El Tirillas emocionó en su pueblo y Jesús Quiñones cazó a un kamikaze

Nuevo triunfo de los líderes de tres categorías; en pesados Jesús derrota en la final a Pedro y se apunta el primer corro de esta Liga

21/08/2023
 Actualizado a 21/08/2023
Chelín y Adrián el de la Sobarriba ofrecieron una disputada final en la que se adelantó el de Puente Almuhey con una cadrilada de póster. | JESÚS F. SALVADORES
Chelín y Adrián el de la Sobarriba ofrecieron una disputada final en la que se adelantó el de Puente Almuhey con una cadrilada de póster. | JESÚS F. SALVADORES

Pocos deportes, tal vez ninguno, ofrecen tantas posibilidades para la emoción y la emotividad como la lucha leonesa. El corro de ayer, en Riaño, uno de los símbolos de los viejos aluches, fue uno de los mejores  ejemplos de lo apuntado. Valgan algunos detalles, emocionantes.

Discurría el corro sin mayores sobresaltos, incluso se notaba que el maratón ha pasado factura, Víctor en la grada sin poder luchar el último día antes de ir al quirófano, otros ausentes (en medios solo 5 luchadores), algunos chispazos de esos luchadores con mucha raza y lucha, David por ejemplo, Uco... cuando en semipesados, después de ganar  el de siempre, Tomasuco, al finalista de casi siempre, Rodri La Perla, a la hora de la entrega de los premios el citado Rodri se dirige a la  grada y saca  de ella a una cara conocida que se mueve con bastante dificultas: Es Pablo Fernández, El Tirillas de Riaño, así le bauticé cuando salía con su melena, su poco peso, su gesto de niño feliz... Rodri le levanta al aire como campeón y la ovación es la más cerrada de la tarde, la más sincera. Después de ella, Rodri va a su asiento y rompe a llorar. En la grada, Álvaro, su hermano, también se rinde a la emoción... 

El momento más emotivo de la tarde se produjo cuando Rodri sacó al centro a Pablo El Tirillas


Era la victoria de Pablo El Tirillas, que hace año y medio cayó de un andamio, mucho tiempo en coma; peregrinó por hospitales de Galicia, León y Madrid; que el año pasado por estas fechas se acordaba desde Madrid del corro de su pueblo, que cuando al fin llegó a casa pidió acudir al corro. Y allí estaba. Emocionado. Feliz. ¿Quién había ganado? En la hierba Tomasuco, después de otra exhibición de libro, de poder, "está en otra galaxia", decía un viejo luchador. Y con Uco, en el corazón de la lucha ganó Rodri, con su gesto. Y el gran triunfador fue Pablo El Tirillas, al que esta victoria catapulta a seguir luchando contra esa larga recuperación que le queda por delante. Pero no hay mal que soporte  una buena cadrilada y Pablo volverá a pisar la hierba del corro de Riaño. 


Jesús, el maestro de la espera


Vamos con otro gesto. Tal vez más desapercibido pues fue la última estampa de la tarde. Jesús Quiñones lograba su primer corro del año y se fue a por su niño Hugo, lo cogió en  brazos y lo llevó al centro para que recibiera él los aplausos que se había ganado su padre. Ganas tenía Jesús, al que Hugo no habría visto ganar pues también viene de un calvario de lesiones, de muchos corros en el dique seco... Y acababa de derrotar (2-0) al líder de pesados: Pedro Alvarado, El Kamikaze de Cistierna.

Jesús sumó su primer corro y lo celebró con el pequeño Hugo, después de un largo  calvario de lesiones


Hizo Jesús lo que mejor sabe hacer, poner a trabajar al rival, aguantarle y aprovechar como nadie la fuerza de quien le quiere tirar  para colocarse con gran habilidad y ver cómo marcha por los aires. Lo hizo una vez. Pedro sonrió y ejerció de kamikaze, más que nunca, tanto que se lanzó por Jesus como si quedara un segundo, quiso recuperar por la vía de apremio, le aguantó el primer golpe y repitió con más riesgo y Quiñones volvió a colocar s cuerpo, volvió a aprovechar su fuerza y vio cómo ‘el kamikaze’ se apuntaba a la más bella forma de suicidio deportivo. Sonrió. Por una vez hizo un gesto de felicidad, se fue a por su niño a la grada y a otra cosa, que ya le hemos puesto número a la casa, que se dice al tute cuando haces el primer juego después de una larga espera.


Y la tarde había empezado con anécdota; los dos hermanos Riaño habían ganado en Riaño, doblete de los chavales de Chucho que ayer sí se pusieron de acuerdo para tener cabeza... Y buena lucha, y raza. Estuvieron inmensos.

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