En la Segunda División basta desconectar cinco minutos para pagarlo, y de eso dio buena cuenta este sábado en Miranda de Ebro una Sociedad Deportiva Ponferradina que llegaba a Anduva con la oportunidad de irse de vacaciones con la moral renovada en busca de su segundo triunfo consecutivo y se volvió de vuelta a casa con una derrota que, con la victoria del Lugo, le llevará a arrancar el año 2023 en los puestos de descenso.Y es que toda la mejora que parecía haber dado en el aspecto defensivo el conjunto de David Gallego con el premio de la victoria ante el Lugo pareció un oasis en el desierto que volvió a ser la primera parte del conjunto berciano, que se marchaba al descanso perdiendo ya 2-0. Lo hacía tras verse con dos goles en contra en un abrir y cerrar de ojos, aunque sin que realmente lo ocurrido pudiera sorprender a nadie. Porque tras un buen inicio de partido en el que los bercianos quisieron mandar y comenzaron a pisar el área del Mirandés, superados los primeros 10 minutos de juego el encuentro se comenzó a parecer mucho más a lo que quería el conjunto local.
Cayó la Deportiva en el error de jugar al vertiginoso ritmo que quiso el conjunto ribereño, que robando y transitando a mucha velocidad partió por momentos a los blanquiazules, a los que no les valió con una propuesta conservadora en la que Diéguez y Morán ocuparon la medular sumando hasta a 6 jugadores de perfil defensivo. Le valió con media oportunidad al Mirandés para hacer gol ya que antes del 1-0 apenas Amir tuvo que intervenir en un disparo lejano de Pinchi.
Un doble error, primero de Pascanu y después de Amo, permitía al Mirandés adelantarse en el marcadorEl extremo fue una pesadilla para la Deportiva y en el primer balón que tuvo en banda en velocidad le hizo un lío a Pascanu, ganó el espacio para centrar y puso un balón al corazón del área pequeña que el goleador Raúl remataba adelantándose a un Amo que no sabía muy bien de dónde había salido el ariete.
El segundo máximo goleador de la categoría bien merecía una defensa a la altura y ésta no la demostró la Deportiva. Apenas cinco minutos después y de nuevo con los mismos protagonistas el partido ya quedaría muy cuesta arriba. Pinchi encontraba espacio para correr y disparar desde fuera del área en un tiro que Amir, con ciertos problemas dándole el sol de cara – incluso arrancó el partido jugando con gorra – despejaba para que el rechace lo recogiera completamente solo el pichichi del Mirandés, que obviamente no perdonaba para hacer el 2-0.
En menos de 5 minutos el equipo local había dejado el partido ya encarrilado ante una Deportiva tremendamente frágil en defensa y que además tardó en reaccionar. De hecho, superada la media hora de juego a punto estaba Raúl de hacer el tercero de su cuenta particular en un error en una salida de Amir y el colegiado anulaba un gol a Barbu, claramente en posición de fuera de juego, a la salida de una falta lateral.
Lo cierto es que no estaba mal la Deportiva del centro del campo hacia arriba. Las bandas con Hugo Vallejo y especialmente Dani Ojeda funcionaban y Edu Espiau volvía a fajarse en ataque un día más siendo un problema para la zaga local. Desde ahí intentó volver al partido la Ponferradina, que veía como de nuevo el árbitro anulaba un tanto, en esta ocasión a Edu Espiau tras encontrarse también claramente en fuera de juego Dani Ojeda en el centro previo.
Motivos de cualquier forma para la esperanza para una Deportiva que tendría una más con Vallejo hasta el descanso aunque con el susto de un córner en contra que se paseaba por delante de la portería de Amir.
Necesitaba un punto más el conjunto berciano para la segunda mitad si quería al menos competir el partido y David Gallego dio con la tecla en el descanso dando entrada a Yuri por Diéguez. Dos minutos tardó el brasileño en hacer el 2-1 y meter a la Ponferradina de lleno en el partido en un tanto que, eso sí, llegó gracias a Hugo Vallejo y Dani Ojeda. El jugador cedido por el Valladolid realizaba una maradoniana jugada por banda en la que se iba de cuatro rivales y ponía el balón al corazón del área, donde el otro extremo blanquiazul lo intentaba primero con la asistencia a Espiau, cuyo disparo rechazaba un zaguero y en después con Yuri, que ya sí ante Ramón Juan hacía el gol.
Volvía a creer la Ponferradina y lo haría aún más cinco minutos después, en una estúpida acción de Gelabert que dejaba al Mirandés con uno menos. El centrocampista, que ya tenía una tarjeta amarilla de la primera mitad tras una patada a Dani Ojeda que bien pudo significar por sí misma la expulsión, se tiraba incomprensiblemente dentro del área y veía la segunda amonestación dejando a su equipo con 10 con casi 40 minutos por delante.
Confiaba la Ponferradina en que los mismos 5 minutos que le habían puesto el partido cuesta arriba le sirvieran ahora para borrar lo ocurrido, pero lo cierto es que le faltó al conjunto berciano la chispa y el acierto necesarios para aprovechar mejor la ventaja numérica y poner en más apuros a su rival.
Yuri, que salió en el descanso, tardó dos minutos en hacer el gol que metía a la Ponferradina en el partidoLo intentó como pudo el conjunto berciano, penalizado como imaginaba Gallego en la previa por la ausencia de lo que hubieran sido jugadores de refresco importantes en ataque como Derik Lacerda y José Naranjo. Sacó lo que tenía en el banquillo el técnico, pero no le fue suficiente para ni siquiera salvar un punto.
Más allá de un disparo al larguero del omnipresente Pinchi poco después de la expulsión, el Mirandés se centró en achicar agua e intentar que se jugara lo menos posible, trampa en la que cayó la Ponferradina en un partido que se fue calentando por momentos y que de hecho apenas tuvo juego efectivo en los hasta 7 minutos que añadió el colegiado de descuento en una buena muestra de lo que fue la segunda mitad desde la expulsión.
Pero antes de llegar ahí le faltó acierto a la Ponferradina, que sí dispuso de varias ocasiones para marcar liderado por un Vallejo sensacional. Erik Morán y Edu Espiau con sendos disparos desde la frontal del área que se perdieron por muy poco, tuvieron las más claras junto a un remate del propio delantero canario a centro de Heri Tavares que también se marchaba fuera.
Sin embargo, no encontró el camino del gol una Ponferradina que afronta ahora tres semanas sin fútbol de las que tendrá una para limpiar la cabeza y dos para dejarse la vida trabajando en el anexo al Toralín confiando además en que los despachos puedan sumar refuerzos que ayuden al equipo a salir de la situación en la que acaba el año.