Paradójicamente, el césped artificial de Mutilnova fue el escenario del baño de realidad que sufrieron los de Manolo Herrero. Los resultados no habían camuflado las carencias de un equipo llamado a ofrecer mucho más de lo que mostrado hasta ahora, pero sí habían restado algo de dramatismo a un pésimo arranque.
Sin embargo, un recién ascendido sacó a los blanquiazules de su particular Matrix. Con ambos equipos con once futbolistas, el partido no fue el de un aspirante al ascenso y un debutante en la categoría. La Deportiva, que se encontró por detrás en el marcador en el minuto ocho, solo tiró una vez entre los tres palos, y tras la expulsión de Jonathan Ruiz, solo jugó hasta donde se lo permitieron.
Así, el paso por Mutilnova puede marcar o antes y un después. El Racing podría llegar la semana que viene al Toralín con once puntos de ventaja si vence esta tarde al Tudelano, por lo que todavía en el mes de octubre, jugaría la primera final de temporada.
Cambio de sistema
Para acabar con la maldición de los blanquiazules –ayer de verde– en hierba artificial, Manolo Herrero se sumó a la ‘moda’ de la defensa de cinco tan popular en la división de bronce y que tanto quebraderos de cabeza le ha causado a los bercianos.Con Gonzalo ya recuperado, el ex del Albacete ocupaba el eje de la zaga acompañado de Xisco y David Goldar, un sistema que aspiraba a matar dos pájaros de un tiro. Con tres centrales, tanto Abel Moreno por la izquierda, como Adán Gurdiel por la derecha podían asumir más riesgo en ataque, mientras que Chavero, enjaulado en la banda en los últimos partidos, podía moverse entre líneas con libertad.
Sin embargo, todo el planteamiento quedó obsoleto en un abrir y cerrar de ojos. Cuando todavía no habían transcurrido ni diez minutos de partido, un disparo lejanísimo de Cisneros, al que Dinu respondía con una estatua, ponía por delante al Mutilvera.
Otra vez tocaba remar a contra corriente a domicilio. ¿La reacción? Como ya empieza a ser habitual, ni inmediata, ni contundente. Al conjunto berciano le costó veinticinco minutos acercarse a la portería del debutante Fermín Jiménez. Lo hizo renunciando a su estilo –una apuesta por la posesión que tampoco está dando sus frutos– y recurriendo a un fútbol más directo. Así, tras una prolongación de Caiado, Figueroa enganchaba un disparo cruzado que se marchaba cerca del poste. También probó suerte Andy, primero con un disparo lejano, después con un saque de falta que repelía bien el guardameta local.
Expulsión de Jonathan Ruiz
Si el partido empezaba con ‘mazazo’, la segunda parte echaba a andar con otra bofetada para los blanquiazules. Jonathan Ruiz, que ya había visto una amarilla en la primera mitad, tenía que frenar un contragolpe local que la falta le costaba la segunda amarilla.
Con diez por primera vez esta temporada, el querer y no poder en que se se ha instalado la Deportiva fue todavía más evidente. Los blanquiazules, incapaces de imponer su supuesta jerarquía en igualdad numérica, en ningún momento dieron la sensación de poder darle la vuelta al encuentro, mientras que el Mutilvera no varió su propuesta, comtemporizando y llegando a acumular hasta ocho jugadores por detrás del balón.
La muralla navarra solo concedió una ocasión en toda la segunda mitad, un remate de Figueroa que se marchaba por encima del larguero a veinte minutos del final.
Todavía quedaba lo peor. En la recta final fueron los locales los que pudieron ampliar el marcador. Dinu evitaba el tanto tras una excelente jugada individual de Eztieder, y ya en el descuento, y con el partido visto para sentencia, Andy veía la roja directa tras un rifirrafe verbal que deja a la Deportiva sin su centro del campo habitual para recibir al líder, el Racing de Santander, en El Toralín.