tuvieron a Vélez de entrenador y a mitad de la segunda vuelta fue cambiado por Juanfran. ¿Notaron diferencias notables entre sus metodologías y estilos?
– La idea siempre fue crecer desde la portería a cero, tanto con uno como con otro, pero sí es cierto que con Juanfran teníamos un poco más libertad a la hora de sacar el balón y de tener la pelota. Creo que tuvimos buenos partidos, como el del Logroñés en casa o el del Nàstic, aunque lo que comentaba antes, no metimos gol, tuvieron una y perdimos sin merecerlo. La mayor diferencia entre ellos es esa, que con balón Juanfran nos dejaba más libertad a la hora de salir desde atrás.

– ¿Entendió el cambio de entrenador?
– El día del Lugo en casa empatados a ceros y el día siguiente cesaron a Íñigo. A mí me pilló de sorpresa. El partido fue un domingo y yo tenía pensado coger el coche el lunes y volver a casa como un día más, pero ese lunes por la mañana nos comunicaron la destitución y me quise quedar allí para conocer al nuevo míster y explicarle mi situación, que no estaba con el equipo porque me estaba recuperando de una lesión. Sí, me sorprendió un poco porque el equipo estaba arriba, pero también creo que fue un movimiento ambicioso y arriesgado por parte del club porque quería ir a por el primer puesto como fuera. También ellos tienen su mérito y esa decisión demuestra tener mucha personalidad, hay que poner en valor la ambición del club por quedar campeón.

"No hay muchos clubes así de cercanos. Te das cuenta cuando te vas y cuando llegas a otros sitios"

– ¿Qué le aportaron personalmente tanto Íñigo Vélez como Juanfran?
– Yo tanto con Íñigo como con su segundo tengo muy buena relación, se han portado conmigo muy bien desde el primer día. Desde que me lesioné, todas las semanas tenía una llamada o un mensaje de audio y me ayudaron bastante a sentirme partícipe de lo que pasaba aunque no estuviera allí a diario. El trato humano conmigo fue genial, y a nivel de fútbol destacaría que es un entrenador muy táctico al que le gusta mucho crecer desde atrás. Él quiere ganar a través de ser fuerte atrás y efectivo arriba. Y luego Juanfran, es un míster que sabe comunicar muy bien en todo momento y que transmite y te tiene alerta en todo momento. Nunca sabíamos si íbamos a jugar o no. Es un entrenador que tiene enganchado a todo el mundo y eso es muy difícil.

– ¿Qué balance hace de su año en Ponferrada como experiencia personal?
– A pesar de ser un año en el que he sufrido mucho, me llevo un recuerdo buenísimo del club, de la ciudad, he conocido a gente que ya son mis amigos, empleados del club a los que tengo mucho cariño...Me parece la ciudad perfecta para lo que es el futbolista, creo que tiene de todo. Me llevo una experiencia súper buena.

– Siempre se habla de que este es un club muy familiar. ¿Le dejó también esa misma impresión?
– Sí, sin duda. Tanto el presidente como Sietes y toda la gente de las oficinas, utilleros y fisios... tengo una relación genial con todos. Siempre tienen una sonrisa haga frío, llueva, tormenta, tengan un mal día... estuve encantado con todos, también gente de prensa o director general. Me llevo una imagen del club muy buena. No hay muchos clubes así de cercanos. Por suerte o por desgracia el fútbol está montado de una forma en la que esto no es lo normal, y es una cosa a valorar. Te das cuenta cuando te vas y cuando llegas a otros sitios en los que no es así.

"Ponferrada me parece la ciudad perfecta para un futbolista. Estaría encantado de volver"

– Ahora está comenzando el mercado de fichajes. Este es su primer año como sénior y como agente libre. ¿Cómo lo afronta?
– Es una situación atípica para mí porque nunca he estado libre, siempre he tenido contrato en vigor. Es intranquila por la incertidumbre de a dónde vas a ir, y sumado al año que me ha tocado vivir, pues la incertidumbre aún es mayor. El fútbol tiene muy poca memoria y la gente mira a corto plazo. Este año no ha salido como todos esperábamos pero no estoy ni triste ni preocupado, tengo muchas ganas de que me llegue la oferta que me llegue y yo iré a por todas. Creo que tengo mucho que demostrar, el futbolista y la persona que soy, y a engancharme de nuevo.

– ¿Un segundo capítulo en la Ponferradina cómo lo vería?
– Siempre lo hablo con mi círculo cercano. La ciudad de Ponferrada me parece un sitio genial para el futbolista. Tiene un club increíble, un estadio y una afición igual de increíbles, y yo lo vería con muy buenos ojos, sin ninguna duda. Estaría encantado de poder volver. Yo creo que tengo mucho que aportar, me he quedado con muchas ganas de demostrar el jugador que soy y creo que los aficionados también se han quedado con la espinita clavada de saber qué jugador soy. Yo estaría encantado, claro que sí.

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