Hay momentos que pueden acabar marcando temporadas. Que quedan en la retina de los aficionados, aunque supongan sólo un triunfo más. Que se cantan con pasión inusitada en el momento, se cuentan múltiples veces después y se acaban recordando a final de temporada al pensar en el camino recorrido si has logrado tu objetivo.
Y el vivido este domingo en el Ruta de la Plata será sin duda uno de ellos. No era un partido que fuera a pasar a la historia por lo visto en el césped, porque a dos minutos del final la Cultural no había tenido ni una ocasión y el Zamora únicamente una clara. Sí lo era por lo que se estaba viviendo en la grada, con unos 1.400 seguidores culturalistas copando la zona de preferencia del Ruta de la Plata en el mayor desplazamiento desde el descenso y ansiando una alegría que se hizo esperar… pero mereció la pena.
Porque en el minuto 88, Chacón se inventó una genialidad. Hizo una buena jugada por la banda derecha Escobar, tras irse de su par puso el balón al área y ahí apareció el genio gallego, que en el aire hacía un escorzo y conectaba una media volea, rematando de primeras el balón y poniéndolo a media altura y pegado al palo, inalcanzable para el meta rival.
Ramos estrelló en el larguero un disparo lejano en la mejor ocasión local, a los 12 minutos del choque
Era la inigualable carta presentación del gran deseado. De ese jugador por el que la Cultural esperó durante gran parte del verano. Por el que la afición suspiró y sufrió viendo si acabaría llegando o no. En quien quizá se depositaron más esperanzas de las reales… aunque cualquiera dice eso tras lo que se ha sacado de la manga en Zamora.
Cuando él recibía, se veía que podía pasar algo diferente, en especial en una primera mitad donde de varios pases al hueco suyos llegó la mayor sensación de peligro culturalista. Que dicho sea de paso, no fue mucha. Un disparo de Calderón, fácil a las manos del portero, era su único tiro a puerta hasta ese momento. Y en realidad es que era todo su caudal ofensivo, con las subidas de los laterales como amenaza sin remate en la primera mitad, y la nada más absoluta como bagaje en la segunda.
La Cultural volvió a brillar en defensa, sin conceder nada prácticamente, pero apenas generó peligro en ataque
Pero cuando tienes pegada… defenderte bien puede ser suficiente. Y eso lo borda este año la Cultural, con una nueva solvente actuación de sus centrales y laterales, que prácticamente nada concedieron al Zamora, que tuvo en el arranque de partido su gran oportunidad.
Fue a los 12 minutos. Carlos Ramos llegó con el balón controlado cerca de la frontal y, todavía lejos de ella, se soltaba un tremendo ‘zapatazo’ que superaba a Bañuz pero se estrellaba con violencia contra el larguero, para desesperación del Zamora y alivio de la Cultural, que se libró en esos momentos donde se vio más agobiada, con dos de sus defensas (Víctor y Satrustegui) viendo tarjeta, y su portero sacando a córner una falta escorada hacia la izquierda que Ramos disparaba a puerta.
Chacón llevó al éxtasis a los 1.400 leoneses al poner pegado al palo y a media altura su remate en el aire
Acabó yendo a más la escuadra culturalista de ahí al descanso y salió de él con el mismo ritmo lento que le imprimía el Zamora, que combinaba el perder todo el tiempo del mundo en cada saque, con ser sin embargo quien más llegaba a área rival, provocando muchos córners y acciones a balón parado pero no inquietando en ellos a un equipo leonés que los defendió muy bien, siendo un tiro lejano que se envenenó al botarle justo delante a Bañuz la única vez que encontró portería.
Como la Cultural apenas generaba, el partido parecía un 0-0 de libro. De hecho, el año pasado lo hubiera sido. Pero este año, la Cultural tiene mucho gol arriba. Y cuando posees eso, pueden suceder cosas inesperadas. Pueden aparecer de la nada Escobar y Chacón y fabricarte un gol que convierta el dulce el regreso a León de 1.400 seguidores y contribuya a seguir aumentando la ilusión en una ciudad que vuelve a soñar.