Un sueño que comenzó desde muy pequeña, exactamente cuando tenía tan solo 8 años en el pantano Jiménez de Jamuz y, más tarde, en el Club Bañezano de Piragüismo junto a su hermano, desde ese momento se apasionó de este deporte y hasta entonces no ha dejado las palas en ningún momento. Con tan solo 14 años la Federación de Castilla y León la convocó para entrar a formar parte del Centro de Tecnificación de Zamora, donde entrenó bajo las órdenes de Juan José Román Mangas durante 5 años. Una ciudad a la que le guarda mucho cariño, ya que por el año 2006 acabó el bachillerato, comenzó a practicar salvamento y socorrismo, deportes que siempre que ha podido ha seguido practicando.
Su carrera no paraba de seguir creciendo y es cuando se traslada a Valladolid para formar parte de la Residencia Deportiva Río Esgueva y continuar con su preparación deportiva. No todo fue deporte a lo largo de su vida, los estudios también han sido un parte importante y fundamental, de hecho en la capital pucelana terminó su formación académica cursando el Grado de Educación Social. Una vez terminó su carrera universitaria regresó a León.
"Cuando tienes tanta ilusión por algo solo piensas en eso, no tengo malos recuerdos de irme de casa tan pronto"
Tras varios años fuera de casa, no le fue difícil compaginar todo el deporte y los entrenamientos con las oposiciones de Educadora Social. "Creo que los deportistas nos organizamos muy bien, tuve muy claras mis prioridades y además, quería tener buenos resultados, no te queda otra que organizarte". Al mismo tiempo que se sacó las oposiciones estaba entrenando, compitiendo, trabajando en Cruz Roja, una chica que tenía tanta ilusión por todo, que sacó el tiempo de donde fuera para poder cumplir sus objetivos.
De hecho no le ha ido nada mal, fue subcampeona del mundo sub’23 en la modalidad de maratón en Dinamarca, además de conseguir también una plata y un bronce en el Europeo sub’23 en Portugal. Dos veces campeona absoluta del descenso internacional del Sella o campeona de España de descenso de aguas bravas, o muchas medallas en maratón o Kayak de Mar. Pero eso no es todo, tiene el récord del descenso del Sella desde el año 2013 con un tiempo de 1:25:42, un récord que piensa superar. "Este año sabía que después de tanto tiempo no ganaría el descenso, no me quedé tan lejos, ya que quede cuarta, pero volveré y superaré mi récord no tengo dudas". En el deporte como en todo en la vida los más exigentes son las propias personas consigo mismas, de hecho, esta es una de las razones de la salud mental, el poder llegar a decepcionarse uno mismo. "Cuando tuve un problema de salud mental, lo vi como algo normal, paré de competir y me trate para superarlo, es algo normal, al igual que cuando te duele una pierna vas al médico, pues cuando no estás bien psicológicamente acudes a un especialista".
"Mi mejor momento fue la plata en Copenhague, pero mi competición favorita es. sin duda, el Descenso del Sella"
Todo ello no es casualidad, cuando uno tiene un gran palmarés como es el caso de Raquel , es cosa del trabajo, del estar en el día a día encima del deporte y no rendirse jamás, además una de las claves de un gran deportista es la humildad, un rasgo en el que Raquel es medalla de oro. "No pertenezco a la élite del piragüismo, ni nunca me lo he creido, soy buena, pero también me lo he currado, nada ha sido casualidad". Como todos en esta vida, Raquel tenía un sueño, pero que no alcanzarlo no ha sido un problema. "Como sueño tendría ir a unos Juegos Olímpicos, pero creo que como cualquier deportista, soy consciente de las limitaciones que tengo, me saque una oposición, en mi carrera y he priorizado mi futuro, tenía muy claro que no iba a vivir del piragüismo, este es un deporte que nos cuesta dinero».
Raquel tiene el récord del Descenso del Sella, una marca que tiene entre ceja y ceja e intentará superse así misma
Sin duda una deportista que ha dado todo por su futuro y por el deporte, nuca dejó de lado sus estudios, de hecho ahora puede decir muy orgullosa que puede vivir de ellos. Muchos deportistas caen en el camino pensando que el deporte es su única salida en la vida, sin embargo, Raquel ha sabido ser realista y abrirse los ojos así misma. No habrá llegado a ser una deportista de élite del piragüismo o ir a unos Juegos Olímpicos, al contrario, ha priorizado ser feliz, estar a gusto con las distancias que más le gustan en el piragüismo y disfrutar del deporte, que no solo es hacer ejercicio, es una parte más de nuestras vidas.