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El alcalde de España

12/02/2022
 Actualizado a 12/02/2022
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«No era normal un alcalde como yo». Esa fue una de las reflexiones que compartió conmigo José María Alonso Alcón, alcalde de Valencia de Don Juan durante la movilización antinuclear de 1975, en la grabación hace unos meses del documental ‘Coyanza-1975, Democracia Nuclear’. Nada más que me enteré del reciente fallecimiento de Chema Alcón, como era conocido por sus paisanos, me vino a la cabeza esa frase contundente que me dijo con la mayor sinceridad y modestia posible. Cuando la escuché en directo ya me quedó grabada por la manera tan humilde con la que lo dijo, despojando incluso de importancia a las acciones que llevó a cabo en esos meses claves para toda la provincia leonesa. No fue fácil conseguir convencerle para que participara en el documental, fruto creo de esa humildad y de huir de ansias de protagonismo, cuando realmente lo que hizo sí es digno del mayor reconocimiento.

Claro que no era normal un alcalde como él. Quién se iba a esperar que en aquel 1975 cuando se enfrentó a la decisión de elegir entre estar con su pueblo o seguir las directrices del Gobernador Civil y del Régimen, que eran quienes le habían nombrado a dedo, eligió defender los intereses de los ciudadanos a los que representaba como alcalde. Esa elección le valió para que en algún medio de tirada nacional se le bautizara como ‘el alcalde de España’. Pero no sólo hay que reconocerle la valentía personal para oponerse al Régimen, sino que además consiguió convencer a más de 40 alcaldes del Movimiento para que le siguieran en ese desafío histórico al orden establecido.

Les voy a ser sincero, me da mucha pena que no haya podido ver el documental finalizado, pero, por otro lado, estoy más que satisfecho por haber contribuido a que su testimonio no haya desaparecido con él.Casos como éste son precisamente los que demuestran la importancia de recuperar la memoria democrática de nuestro país y en los casos que sea posible, con los testimonios de los protagonistas de hechos que nunca deben ser olvidados y que sirven para transmitir a generaciones presentes y futuras unos valores que deben ensalzarse.

Una de las lecciones que ha dejado Chema Alcón para la historia es la esencia misma de la política bien entendida, en la que el representante público debe servir al pueblo y no gobernar pensando en sus propios intereses o en los de su partido. Sé que es un sueño inalcanzable, pero ojalá que quienes salgan elegidos mañana para representar a los castellanos y leoneses en el gobierno autonómico sigan el ejemplo de Chema Alcón, ‘el alcalde de España’.
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