El míster confiaba en que su guardia pretoriana tirara del carro una vez más en El Toralín, pero fue Yuri el que terminó sacándole las castañas del fuego y salvando un punto que podía haberse convertido en tres si Tete hubiera logrado dirigir entre los tres palos la volea con la que terminaba un encuentro en el que la Ponferradina solo llegó al área contraria con cierta continuidad enlos últimos minutos.
Antes, el conjunto berciano se encontró con la resistencia de un Leganés que llegó a anular por completo a los blanquiazules, especialmente durante los primeros minutos. No hay domingo de Pascua sin torrijas, y la de la Deportiva costó muy caro.
Primer parte para los madrileños
El dominio de los madrileños durante la primera mitad fue absoluto. Los de Asier Garitano ya demostraron en el Villamarín que son capaces de plantar cara en los estadios más difíciles, y El Toralín no fue una excepción. Hasta tres veces avisaban los pepineros antes de adelantarse en el electrónico, pero la justicia acababa haciendo acto de presencia en el feudo berciano y los visitantes obtenían el premio del gol cuando apenas había transcurrido un cuarto de hora.
Álvaro se lo guisó y Eraso se lo comió. El extremo recogía la pelota en la banda, se metía por dentro y soltaba un latigazo que Kepa conseguía desviar lo justo para que se estrellara en el palo. Era entonces cuando aparecía Eraso que recogía el balón en el corazón del área totalmente libre de marca y fusilaba a placer.
El gol despertó a la Deportiva, que metía una marcha más pero se precipitaba una y otra vez con balones largos buscando la velocidad de Sobrino, totalmente anulado por Mantovani y Postigo. Y es que la precipitación fue un pecado casicapital para el conjunto berciano. El fracaso suele ser el denominador común de los equipos que en una remontada tratan de meter antes el segundo que el primero. Tampoco ayudaba tener enfrente un equipo que domina tan bien las dos facetas del fútbol. Jugó cuando quiso y no dejó jugar cuando le convino.
Solo una parada tuvo que hacer Serantes durante la primera mitad: un cabezazo de Alberto Aguilar a la salida de un córner que atrapaba bien el cancerbero visitante. Es preocupante que sea un defensa el autor de la mejor ocasión de peligro, pero todavía lo es más en un equipo que puede presumir de contar con dos de los mediapuntas más desequilibrantes de la categoría.
Con Acorán y Pablo Infante en búsqueda y captura se llegaba al descanso del choque. ¿Lo mejor? El resultado. Y es que en una de las primeras partes más flojas de la Ponferradina en su estadio, el partido seguía abierto.
No es el más rápido, ni el más habilidoso, pero el brasileño demostró una vez más ser el más listo de la claseTras la reanudación, el choque continuaba por los mismos derroteros. Los blanquiazules seguían sin encontrar la salida al laberinto propuesto por Garitano y el paso de los minutos no hacía más que aumentar el nerviosismo y la ansiedad de ambos conjuntos. ¿El resultado? Adiós al juego ‘limpio’ y vía libre a las hostilidades, lo que se tradujo en un carrusel de tarjetas y acciones muy feas. Lo sufrió Berrocal en sus propias carnes. No fue su partido más brillante, pero su compromiso está fuera de toda duda y se parte la cara en cada partido. Ayer lo hizo de forma literal, en un balón dividido en el que el delantero acaba con el pómulo abierto.
Tras unos minutos y para evitar males mayores, Díaz retiraba al ariete del terreno de juego, una decisión que terminó siendo clave. Yuri hacía acto de presencia y solo tardaba cinco minutos en encontrar el camino hacia el gol que tanto se había resistido.
Reacción inmediata
No es el más rápido, ni el más habilidoso, pero el brasileño demostró una vez más ser el más listo de la clase. El capitán de la Deportiva sacaba partido de un barullo en el área y ponía las tablas en el marcador en el que fue uno de los pocos disparos a puerta del conjunto berciano a la portería de un Serantes que a punto estuvo de costarle los tres puntos a su equipo.
Pero antes fue El Toralín el que se llevó un susto. Chuli tuvo el 1-2 en sus botas nada más sacar de centro, pero el jugador cedido por el Betis se emborrachaba de balón y acaba disparando al cuerpo de Kepa.
Entonces le llegó el turno a la Deportiva, que con más fe que fútbol rozó el segundo. Con el colegiado mirando de reojo el cronometro, Serantes despejaba mal y regalaba un córner. El cancerbero volvía a pifiarla, salía a por uvas y el balón le llegaba a Tete, que le pegaba con el alma y la mandaba solo unos centímetros por encima del larguero, dejando a la Deportiva con un punto agridulce, ya que a pesar de las malas sensaciones de la primera mitad, el conjunto berciano tuvo en sus manos llevarse los tres puntos.