Sporting 2 - 3 Ponferradina: 'Nunca es tarde si la dicha es buena'

La Deportiva conquista El Molinón con un tanto de Naranjo en la recta final tras ver como el Sporting remontaba en solo dos minutos el 0 -2 con el que se llegaba al descanso

Alejandro Cardenal
20/02/2022
 Actualizado a 20/02/2022
Los jugadores de la Deportiva celebran un gol en El Molinón. | LA LIGA
Los jugadores de la Deportiva celebran un gol en El Molinón. | LA LIGA
La Deportiva sigue provocando infartos. El conjunto berciano dio todo un golpe de autoridad en El Molinón con una victoria ante el Sporting (2-3) que pone a los blanquiazules con seis puntos de ventaja respecto al séptimo puesto que ahora ocupa el Oviedo tras las derrotas de Las Palmas, y Cartagena, un triunfo clave tanto por la importancia del botín como por la forma de conseguirlo.

Porque la Ponferradina, sin firmar su partido más brillante ni tampoco el más vistoso del curso, volvió a dejar claro que no va a bajar los brazos en ningún momento. Pase lo que pase, caiga quien caiga. Después dejar el partido bien encarrilado al descanso con un 0-2 que el Sporting remontaba en solo dos minutos en el inicio de la segunda parte, los blanquiazules supieron sufrir y volvieron a pescar un triunfo ‘in extremis’ con un golazo de Naranjo a apenas cinco minutos del final.

Sonrío la fortuna en el mejor momento posible, en un partido que suponía la oportunidad de redondear una jornada perfecta después de los pinchazos de sus perseguidores. No era menos importante para el Sporting. Los asturianos tenían ante sí el que podía ser su último tren hacia el ‘playoff’, muy cuesta arriba, precisamente, por su pobre bagaje ante los equipos de la zona alta, ante los que había acumulado decepción tras decepción y también alguna que otra goleada.

Como la del Toralín. Como si hubiera prisa por olvidar el 4-1 de la primera vuelta, los rojiblancos salieron con el cuchillo entre los dientes en busca de la portería de Amir, que tras un par de partidos en los que había mostrado su lado más humano con un par de errores en acciones clave, volvió a ser el santo que tantos fieles se ha ganado en solo unos meses.

El iraní evitó que Djuka adelantase a los locales en el marcador ganándole la partida en el mano a mano al montenegrino en una jugada que terminó anulada por fuera de juego, pero que con los antecedentes de la Ponferradina y el VAR amenazando con hacer de las suyas, hay que añadir la lista de milagros del persa.
Hasta ahí llegó el propósito de enmienda de los asturianos.

Tras el susto apareció una Deportiva que demostró que, aunque algunos todavía se empeñen en ningunearla, la pelea por el ‘playoff’ no le queda grande. Ni mucho menos. Los de Jon Pérez Bolo abrieron la lata con un córner envenenado de Ríos Reina que Mariño despejaba como podía sobre la línea, pero terminaba en gol tras rebotar den Christian Rivera, un tanto que fue un jarro de agua fría para el Sporting y un para la Ponferradina, que hasta el descanso manejó el partido a su antojo.

Con Amo desesperando a Djuka, Morán y Agus Medina haciendo y deshaciendo a su antojo en la medular y tanto extremos como delanteros encontrando espacios con mucha facilidad al contragolpe, la Deportiva se adueñó del Molinón y parecía dejar el choque más que encarrilado poco antes del descanso con otro tanto de Edu Espiau, que tras estrellar el balón en el larguero terminaba rematando la faena desde el suelo.

Todo se fue al traste en dos minutos. En un exceso de confianza y relajación imperdonable, el Sporting consiguió igualar el choque con dos tantos nada más empezar la segunda mitad, dos goles que revivían a un rival que parecía totalmente ‘KO’ antes del paso por vestuarios.

Tocaba volver a empezar, pero el rápido empate de los asturianos dejó grogui a una Deportiva que en un primer momento parecía quedarse sin ideas en ataque. Solo a balón parado lograba inquietar a un Sporting que con el Puma Rodríguez totalmente envalentonado tras su doblete y el Molinón enchufado a pesar de los 500 valientes bercianos que trataban de aportar su granito de arena, encerró a los blanquiazules en su campo.

Trató de arreglar el desaguisado Bolo desde el banquillo con la entrada de Paul Anton y Naranjo, primero y Yuri después, pero solo Amir dio la talla en una segunda parte que parecía para olvidar, evitando primero el ‘hat trick’ del Puma Rodríguez tras el enésimo despiste en el marcaje en el interior del área y después, a apenas diez minutos del final, sacando una mano excepcional para tapar el disparo de Jony.

No menos brillante fue la de Mariño. En uno de los escasos acercamientos elaborados de los bercianos en la segunda mitad, Agus Medina se plantaba delante del meta, que aguantaba de pie hasta el último momento y le ganaba la partida al centrocampista.

Sin embargo, nada pudo hacer el vigués ante el remate de Naranjo en el enésimo servicio de Ríos Reina, un toque sutil para conquistar un Molinón que se resistió a izar la bandera blanca, pero que no pudo evitar otro triunfo agónico de los blanquiazules, que siguen empeñados en que el sueño del ‘playoff’ deje de ser una utopía.
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