Si hay un jugador que fue diferencial para lograr el ascenso desde EBA, pero además daba la sensación de que podía marcar también diferencias en una categoría superior, ese era el alero norteamericano Obi Okafor.
Llegó a mitad de temporada de la liga alemana y, tras pasar por el lógico periodo de adaptación, empezó a rendir a un nivel sensacional, no necesitando para ello de muchos tiros como sucede muchas veces con este perfil de jugador en estas categorías, sino apareciendo cuando se le necesitaba y siendo diferencial en defensa, donde podía frenar al mejor del rival fuera cual fuera su posición.
Pero donde llegó el mejor Okafor fue en la hora de la verdad, en una fase de ascenso donde firmó 17 puntos y 10 rebotes por partido, despertando el interés de numerosos clubes dado que era la más ventana donde más se le veía.
Le llamaron equipos del extranjero con importantes ofertas, pero también algunos de los equipos más potentes de Segunda Federación, pero finalmente Okafor ha decidido apostar por la Cultural, que le ha convencido para renovar su contrato por una campaña más.
El hecho de que él encaja a la perfección en los esquemas leoneses, en los que puede mostrar su mejor versión y puede acabar sirviéndole de trampolín, y las buenas sensaciones con las que salió de León, han terminado marcando la diferencia y dando una de las mejores noticias del verano culturalista.