Donde la mina se resiste al olvido
Que el Bierzo lleva en el ADN la minería fósil es genética local. El pasado reciente que han ofrecido los pozos a la comarca forma parte de un orgullo colectivo que quiere mantenerse a través de la puesta en valor del patrimonio minero como recurso turístico
11/08/2019
Actualizado a
19/09/2019
La nostalgia del carbón busca seguir dando sentido al himno de Santa Bárbara y es ahí donde el empresario minero, Manuel Viloria ha visto la necesidad de la inmortalidad. ‘Memoria minera’ lleva por nombre un proyecto museístico que quiere homenajear a los miles de mineros que en 120 años de actividad han sido bercianos manchados de negro. Aquellos que escuchaban el pitido para bajar por la rampa al pozo que ahora vuelve a la vida para recuperar ese inicio de jornada con el sello de la incertidumbre incrustado. Torre del Bierzo se convierte en sede del recuerdo ahora, cuando por primera vez la comarca cuenta su historia para hacer de ella un recurso. Las distintas calificaciones del turismo golpean a un mundo que viaja rápido y se para poco, pero en el que no encaja un Bierzo sin carbón, pese a que sus minas huelan a azufre revenido y los operarios que quedan a sus puertas ya no sigan el perfil del minero devoto. Es el primer proyecto con el que Fundación Cultura Minera quiere aplaudir al pueblo generoso que cedió mano de obra y recibió pan desde la mina. Es su regalo de futuro como ofrenda a un mundo de sacrificio y muerte. Un paso en el que la memoria quiere reencontrarse con las administraciones y con los empresarios que vean en esa nostalgia un capítulo en el que ahondar. Pero aún queda libro por leer, el accidente del túnel del lazo o el tren Ponfeblino pueden estirar ese homenaje desde el que sembrar otra cultura sin salir del apellido minero.
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