Tarde muy agridulce en El Toralín

La Deportiva empató en casa en los minutos finales con un gol de Dacosta, sin ocasiones claras y con mucho balón, los bercianos se estrellan contra el muro defensivo del Sestao

27/01/2024
 Actualizado a 27/01/2024

Ponferradina

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Sestao River

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Markel, en el choque ante el Sestao, ante quien la Deportiva cerrará la liga | SDP
Markel, en el choque ante el Sestao, ante quien la Deportiva cerrará la liga | SDP
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Si en Riazor faltaron muchas cosas ante el Sestao faltaron bastantes más. Mucho balón, poco desborde y mucho, mucho centro que de poco servía ante la gran defensa del Sestao y el poderío aéreo. El balón parado volvió a castigar a la Deportiva que veía como se le volvían a adelantar en casa. Dacosta empató el partido en los minutos finales e incluso tuvieron dos palos, pero finalmente ninguno entró. Los estragos de Coruña parecen seguir en el equipo que demostró ante el Sestao que no pasa por su mejor momento.

Era un día para no fallar, pero a la Deportiva eso le costó de entender más de la cuenta. Tras el perder en Riazor y jugando en casa, el inicio de partido no fue el mejor de los de la temporada. El Sestao empezó con dos líneas muy cerradas lo que complicaron y mucho los planes de Vélez, por si no se iba a tener en cuenta ya las dos líneas de los vascos.

Markel e Igbekeme no se encontraron cómodos con el balón y la entrada de Llonch fue un poco de aire fresco

El encuentro comenzó con ocasiones para los dos equipos, en el caso de los blanquiazules tras una gran jugada entre Borja Valle y Ernesto por banda, con caño incluido de este último, que es derribado en la frontal del área para crear la primera acción de peligro. Andoni fue en encargado de crear el primer gran susurro en la grada.

La siguiente acción fue igual, pero para el Sestao. Lancho, siendo último defensor y jugándose la roja, comete una falta sobre el delantero del Sestao, que finalmente no acabó en nada, pero podía haber dinamitado el partido.

Desde ese momento la Ponferradina entró en una fase de lentitud con el balón, sin desbordes, muchas imprecisiones en los pases. Nada de nada ni de Markel ni de Igbekeme, los dos pilares blanquiazules no funcionaron. Los bercianos se estresaban en la ‘ratonera’ del Sestao, mientras los vascos sacaban a la luz su plan.

Y por sorpresa de nadie, la tuvo. Una gran jugada de Jon Cabo, que fue de lo mejor del conjunto vasco, termina con un córner que supondría el 0-1 para el Sestao con un remate completamente solo de Gaizka en el segundo palo silenciaba El Toralín y dejaba a los de Vélez.

Muchos centros por parte de Andoni y Carrique, pero sin un rematar claro en el área y sin cambios ofensivos

Poco más de una primera mitad en la que quitando un centro de Andoni a borde del descanso y el remate de Borja arriba y alguna llegada de Abelenda, el ataque de la Ponferradina fue muy, pero que muy pobre. Sin ocasiones, con un centro del campo muy superado, sin esa chispa de recuperación e intensidad a la que se está acostumbrado y con un fallo en balón parado, parecía que la Deportiva todavía no se había levantado de la siesta.

La segunda mitad comenzó con las mismas dudas por parte de la Ponferradina, alguna acción tímida de Borja Valle o de Abelenda, pero sin ser considerada acción de peligro real. 

El centro del campo no funcionaba y Vélez comenzó con los cambios, quitar a Leal. Algo que no se entiende ya que Lancho tenía amarilla y con las transiciones y los contraataques del Sestao rápidamente podría hacer una falta y ser expulsado. El técnico decidió quitar al central y meter atrás a Markel, que desde el día de Riazor su nivel es muy bajo.

Dacosta anotó su primer gol en El Toralín y Lancho y Borja Valle estuvieron cerca de remontar con dos palos

El mejor recurso que parecía tener la Deportiva en el partido eran los centros laterales ante la gran defensa y la línea de 5 del Sestao. Una y otra vez, tanto Andoni como Carrique recibían el balón en tres cuartos y centraban. No era suficiente. Insistir, insistir e insistir eso hizo la Ponferradina, era lo que le tocaba, jugando en casa y ante un rival de bastante menos nivel. Las dos líneas del Sestao le amargaron la tarde a la Ponferradina que se veía sin ideas ni en ataque ni con el balón.

A falta de 10 minutos del final y empujando una y otra vez en el área del Sestao al final llegó el gol. En un córner, de los tantos que sacó el conjunto blanquiazul, el balón quedó rechazado en la frontal del área y Dacosta con un gran disparo puso el balón en la escuadra de la portería del exportero blanquiazul Sergi Puig para poner el empate en el luminoso.

Con tiempo por delante El Toralín se volcó con el equipo y de hecho llegaron ocasiones para poder hacer otra remontada épica. Primero Lancho y luego Borja Valle, los dos en la misma jugada mandaron el balón al palo en lo que podía haber sido la guinda del pastel blanquiazul, pero esta vez no fue como contra el Arenteiro. 

De esta forma el Sestao rascaba un punto vital para ellos y la Ponfe perdía así una gran oportunidad de levantarse tras el mazazo de Riazor, pero se vio superada por la el gran muro impuesto por Aitor Calle y los suyos.

Con 4 delanteros arriba, es verdad que ninguno referencia, los bercianos insistieron en seguir colgando balones al área, muchas veces sin sentido y menos cuando no tienes a ese ‘nueve’ referencia arriba que te las pueda rematar. En eso se baso la segunda mitad del conjunto blanquiazul, centros y más centros.

Cierto es que se tuvo más balón que otros días, pero sin generar peligro no sirve de nada. Las dos líneas del Sestao acabaron desesperando a una Deportiva que sin juego interior, ya que Markel e Igbekeme estuvieron bastante perdidos, Borja y Abelenda estaban en punta y Ernesto y Dacosta en banda, la única solución era jugar por fuera, justo lo que quería el Sestao.

Por momentos se vieron buenas jugadas, centros con cabeza y algún acierto en el pase, pero las imprecisiones, los nervios del marcador en contra y el hecho de tener que defender el liderato  acabaron desquiciando a una Ponferradina que tiene que seguir trabajando.

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