En el fútbol no atacar suele hacer imposible marcar gol y por tanto ganar un partido. La Sociedad Deportiva Ponferradina se marchó este viernes de Tenerife con cero lanzamientos, tanto a puerta como desviados, llevándose por tanto el premio máximo al que aspiró, un punto que debe saberle a victoria a los bercianos.Desaparecidos en ataque, supo el conjunto berciano aguantar los intentos de un Tenerife por otra parte muy desacertado, firmando ambos un partido que demostró el por qué esta temporada están peleando por un objetivo tan diferente al que lucharon la pasada campaña. La diferencia entre los equipos que juegan el ‘playoff’ y los que intentan evitar el descenso.
Dio la Deportiva una imagen tremendamente distinta a la de la última jornada ante el Villarreal B, curiosamente con exactamente los mismos jugadores sobre el terreno de juego de inicio con una sola variación, la entrada de Nwakali – el mejor junto a Vallejo ante el filial amarillo –por el sancionado Erik Morán. Sin embargo, la entrada del nigeriano no sirvió para que la Ponferradina pudiera ser protagonista y si bien es cierto que en el primer tramo de partido las fuerzas estuvieron mucho más igualadas, con el paso de los minutos el juego se fue girando sobre la portería de Amir.
La Deportiva fue un desierto en ataque, pero mostró una buena cara defensiva que le dio sin sufrimiento el empateDe hecho, apenas la única llegada con cierto peligro de la Ponferradina en todo el partido se puede contabilizar cuando solo se llevaban jugados 5 minutos de partido. Un buen centro de Paris lo salvaba con los puños Juan Soriano evitando el remate de Hugo Vallejo en primera instancia y cerrando ya bien la defensa el rechace que le caía a Yuri.
Apenas fue ese tiempo todo el que duró la intención de la Deportiva de David Gallego de proponer, porque poco a poco el Tenerife fue imponiendo su idea y pisando cada vez más el área berciana. Tuvo el conjunto chicharrero un líder muy evidente, Sam Shashoua, el mejor del partido con margen sobre el siguiente, pero que por sí mismo no fue capaz de dejar los 3 puntos en el Heliodoro. Lo intentó el londinense todo el partido, tanto en solitario, protagonizando los dos primeros lanzamientos del Tenerife que se marcharon altos y, especialmente, jugando para sus compañeros. Una combinación suya con Iván Romero le permitía poner un pase de la muerte que, con Amir superado por el mismo, Elady se disponía a rematar a puerta vacía, cruzándose en última instancia Paris para salvar un gol cantado.
Poco más que un disparo del propio Elady que se marchaba también desviado habría que destacar en una primera parte que evidenciaba la necesidad de los dos equipos de tocar algo en el descanso si querían llevar el partido por otros derroteros que se saliesen de lo plano que hasta el momento se había visto.
Lo cierto es que no hubo cambios de inicio y la magia tampoco sucedió, por lo que la segunda mitad arrancó exactamente igual que había transcurrido la primera en un encuentro al que prácticamente había que tomarle las contantes vitales para cerciorarse de que no estaba muerto. Sin embargo, quizás por el simple hecho de jugar en casa y estar arropado por casi 17.000 personas a las que habrá que preguntar si quieren volver al fútbol, el Tenerife fue capaz de dar un paso adelante y por simple empuje mucho más que por juego, que apenas existió, fue metiendo poco a poco a la Ponferradina en su campo y llegando de forma más continua a la portería de Amir.
Un remate alto de Gallego tras botar una falta lateral y el primer disparo a puerta del partido, que llegó a los 57 minutos de juego y que apenas hizo esforzarse al portero iraní para detener el intento de Romero precedieron el momento en el que ambos entrenadores se vieron obligados a mover el árbol para saber si algo podía suceder.
Los bercianos no lograron realizar un solo tiro en todo el partido y el Tenerife sí probó a Amir aunque tímidamenteNada más lejos de la realidad. Shashoua siguió siendo el más incisivo en el Tenerife a pesar de la entrada de Waldo, Corredera o Dauda y el ataque berciano siguió igual de desaparecido con Espiau y Naranjo que con Lacerda y Yuri. Eso sí, con Nwakali aún lejos de su 100% Gallego reforzó la posibilidad de conformarse con el empate metiendo a Sabit por el nigeriano, lo que prácticamente anulaba definitivamente la posibilidad de pensar en otra cosa que no fuera defender.
Y así fue. El Tenerife lo buscó con corazón, probando a Amir en varias ocasiones, pero sin poner en demasiadas dificultades al portero. La más peligrosa, una llegada de Waldo desde la izquierda que al menos consiguió sacar un disparo potente con el que probarle.
No sería esa la más clara, porque con el partido llegando a su final el omnipresente Shashoua volvía a sacarse de la manga una combinación con Waldo que permitía a este poner un pase de la muerte similar al de la primera mitad que en esta ocasión era Amo el encargado de desbaratar.
Respiraba con esa acción la Ponferradina, que cerraba el partido reconociendo su invisibilidad en el área rival aunque felicitándose por una seriedad defensiva que le lleva a volver a dejar su portería a cero, algo tremendamente valioso como ayer se vio en su traducción al resultado y suma de nuevo fuera de casa ante un rival directo para quedarse con 4 de 6 puntos en esta segunda vuelta, una media que le serviría para lograr la salvación de forma holgada si consigue mantenerla. Eso sí, si quiere sumar de tres en tres necesita mucho más el conjunto berciano, que tendrá la próxima semana enfrente nada menos que al Eibar. Pero eso será harina de otro costal.