Sanse 1 - Cultural 2: 'Crónica de una muerte anunciada'

La Cultural hizo los deberes ante el Sanse, al que remontó, pero no encontró ninguna ayuda en otros campos para confirmar así el fracaso de una desastrosa temporada

J. A.
12/05/2019
 Actualizado a 18/09/2019
Un instante del partido en Matapiñonera. | DEBORAH IRAURGUI
Un instante del partido en Matapiñonera. | DEBORAH IRAURGUI
Poco importaba lo que ocurría sobre el terreno de juego de Matapiñonera en los últimos 20 minutos del partido de este domingo entre San Sebastián de los Reyes y Cultural. La afición leonesa, más de un centenar, tenía la mirada perdida sumida en el silencio de lo que parecía y realmente era un funeral. Parecía mentira que el equipo culturalista fuese por delante en el marcador, remontando incluso un marcador adverso. Sin embargo, los deberes a última hora suelen traer malos resultados y los móviles y la radio no traían ninguna buena noticia.

No falló ninguno de los tres equipos que debían hacerlo para que la Cultural, pese a ganar como hizo, mantuviese alguna opción de meterse en la fase de ascenso en una última jornada que ya no servirá para nada más que para dar una dura despedida a un equipo que confirmó el fracaso que pone punto y final a una desastrosa temporada que pendía de un milagro que finalmente no se dio.

El gol de la Ponferradina a falta de esos 20 minutos del final dejaba sin opciones a la Cultural en un trágico final de temporada que antes ya habían anticipado el Castilla y el Atlético B con sus claras victorias en Bouzas y Pontevedra. 20 minutos para echar la vista atrás y lamentarse de las mil y unas oportunidades perdidas a lo largo de la temporada. Las decenas de puntos cedidos en el Reino, el final del partido en Valdebebas, el no haberse podido llevar ningún derbi... todo eso entró en la mente del aficionado culturalista en ese tramo final del partido en el que poco importó realmente lo que ocurría sobre el césped.

Porque en lo que refiere a lo que dependía de la Cultural, hizo los deberes el conjunto leonés a pesar de que no comenzaron bien las cosas para los de Aira, que apostó por un once sin apenas variaciones respecto al que logró el triunfo ante el Fabril con la única excepción de Hugo. Sin embargo, en el primer minuto llegó ya un revés que parecía adelantar el drama que terminaría llegando antes de hora. Iván González se echaba la mano al aductor, se tiraba al suelo y se veía obligado a abandonar el terreno de juego con una clara rotura muscular.

El imprevisto fue un golpe en un inicio en el que a la Cultural le costó entrar en el partido. El Sanse parecía ser superior por momentos a los leoneses si bien ambos equipos pisaban el área rival, pero sin peligro. Hugo Rodríguez tenía la más clara en ese inicio, con una falta desde la frontal que se perdió por poco al mismo tiempo que la tarde se oscurecía con el primer gol del Atlético en Pasarón.

Aún pasarían más nubes por San Sebastián de los Reyes antes de la traca final. Porque los locales se adelantarían en el enésimo despiste defensivo de la zaga culturalista. Iván Pérez la ponía desde la izquierda para que Christian Perales apareciera completamente solo en el primer palo para batir con un buen cabezazo a Morales. El móvil vibraba al mismo tiempo para anunciar el primer gol del Castilla ante el Rápido de Bouzas en todo un palo para el culturalismo.

Eso sí, no se le puede recriminar a la plantilla de la Cultural haber bajado los brazos en ese momento. El gol pareció despertar al equipo leonés, que poco a poco se fue haciendo con el partido y generó numerosas ocasiones. Liberto mando fuera un balón suelto en el área y Bernal a punto estuvo de rematar un córner con todo a favor para marcar.

Jugó buenos minutos el equipo leonés y encontró premio en una jugada en la que Ruddy (que entró en el Sanse por Xabi Irureta evitando posibles suspicacias) evitó el gol de Dioni en primera instancia con un paradón, pero nada pudo hacer ante un sensacional disparo de Eneko Capilla desde la frontal, que hizo el empate anotando por la escuadra.
Pudo darle la vuelta al partido el equipo leonés incluso antes del descanso, disponiendo de un par de ocasiones más previo al entretiempo. Merecía más la Cultural y lo logró pocos minutos después de la reanudación. Sergio Marcos encontraba un balón suelto en la frontal del área y con un disparo raso batía a Ruddy.

El gol lo celebraba la Cultural y la afición siendo conscientes de que el milagro pendía ya de un solo hilo, el que unía Matapiñonera con El Toralín una vez que Castilla y Atlético parecían dejar sus partidos ya solventados venciendo por dos goles.

Desde ese momento, la afición estuvo más pendiente de lo que allí ocurría que de lo que pasaba sobre el césped. El partido no lo controló la Cultural como seguramente hubiera debido, pero con la permanente sensación de que el Sanse no empataría ni jugando hasta el martes. Morales intervino en un par de ocasiones y la Cultural dispuso de varias oportunidades de matar un partido demasiado roto para sus intereses.

Pero no pasó nada, porque todo lo que tenía que pasar ocurría en otros campos. El funeral era un hecho y el último cuarto de hora se hizo eterno. Un cuarto de hora para reflexionar, para que en la cabeza de cada uno se señalasen responsabilidades. Una reflexión que debe durar mucho más tiempo y debe tener lugar en las cabezas de los que dirigen, desde muy lejos, los designios del club.

Hasta ahí llega el drama, ni un metro más lejos, porque el culturalismo sabe lo que es estar al borde de la desaparición y por muchas dudas que se quieran generar tiene su futuro más que asegurado. Ya solo queda un día menos para recuperar la ilusión, pero por el momento toca velar una muerte anunciada.
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