La Ponferradina firmó su tercer empate consecutivo ante el Fuenlabrada (0-0) en un encuentro que se puso de cara tras la expulsión de Cristóbal en los últimos minutos de la primera parte, pero que no supo rematar.Y es que aunque la Deportiva salió con ganas de poner fin a su sequía, se topó con un Fuenlabrada que, aún con importantes matices, propone un fútbol similar al del conjunto berciano: presión intensa, juego vertical y un candado atrás.
Esos matices tienen nombre y apellidos: Yuri de Souza. El brasileño volvía a la titularidad tras perderse el duelo de Ipurua por lesión y en su regreso trató de echarse el equipo a la espalda, siendo el único capaz de inquietar a los madrileños en un inicio de partido no demasiado brillante por parte de los bercianos.
Prueba de ello es que el otro gran protagonista del arranque fue Amir. El guardameta, también ausente ante la Real B, dejó claro que echaba de menos El Toralín y, pese a no tener demasiado trabajo, volvió a enamorar a la grada con un par de acciones que evidenciaron que el iraní se siente como en casa en Ponferrada.
Y es que en ataque no hubo mucha tela que cortar. Tras dos tímidos disparos, uno de Ríos Reina y otro de Yuri, ambos atajados sin problemas por Altube, la ocasión más clara del primer acto la tuvo Dani Ojeda, que no logró castigar el único despiste defensivo de los visitantes y tras recibir el balón totalmente solo en el interior del área, se durmió y mandó el balón al lateral de la red.
Con la Deportiva totalmente atascada apareció Trujillo Suárez. El colegiado mostró una segunda amarilla, como mínimo, rigurosa a Cristóbal y dejaba al Fuenlabrada con diez con casi una hora de juego por delante, un balón de oxígeno para un conjunto berciano que, por primera vez en lo que va de curso, se estaba sintiendo incómodo en casa.
Con superioridad numérica se vio una Ponferradina muy diferente en el segundo acto, favorecida por los espacios que hasta la expulsión habían aparecido con cuentagotas.
También ayudó que la conexión Yuri-Agus Medina empezase a funcionar. El tándem formado por el brasileño y el ex del Cornellá es uno de los culpables del gran inicio de curso de los blanquiazules y este domingo reanimó un ataque que parecía dormido.
Y las ocasiones empezaron a llegar. Zalazar obligaba a Altube a lucirse con un disparo desde la frontal y Enrich, en su primera acción en El Toralín, lo intentaba con un latigazo que se marchaba por encima del larguero.
Después del arreón inicial tras el descanso, el partido entro en un ‘stand by’ que Bolo trató de solucionar con un centro del campo más dinámico, aunque siguió faltando la claridad en los metros finales que sí hubo ante Almería, Málaga o Valladolid.
No bajó los brazos la Deportiva, que en la recta final del encuentro rozó el tanto hasta en dos ocasiones, primero con un buen disparo de Saverio ante el que volvió a aparecer Altube y a cinco minutos del final con un remate de Ojeda que volvió a atrapar el guardameta tras estrellarse en el palo.
Pero no fue el día y el partido murió igual que empezó, con un empate, el tercero en tres partidos, que frena en seco a los bercianos.