
Si alguien vio los primeros 15 minutos del partido del Ademar y luego tuvo que apagar la tele y marcharse, es posible que no se lo crea cuando vea el resultado final. Pero sí, está bien. Perdieron los leoneses, que tras ir ganando de 7 acabaron cayendo por 32-27 frente a un Nava que salió de su crisis convirtiendo lo que por momentos parecía un escarnio en un sólido triunfo.
Una desconexión que aleja Europa, al menos a través de la liga, sufrieron los de Dani Gordo, que se quedan a cuatro puntos del Bidasoa cuando quedan 12 por jugarse, lo que viendo el nivel actual de los irundarras obligaría casi a un pleno para quedar entre los tres primeros, y hace que las miras se centren en batallar por ese cuarto puesto que podría dar también plaza y que está muy abierto pues en tres puntos están Torrelavega, Ademar, Logroño y Valladolid.
Es la consecuencia de que la primera derrota de 2025 ante un equipo ‘mortal’, pues en sus nueve primeros partidos del año sólo habían caído frente al Barcelona, acabara llegando tras escaparse dos puntos que parecían encarrilados tras un comienzo idílico.
En 17 minutos el Nava perdía a su mejor defensor, Bonanno, por roja; y con 7 goles de Sergio Sánchez el Ademar ganaba de 7
Porque la puesta en escena del Ademar fue prácticamente perfecta, incluyendo incluso el plus de ver cómo a los 8 minutos Nava perdía a su mejor defensor, Bonanno, por una dura acción sobre Carlos Álvarez.
Era fruto de la desesperación de los segovianos ante el vendaval que se les venía encima, con un Saeid soberbio en portería, una gran defensa liderada por un Benites que además era mucho más protagonista de lo habitual en ataque y un Sergio Sánchez estelar hasta el punto de que metió 7 goles (en esos se quedaría) en los primeros 17 minutos de partido llegando todo a través de transiciones, bien en contraataques o en el contragol, con dos tantos seguidos desde el centro del campo sin portero para castigar el siete contra seis que los segovianos usaron durante prácticamente todo el encuentro.
El temprano tiempo muerto que los locales habían pedido con el 2-7 no surtía efecto y la distancia se disparaba hasta los siete que serían la máxima de los leoneses con el 7-14, la cual se mantenía con el 8-15 cuando sólo restaban nueve minutos para el descanso.
Ademar tuvo dos apagones de 1 gol en 9 minutos. En uno Nava empató tras ir 7 abajo y en otro rompió el último empate que hubo y se puso 4 arriba
Pero ahí empezó a torcerse todo. Se echó mucho de menos a Lodos y, aunque el tocado Lindqvist finalmente jugó, su estado físico se notó y estuvo lejísimos de su nivel, ayudando esa circunstancia a que las rotaciones provocaran el bajón de un equipo que se atascaba en ataque, no era capaz de marcar ni un gol en los seis últimos minutos y medio de la primera parte, y encajaba un dolorosísimo parcial de 8-1 (que intentaba cortar sin éxito Gordo con un tiempo cuando ya era de 6-1) liderado por los tantos desde el extremo de Pancho Ahumada y que hacía llegar el partido con empate (16-16) al descanso.
Era un partido nuevo. Por doloroso que fuera perder la renta, las opciones estaban intactas... y parecieron crecer al comprobar que el Ademar se había rehecho a nivel mental y salía bien del vestuario, con las penetraciones de Rodrigo devolviendo la claridad al ataque, llegando a ponerse de nuevo dos arriba (18-20) y manteniéndose con ventaja a 21 minutos del final (21-22).
Nunca más volvería a estarlo de ahí al final. El ataque de Nava, basado en la habilidad de Tioumentsev para encontrar una vez tras otra ventajas, empezó a superar con continuidad la defensa aunque muchas veces se seguía topando con un Saeid que mantuvo el nivel. Y la defensa local, con muchísimos contactos y agarrones (sólo sufrieron cinco exclusiones, pero tres de ellas de un Herranz que se unía a la baja de Bonnano en los 11 minutos finales) apagó las luces de los de Gordo.
Así, con el 23-22 en el 40 se ponían por delante por primera vez en todo el encuentro, y el 23-23 sería la última vez que lo tendría empatado el Ademar, que marcaba un único gol en nueve minutos y se veía de repente cuatro abajo (28-24), y que buscaba cambiar la dinámica con alternativas como atacar también siete contra seis o defender 5-1, pero sin darle ninguna éxito.
El partido acabo en tangana. Con jugadores saludándose, Daniel tiró, celebró en la cara a Saeid y Ademar se fue a por él
Acabaron sus opciones con el 29-26 a siete minutos, pues ahí Saeid les dio la opción de meterse en el partido con tres paradas seguidas, pero se desperdiciaban con tres errores seguidos de Miñambres, estando seis minutos sin marcar hasta que ya con el partido totalmente sentenciado Benites colocaba el definitivo 32-27 a 38 segundos.
No fue el último tiro del partido, al que le quedaba un final indigno. Lo protagonizó un secundario como Daniel Pérez, pues con sus compañeros dando por hecho que no iban a atacar ya, al ir a saludar a los jugadores ademaristas, cogió el balón y se fue a lanzar, pero no sólo fue fuera de tiempo sino que le hizo una dedicatoria con los brazos en la cara a Saeid, provocando el lógico enfado ademarista y que tanto el portero como Carlos Álvarez, Wasiak y Alberto Martín se fueran a por él y todo acabara con una tangana.