El lucio fue importado de Francia por la administración en 1949, pero no fue hasta 1980 que invadió cotos como el de Sardonedo en el río Órbigo, Villarroañe y Cabreros en el Esla y Marne en el Porma. En estos momentos colonizó gran parte de la geografía peninsular y en León se encuentra en los tramos medios y bajos de muchos ríos.
El lucio pertenece a la familia de los Esócidos, de agua dulce y con su forma alargada puede llegar a medir más de un metro y alcanzar los 30 años de edad. Su cuerpo cubierto de finas escamas, presenta su lomo verdoso y el color de su vientre es de un ligero matiz amarillento, aunque la tonalidad puede variar con el hábitat. Su cabeza puntiaguda ostenta una gran boca con los dientes afilados y colocados hacia atrás, son reemplazables, y se disponen en hileras unas detrás de otras. Los lucios pierden sus dientes de forma accidental al comer o por un proceso de muda natural. Es un pez poderoso y esquivo que da mucho juego por su bravura. Es carnívoro, elige a las presas que le resulten más fáciles de capturar y no repara en ningún animal que pueda cazar. Come toda clase de peces, ranas, ratas, culebras e incluso pequeñas aves. Tanto en otoño como en invierno, en las horas de mediodía y de la tarde, se pueden pescar grandes ejemplares, siempre que las aguas estén en buenas condiciones. En esta época del año, despierta un gran entusiasmo entre muchos pescadores. Es una especie muy habitual en las zonas bajas de los ríos y en la mayoría de los embalses de la península ibérica. Es ahora en otoño cuando hay más posibilidades de pescarlos. En los días nublados son más fáciles las capturas de esos grandes ejemplares. El lucio frecuenta las aguas frescas y limpias, prefiere las zonas donde circule con fluidez el agua por lo cual es muy común encontrarlo en las orillas. Como es una especie depredadora suele camuflarse entre la maleza, ramas y raíces para sorprender a sus presas. Básicamente se pescan con cañas cortas y flexibles a lance ligero o spinning con; cucharillas ondulantes, rápalas, vinilos e imitaciones de toda clase de “bichos” que abunden por el río. Hay una gran variedad de señuelos, pero lo mejor es tener un buen surtido y variado para poder engañarlos más fácilmente.
La brusquedad de sus ataques y su boca aconsejan el uso de un hilo mresistente y al menos un trenzado del 22
Su pesca más atractiva es en superficie con popers, ranas, etc, a los que realizan ataques espectaculares para deleite del pescador. La brusquedad de sus ataques y su muy dentada y fuerte boca aconsejan el uso de un hilo muy resistente, al menos un trenzado del 22 y es aconsejable, para pescar los grandes ejemplares, que acabe en un cable acerado que impida su rotura.
La presencia de este depredador en nuestros ríos y embalses no afecta solamente a las comunidades de peces, también provoca la reducción de anfibios y demás especies nativas de nuestras aguas. Controlar las poblaciones de lucios en los ríos trucheros de León es primordial para preservar la población truchera. Aquí la administración tiene un cometido importante dentro de los limites legales que marca la Orden de la gestión de pesca para el control de especies exóticas invasoras. Cuando finaliza la temporada de la pesca de la trucha son muchos los aficionados que buscan el lucio en estas zonas donde todavía conserva presencia activa y esta pesca supone un gran refuerzo en el control de esta especie invasora y que es muy dañina para la conservación de la población truchera y demás especies autóctonas de nuestras aguas.
Frecuenta las zonas donde circule con fluidez el agua, por lo que es muy común encontrarlo en las orillas
El lucio como es una es especie declarada como invasora, podrán ser capturados en las condiciones reguladas por el Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto, por el que se regula el Catálogo español de especies exóticas invasoras. Es considerado especie nociva para el medio y para el resto de especies acuáticas autóctonas y es por ello que no se podrán devolver vivos al agua. La Orden establece medidas de gestión de pesca para el control de especies exóticas invasoras, de manera que no se contempla talla mínima, cupo de capturas ni se permite la devolución a las aguas de los ejemplares de especies incluidas en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, con la excepción de la carpa y del black-bass.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), actualmente, la introducción de especies exóticas es la segunda causa de pérdida de diversidad biológica, solamente precedida por la destrucción y fragmentación de hábitats. Las especies exóticas invasoras se naturalizan rápidamente en los ríos, sus orillas y vegas: compiten por los recursos, contaminan los genotipos autóctonos y modifican la dinámica sucesional de las comunidades, por citar solamente alguno de los efectos de su presencia y proliferación.