Más de 9.000 kilómetros separan Salentinos de Iten, el Alto Sil del Valle del Rift, España de Kenia. A esa distancia de casa vivirá el final de uno de sus años más especiales Saúl Ordóñez, que tras ser olímpico en Tokio piensa ya en el futuro en tierras africanas. Mes y medio de concentración en ‘la casa de los campeones’ como se conoce a la localidad de Iten, considerada la meca del atletismo mundial, deben servir para sentar las bases de la preparación de una temporada en la que, si bien no habrá cita olímpica, sí habrá nada menos que dos Europeos y un Mundial al aire libre.
«En abril nos juntamos en el CAR de Sierra Nevada varios atletas y decidimos reunirnos para venir a Kenia a entrenar en este periodo previo a la competición en pista cubierta buscando condiciones buenas de temperatura y altitud para intentar mejorar el rendimiento», reconoce Ordóñez desde su alojamiento en Iten. Es esta su tercera experiencia en el país africano, a donde «quería volver porque es un lugar ideal para mantener la concentración en los entrenamientos, la vida aquí es muy tranquila y ayuda a centrarse en el deporte». Decenas de grupos con centenares de atletas africanos y de todo el mundo que deciden concentrarse allí se reúnen cada mañana en diferentes puntos para realizar sus entrenamientos, con las míticas pistas de tierra como eje central de la actividad y los legendarios ‘fartleks’ por los caminos como opción. En el caso de Ordóñez, afirma que «tras una primera semana de más libertad para adaptarnos a la altura (Iten está a unos 2.400 metros), tanto yo como el resto de atletas del grupo que estamos aquí seguimos al dedillo el plan de Uriel (Reguero, su entrenador). Al final para conseguir el rendimiento esperado es importante seguir las directrices de tu preparador aunque algún día compartamos entrenos con los demás atletas del grupo».
Me gustaría encontrarme con mi antiguo yo, el que estuvo aquí antes de ser campeón de EspañaTiene también esta concentración en Kenia una parte de reencuentro personal para el atleta berciano, que estuvo entrenando en ese mismo lugar en la temporada que supuso su gran despegue: «Obviamente la altitud es muy beneficiosa tanto a nivel aeróbico como anaeróbico, pero venir aquí también es tiene una motivación extra a nivel personal, me gustaría encontrarme con mi antiguo yo, el que estuvo entrenando aquí antes de ser campeón de España en 2017».
A partir de ahí llegó el récord de España, el bronce mundialista en pista cubierta o los Juegos Olímpicos, hitos que esperan seguir creciendo en un año 2022 muy ilusionante y en los que Ordóñez quiere seguir compaginando los 800 metros con el 1.500: «La intención es probar en ambas en la pista cubierta. El calendario aún está por decidir, pero está claro que la vista está puesta en las grandes competiciones internacionales». Un objetivo que ha supuesto dejar de lado el campo a través, donde solo estuvo en Atapuerca «buscando bajar al barro y encontrarme con sensaciones duras, sé que nunca voy a ser un atleta de larga distancia, pero fue una alegría correr allí y ver que la gente me apoyaba aun cuando no iba en posiciones delanteras».
La vida en Kenia es muy tranquila y te permite concentrarte al cien por cien en los entrenamientosLejos de casa, pero en cierto modo también en familia, porque en Iten es amplio el grupo de atletas españoles que entrenan estos días de forma conjunta. Olímpicos como Dani Arce o Marta Pérez así como Lorea Ibarzabal o Elgar Lloret, compañeros del grupo de entrenamiento que dirige Uriel Reguero en Valladolid y que cuenta con otros leoneses como Nuria Lugueros, Sergio Alegre o Marta García, comparten una experiencia donde más allá del deporte tienen importancia muchas otras cosas.
«En general el ritmo de vida en África es muy diferente al europeo, hay muchas cosas que te impresionan, pero si algo en particular me llama la atención podría ser el entrenamiento de los atletas africanos, que está muy relacionado con su forma de vida, la admiro e intento entender desde mi mente occidental», asegura el berciano, que reconoce que la pandemia no está cambiando en exceso la experiencia de viajes anteriores «porque ahora mismo no hay mucho problemas en cuanto a casos de Covid, pero sí que hay una normativa parecida a la de España con el uso de mascarillas y demás restricciones. La verdad es que ahora no se tienen en cuenta la mayoría de ellas al estar estable la situación, pero si la curva crece pienso que sí se puedan retomar».
Un entorno sin duda diferente en el que vivir unas fechas tan especiales como la Navidad, en la que reconoce Ordóñez que tratarán de acercarse un poco a casa... en la medida de lo posible. «Aquí las cosas van muy lentas, hemos encargado dos corderos que nos van a traer vivos para que los cuidemos hasta Nochebuena. El plan es hacer uno a la estaca como suele hacerlo mi abuelo Santiago en Páramo del Sil incluyendo la salsa tradicional que él hace y el otro lo haremos al estilo castellano, al horno, así tendremos las versiones de la tierra de cada uno de los atletas que estamos aquí. La idea es hacer una celebración con los trabajadores de los apartamentos en los que estamos alojados incluso con un grupo de música tradicional si es posible».
Unas navidades diferentes en la ‘cuna de los campeones’
Saúl Ordóñez vive el final de su año olímpico en Kenia, donde busca "reencontrarse" con Europeo y Mundial como objetivos
24/12/2021
Actualizado a
24/12/2021
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