Ya en frío, sin las emociones a flor de piel que pueden dejar a cualquier deportista cinco derrotas consecutivas, la leonesa Mireya González valora de forma diferente los que han sido sus segundos Juegos Olímpicos.
"No es el resultado que esperábamos ni el que queríamos, pero prefiero pensar en los aspectos positivos y en las lecciones aprendidas", explica la leonesa, que apenas tendrá unos días de descanso antes de comenzar a preparar la nueva temporada en la que seguirá militando en las filas del Dunarea Braila de Rumanía.
Recuperarse de lo que considera "un torneo duro, no hemos podido jugar al nivel que sabemos que podemos alcanzar, creímos hasta el último momento que podríamos volver a meternos en la lucha ganando los partidos que quedaban, pero no fue así". Pese a todo, asegura que "participar en los Juegos Olímpicos ha sido un honor, aunque siento que no hayamos representado a España como a todos nos hubiera gustado". Pese a todo, deja claro que "nos hemos vaciado durante toda la competición intentando encontrar formas de cambiar la dinámica que llevábamos".
"Creímos hasta el último momento que podríamos meternos en la lucha por pasar, pero no fue así"
Así, la lateral zurda leonesa asegura que de esta experiencia olímpica se lleva "la lección de que, en el deporte y en la vida, hay que aceptar tanto la derrota como la victoria y seguir adelante, no siempre el esfuerzo es recompensado, pero con perserverancia y dedicación esos momentos de satisfacción llegan, que no eres tan bueno como todos dicen cuando ganas, ni tan malo como te dicen cuando pierdes, seguiremos trabajando duro para mejorar y volveremos con más fuerza".
Precisamente sobre el futuro de la selección, con la continuidad del técnico Ambros Martín en duda, asegura ser "optimista" afirmando que "tenemos el talento y la capacidad para mejorar, con el tiempo y el esfuerzo estoy segura de que regresaremos más fuertes y mejor preparadas para enfrentar futuros retos".