Ponferradina - Valladolid (3-0): Yuri no tiene piedad del Valladolid

El brasileño, con un 'hat-trick', lideró a un conjunto berciano que tiro de efectividad ante un rival que jugó más de una hora con diez

Alejandro Cardenal
07/09/2015
 Actualizado a 15/09/2019
Yuri celebra uno de los tres goles que anotó ante el Valladolid. | CÉSAR SÁNCHEZ
Yuri celebra uno de los tres goles que anotó ante el Valladolid. | CÉSAR SÁNCHEZ
Exhibición, sufrimiento y fiesta. El derbi autonómico entre la Deportiva y el Valladolid tuvo de todo, pero fueron los bercianos los que se llevaron al gato al agua (3-0) gracias al ‘hat-trick’ de un Yuri al que se le dan particularmente bien las fiestas de La Encina. Y es que el último triplete del brasileño fue hace justo un año ante el Betis, otro grande que sucumbió ante el instinto asesino del actual ‘pichichi’ de la Liga Adelante, aunque no fue un camino de rosas.

El encuentro se puso muy de cara con el penalti y expulsión de Juanpe en la primera mitad, pero los blanquiazules acusaron la marcha de un soberbio Basha y los pucelanos rozaron el empate mediado el segundo acto. Con la grada temiéndose lo peor, Yuri volvió a aparecer de la nada y tras abrir la lata de penalti, marcaba el de la tranquilidad a diez de final y redondeaba su ‘hat-trick’ en el descuento.

Un once con esencia


Era un partido grande y Manolo Díaz no arriesgó con experimentos. ¿Rotaciones? Sí, pero manteniendo la esencia. Y más teniendo en cuenta que la gran novedad fue la inclusión de Adán Gurdiel; ADN blanquiazul en la alineación y un escaparate de oro para el canterano, que todavía no se había estrenado este curso en Liga. El faberense se coló en un once que podría considerarse de gala, con Vullnet Basha junto a Andy en la sala de maquinas y Yuri de nuevo como punta de lanza tras su suplencia en Mallorca.

Con un esquema reconocible, la Deportiva salió dispuesta a mandar. Tocaba reconciliarse con la grada tras la mala imagen ofrecida en el Iberostar y los bercianos mostraron una cara radicalmente distinta; mucho más agresivos sin el balón y con la primera línea de presión más adelantada, las buenas sensaciones se tradujeron rápidamente en ocasiones de gol.

Abrió la veda Acorán. No había estado especialmente inspirado el canario en los dos primeros partidos de Liga y los pucelanos pagaron los platos rotos. La primera la escupió el larguero. El extremo recogía un balón suelto dentro del área y conectaba un disparo a la media vuelta que se estrellaba en el travesaño con Kepa ya batido.

El gol no se resistió mucho más. El canario, como los escualos del archipielago, olió sangre - antes de correr la suya- y se lanzó a por su presa. ¿La víctima? Juanpe. El partido del central, que fue pretendido por el conjunto berciano este verano, apenas duró veinte minutos, los que tardó Acorán en volver a ganarle la partida dentro del área y provocar un penalti que le costó la expulsión a su paisano.

Con el extremo siendo atendido tras la ‘coz’ del zaguero en el rostro, a Yuri no le temblaba el pulso y transformaba la pena máxima engañando a un Kepa al que una convivencia de seis meses con el brasileño no le servía para ganarle la partida.

Basha, el nuevo 'sheriff' del Toralín

El partido estaba encarrilado, pero no decidido. No se le habían dado bien los equipos en inferioridad a los blanquiazules en los últimos tiempos, y el derbi autonómico sirvió como terapia. Por primera vez, la Ponferradina no se dejó llevar por la ansiedad e impuso su ley ante un tímido Valladolid que por momentos recordó al de Rubi. Un par de chispazos de Óscar y Juan Villar fueron la única luz de un equipo desdibujado mientras el nuevo ‘sheriff’ anduvo sobre el césped.
Porque la medular tiene nuevo dueño. Vullnet Basha estuvo omnipresente, rozando la perfección en defensa y muy acertado en la salida de balón durante la hora en la que permaneció sobre el terreno de juego, coincidiendo su marcha con los peores momentos de una Deportiva que insufló vida a un equipo moribundo.

Sin embargo, esta vez la suerte sonrió a los blanquiazules. Juan Villar tuvo en sus botas el empate tras un fallo en la entrega de Adán Gurdiel y el faberense se resarció sacándose de la chistera una galopada maradoniana que Yuri aprovechó para sentenciar el choque.

El gol frustró el atisbo de remontada de los blanquivioletas y Garitano izó la bandera blanca, pero el brasileño, que no se conforma con hacer prisioneros, puso la puntilla en el descuento con un tanto que confirma que a pesar de los altibajos, esta Ponferradina va muy en serio.
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