Ponferradina 2 - Zaragoza 1: 'Cuando el córner es medio gol y una vida'

Un gol del Zaragoza nada más comenzar la segunda mitad despertó a la Deportiva que encontró en los córners de Ríos Reina el camino para la tercera victoria en casa

F. F.
22/11/2020
 Actualizado a 22/11/2020
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 ¡Qué pena estos partidos sin público y estas ciudades sin bares! Era el de este domingo era uno de esos visitantes que da mucho juego para el paseíllo anterior a la llegada al Toralín por los bares de la ciudad, que pedía un orujín según se iba metiendo la noche. El Real Zaragoza es de esos históricos —¿os acordáis del gol de Nayim desde casa Dios para ganar una Europa League que entonces se llamaba Copa de la Uefa?— que siempre da juego en la conversación.

Está el Zaragoza en la historia con aquellos Cinco magníficos que comandaba Marcelino, que fue el que le metió un gol a aquella Rusia que nos pintaban con rabo y cuernos.... Y ese mismo Zaragoza ganaba 0-3 a la Cultu y le empató gracias a un berciano, Marianín...

¿Qué porqué os cuento estas cosas? Pues porque pasó media hora del partido y no había pasado absolutamente nada, si los porteros se hubieran ido a tomar un carajillo también irían 0-0. No les arriendo el frío que pasarían.

Ríos Reina intentó el gol olímpico en la primera mitad y lo logró en la segunda con la ayuda de Soro y CristianY a la media hora llegó el momento de coger el bolígrafo para anotar que el árbitro, Iglesias Villanueva, paró el partido, fue hasta el banquillo de un Bolo con gafas azules y se escuchó cómo reñía a los jugadores de la grada y al banquillo. Es lo bueno de esta rareza, que se escucha todo, algo es algo.

Y parece que este hecho quiso animar la cosa. Curro se fue por la banda, bien, metió un buen centro que Kaxe buscó con todo pero allí estaba Jair. Choque de trenes y las nariz del deportivista manaba sangre y olía a avería en los huesos propios. Tanto que Yuri entró casi sin calentar.

La incidencia, la sangre, Yuri —que tiró un caño nada más salir— animó a la Ponferradina y empezamos a ver a los locales en las inmediaciones de Cristian, al que ya vimos, y hasta Ríos Reina rondó uno de esos goles que repiten en los telediarios, el llamado gol olímpico, pero cuando ya se debería cantar el uy!, si hubiera gente, apareció la mano de Cristian Álvarez.

Y en esta especie de arreones bercianos apareció dominante el central Jair, una de sus estrellas.

Poco más en la primera mitad. Empate a uys!pues el Real Zaragoza sí había tenido el suyo. Un balón largo de Jair hacia Zanimacchia, que estaba solo pero el italiano controló mal el balóy todo quedó en un dicho de tómbola: «Lo que ha perdido de ganar».

Pese a ello, el italiano cedido por la Juve a los aragoneses había sido el que más sensación de peligro había ofrecido, siendo el mejor de los maños, con permiso de Jair, un caboverdiano que ya podría haber sido caboberciano pues tiene una pinta excelente este poderoso central de curiosa biografía, pues aunque caboverdiano y portugués por ello se crió en Villanueva de la Serena y en ese pueblo extremeño de excelente pimentón mantiene su querencia futbolística.

Siempre se pregunta qué les dirán los entrenadores en el descanso en una situación así, ¿qué sacará este Zaragoza de Iván Martínez que ha dado un golpe en la mesa y dejó en casa a su figura, el Toro Fernández, el uruguayo que nunca falta en este equipo que llegó a tener tantos que les llamaban los Zaraguayos.

No sé qué les diría Bolo pero o todavía lo estaban pensando o salieron algo dormidos pero en la primera jugada marca el Zaragoza. Ríos Reina se equivoca en la entrega, los centrales no llegan, y Juanjo Narváez la pega muy bien.

Uf. Mala pinta. Pues no. La Ponferradina despierta y decide decir esto es el Toralín aunque esté vacío.

Apareció una nueva Ponferradina, recordó que estos por mucha camiseta y mucha historia que lleven encima van los últimos de la pandemia y se volcaron sobre ellos. En la primera jugada un balón largo se lo roba Dani Romera a Cristian, se lo deja a Yuri pero llega el central un extremis. Pero aquello ya suena a otra cosa.

Nada más salir del vestuario, en la primera jugada, la defensa berciana se durmió y marcó el Real Zaragoza Siguen apretando y entonces parecen recordar aquellos viejos dichos de que un córner es medio gol. Cuando tienes quien los remate.

O cuando tienes quien los saque, como es el caso. Se llama Ríos Reina. Ya os había dicho que en la primera parte intentó el gol olímpico y arrancó el mejor uy! de esta mitad, les salvó la mano de Cristian.

Pero en esta recta final todo cambió. Dos córners fueron dos goles, ni medio gol ni dios que lo fundó.

Sacó el primero, envenenado, y en un barullo de cabezas debió tocarla algo un defensa del Zaragoza, Cristian se quedó con el molde y la esperanza llegaba al hombre de las gafas azules.

Pocos minutos después, nuevo córner. Si hubiera espectadores se habrían levantado, seguro, cuando Ríos Reina se dirigía a la esquina. Y no les defraudó el nombre de la tarde, ni mucho menos. De nuevo le metió veneno al balón, sólo hace falta tocarlo... y lo hizo Dani Romera. Ver para creer. Aquello que empezó helado acabó caliente y todavía metió Yuri un zambombazo que sí atajó Cristian Álvarez. El Zaragoza se puso a sacar delanteros a lo loco. La Ponfe no se volvió loca. A la buchaca. La tercera.
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