Moisés ya ha dicho que al menos hasta mitad de temporada no cree que pueda volver a la actividad y Víctor parece que va a arriesgar aunque no tiene el brazo bien, ni mucho menos, como él mismo explica: «Me falta mucha movilidad y tampoco sé cómo va a responder, pero lo voy a intentar porque ya no me aguanto sin luchar».
Es lo que hay, asume un riesgo evidente pero él es consciente mientras Moisés aprendió la lección del año pasado, que volvió en Valencia de Don Juan antes de tiempo y lo pagó muy caro unos días más tarde en su pueblo, Cistierna, por ello ahora parece dispuesto a esperar hasta que su rodilla responda a la perfección.
Pues ahora se suma una nueva baja y sustancial pues setrata de uno de esos luchadores a los que el público quiere, por su lucha abierta y espectacular y una deportividad propia del gran tipo que es, ganador del Trofeo Chuchi de La Ercina, pensado para premiar este tipo de valores. Se trata de Rubén Fierro, Rubo de Valdorria, quien no podrá comparecer en toda la Liga pues no se encuentra en León, ni tan siquiera en España.Rubén es militar y hace tan solo unos días que partió para Estonia como participante en una misión de la OTAN y permanecerá en este pequeño país báltico durante seis meses; es decir, no regresará hasta las fechas cercanas a la Navidad, por lo que no solo se perderá la Liga, también el Campeonato Provincial, el Ribera contra Montaña... Lo lamenta pero su vida va ahora por ahí y, es más, se apuntó voluntario para esta misión en la que dice estar contento, conviviendo con soldados de otros países «lo que me permitirá mejorar mi inglés. Con mucha voluntad he traído libros para estudiar... a ver si saco tiempo» y, además, en el contingente hay muchos deportistas y hay un ambiente muy propicio para practicar deporte... aunque, de momento, no parece que la lucha leonesa.
Se fue, por otra parte, muy emocionado de la despedida que le brindaron los compañeros de su Club (el Valle del Curueño), especialmente los chavales de la base de los que es monitor. Le prepararon una cena sorpresa y allí le regalaron recuerdos para que llevara y, sobre todo, habían preparado un emotivo vídeo en el que le recordaban lo que todo el mundo ya sabe, cómo se sabe ganar el cariño de los chavales a los que entrena.
Le supieron tocar la fibra a un Rubo que alguna lagrimilla soltó y lees contó que también él les echará de menos, a ellos y a la lucha leonesa. Pero seis meses pasan rápido y Rubo volverá a los corros, aunque este año no serán pocas las ocasiones en las que algún aficionado pronuncie su nombre con nostalgia.