Ya no cabe duda de que es una temporada en la que estás tocado por una varita mágica. En la que el destino, tantas veces cruel con la Cultural, te va dejando pildoritas que incitan a pensar en que el final está predestinado. En la que se vive en ese fino límite entre estar al borde del infarto y acostumbrarse a vivir épicas explosiones finales de las que, con suerte te suelen tocar una o dos al año, pero este colecciona un equipo leonés abonado a la épica.
Si todo llega a buen puerto, habrá un carro de momentos inolvidables que recordar a lo largo de los años. Pero uno de ellos, sin duda, será el vivido este sábado en un Reino de León donde de nuevo en el último minuto llegó un gol que valió tres puntos... y algo más.
Porque rompe la dinámica, que tras cinco pinchazos seguidos llevaba camino de enquistarse. Porque perdió el Nástic con el Sestao, por lo que se eleva a diez puntos, que son al menos cuatro partidos, la distancia con el segundo clasificado. Porque supone un impulso moral tremendo, que recupera mentalmente a un equipo tocado y calma unas aguas que podrían haber empezado a bajar con marejada en caso de otro pinchazo. Por todo eso, el gol con el que en el 89 Eneko Satrústegui dio el triunfo a la Cultural frente al Arenteiro es de esos con sabor a ascenso.
Fue en una falta escorada. Sí, a balón parado, ese que tantos partidos desatasca en esta categoría y al que este año tanto partido ha sacado la Cultural. Marcó jugada Odei en el banquillo. Con Chacón ya sustituido, se dirigió a ponerla Álvaro, con todo el Arenteiro en su área y las ‘torres’ leonesas al remate. Y la puso, cómo la puso, al segundo palo, donde Satrústegui voló por encima del defensa y conectó un estratosférico remate que entraba pegado al palo inalcanzable para el meta rival.
Álvaro colgó al segundo palo una falta escorado y allí Satrústegui ‘voló’ por encima del defensa para marcar
Remató el central, pero hizo el gesto todo el campo. Las más de 8.000 gargantas que llevaron en volandas al equipo, animando en los peores momentos, conectaron ese remate y se unieron en un grito ensordecedor cuando se coló en la portería. Se celebró a lo grande el gol y el triunfo, con todo el campo dando palmas mientras sonaba ‘La Morocha’ y gritando al final el ¡Que sí, joder, que vamos a ascender!
Final feliz para un partido donde la Cultural tuvo momentos buenos, casi siempre liderados por un Pibe desequilibrante por banda mientras le duró la gasolina y que capitalizó todo el peligro, pero también de la mano de Barri y sobre todo de un Bicho que fue creciendo con el paso del partido y cuya sorprendente temprana sustitución frenó el ímpetu leonés.
No obstante, la mejor ocasión antes de ese gol final la había tenido el Arenteiro. Más allá de un tiro dentro el área pero escorado de Baselga, que sacaba Bañuz a córner en el primer palo, no había pisado área el equipo gallego. Pero cuando lo hizo, al cuarto de hora de la segunda parte, a punto estuvo de adelantarse. De un error en la salida de balón, con Bañuz saliendo de su portería para recibir un pase de Víctor García y yéndosele el control permitiendo la recuperación del atacante, nacía una ocasión clamorosa en la que Pascu llegaba para rematar sin portero bajo palos en el punto de penalti.
Tras una pérdida de Bañuz al controlar mal un pase de Víctor García, Pascu tiró sin portero pero bajo palos evitó el gol visitante Satrústegui
Sin embargo, quien sí estaba en la línea era Satrústegui, al que casi podría adjudicársele un doblete, puesto que marcó un gol pero salvó otro, sacando el disparo del atacante y manteniendo en el marcador unas tablas que a punto estaban de romperse pero para el otro lado en la acción siguiente, pues la Cultural montó la transición y Bicho ponía un gran balón para la carrera de Manu Justo, que le ganaba la pugna al defensor pero cruzaba demasiado el disparo que se había sacado al pisar el área.
Era también la mejor ocasión de los leoneses, que en la primera parte sólo habían tenido un tiro muy flojo de Manu Justo a las manos del portero, y un tiro al palo de Chacón, tras pase de Bicho, que estaba anulado por fuera de juego.
Justo, tras ganar la carrera y el duelo al defensa, cruzó demasiado en la que había sido la mejor ocasión de una Cultural liderada en ataque por Pibe
Quedaba la bala del arreón final. De un último cuarto de hora en el que el Arenteiro intentó perder todo el tiempo del mundo, pues el punto era muy valioso para ellos, y la Cultural empujó con más corazón que acierto, con un Samanes muy participativo en los minutos posteriores a su entrada dando un plus de energía al equipo y un Escobar como siempre determinante en área convirtiéndose en el principal foco de peligro de los leoneses, que llevaron el ‘uy’ a la grada tras una cabalgada suya que Artola se ‘dormía’ cuando la tenía para rematar en área pequeña.
No hubo que lamentarlo, porque quedaba lo mejor. Quedaba ese ‘vuelo sin motor’... ¿con destino a la Segunda División?