Y al final, el fútbol es de los aficionados

Hay veces que el más pequeño de los gestos desmonta semanas de papel, polémicas, cruces de palabras y demás parafernalia. La decisión de Francisco Serrano, gerente del Palencia, de tratar de evitar el viaje masivo de los aficionados de la Cultural no solo lo anuló el contundente resultado que se llevaron los suyos en un estadio desangelado en el que a pesar de la medida se escuchó mucho más a los leoneses que pese a todo decidieron viajar. Lo hizo la propia afición del club castellano en uno de esos gestos que reconcilian a uno con el deporte.

Porque cuando los aficionados leoneses iban llegando a las taquillas de la Nueva Balastera, fueron muchos los socios palentinos que esperaban para, sabiendo que no iban a hacer uso de la entrada a mayores que se les permitía retirar al precio de 10 euros, ofrecérsela al culturalista convencido de pagar el doble. Toda una lección de los aficionados más puros de un club que nació precisamente de su iniciativa y que les ha sido arrebatado años después.

Eso en Palencia, porque en la Cultural ha quedado demostrado que justo cuando más hace falta club y afición reman en la misma dirección. Valió otro simple gesto para darse cuenta de ello, el que protagonizaron los representantes culturalistas en la Nueva Balastera renunciando a ver el partido en el palco y haciéndolo en la grada opuesta al mismo junto a su afición.

Un conglomerado de motivos, lo ocurrido en Palencia tanto en la grada como en el campo así como lo que ello conlleva, que invita a mirar atrás, pensar en aquella rueda de prensa en el Ayuntamiento de León hace solo 6 años y ser consciente de que es el momento de ir en una sola dirección, disfrutar y soñar.

El fútbol y el tiempo a buen seguro recompensarán las penurias pasadas y es el momento de que los que allí estaban arrastren al nuevo a ser partícipe de ello. El primer paso está más que claro. Tiene fecha, lugar y hora. Porque el Reino de León debe ser este domingo una caldera con un solo objetivo.