224 kilos de explosivos desmantelan las tres estructuras de Compostilla y dejan 16.900 toneladas de escombro

Los grupos 1 y 2 ya se encuentran desmantelados, y existen trabajos de desmontaje de los grupos 3, 4 y 5 en todas las áreas de manera simultánea

31/08/2023
 Actualizado a 31/08/2023
Momentos de la voladura que segó las torres.
Momentos de la voladura que segó las torres.

“La demolición por voladura de las dos torres de refrigeración y la antigua chimenea supone todo un reto técnico”, explicó Endesa. Un exhaustivo procedimiento con el objetivo de garantizar unas condiciones absolutas de seguridad ha estado detrás de la demolición. “Esta misma prevención se está aplicando en todos los procesos que conforman los trabajos en curso en la planta, que además tienen como objetivo revalorizar, al menos, el 90 % de los residuos que se generen”, asegura.

En la voladura de las torres el proceso ha sido aún más complejo, ya que ha estado soportado por un proyecto específico en el que se ha analizado estructuralmente la afección de los trabajos preparatorios, así como la dinámica de la voladura, su secuencia, direcciones de caída, medidas mitigadoras de las afecciones, medidas de vibraciones y puesta en seguridad de todos los elementos y estructuras afectadas.

Esos trabajos previos a la demolición se iniciaron en junio de 2022 con la retirada y gestión de los equipos en los que se producía el intercambio de calor, compuestos básicamente por materiales de relleno plástico situados en su interior. También se acondicionó y separó la parte externa de la interna, se desvincularon los elementos unidos a la torre y se desmanteló el equipamiento situado en la zona de afección.

Para la voladura de las dos torres se han empleado 1.176 barrenos y otros 100 para la chimenea, completando un total de 224 kilos de explosivo, que se han colocado en los pilares de las torres y en la base de la chimenea mediante taladros distribuidos para dirigir la caída en la dirección planificada. En el proyecto se ha fijado un radio de seguridad de 400 metros desde cada una de las estructuras.

La detonación se ha realizado de forma secuenciada en las dos torres y en la chimenea (en 4 segundos se han detonado todos los explosivos) para minimizar la vibración del terreno y las proyecciones de material.

La voladura ha producido 16.900 toneladas de residuos aproximadamente (básicamente hormigón), que serán gestionados de acuerdo con la normativa medioambiental. Estos residuos se valorizarán en obra al ser usados como material de relleno, por su carácter inerte, segregando previamente el hierro que se retirará para su valorización y nuevo uso.

Para minimizar la afección del polvo derivado de la explosión se han instalado en el perímetro de las torres y en la chimenea sistemas de irrigación y nebulización de agua, en servicio incluso durante el momento de la detonación.

Las dos torres de la central térmica de Compostilla eran idénticas en sus medidas y características geométricas: 110 metros de altura, 83 de diámetro en su base y 50 de diámetro en la coronación. Habían sido construidas en hormigón, y cada una tenía un peso de 7.100 toneladas aproximadamente. Por su parte, la chimenea contaba con unas dimensiones de 120 metros de altura, 10 de diámetro en su base y 6,5 de diámetro en la coronación; construida también en hormigón, pesaba 2.700 toneladas, aproximadamente.

Eran un componente fundamental del ciclo de producción de vapor que movía las turbinas para generar electricidad. Su función consistía en enfriar el agua caliente proveniente de los condensadores de los grupos de producción de energía (lugar donde se condensa el vapor del ciclo agua/vapor una vez que ha pasado por la turbina). A su vez, la chimenea, tenía como uso la evacuación final de los gases de combustión del grupo 3 una vez superados los procesos de tratamiento correspondientes.

Cuando el pasado junio de 2020 la central térmica dejó oficialmente de estar operativa, solo disponía de tres grupos, cuya potencia sumaba 1.051,7 megavatios (MW), que habían entrado en funcionamiento entre 1972 y 1985. Otros dos grupos más antiguos ya se encontraban en proceso de desmontaje, después de permanecer en servicio desde comienzos de los años 60.

Las instalaciones ocupan unas 375 hectáreas, superficie en la que se distinguen tres áreas claramente diferenciadas: una que alberga los grupos de generación eléctrica, otra que acoge los parques de transformación e instalaciones auxiliares, y una última, el parque de carbones con el vertedero de residuos no peligrosos.

Los grupos 1 y 2 ya se encuentran desmantelados, y existen trabajos de desmontaje de los grupos 3, 4 y 5 en todas las áreas de manera simultánea, con el objetivo de completar su desmantelamiento a nivel de rasante en mayo de 2025, y la posterior remediación de suelos en diciembre de 2025.

Trabajos de demolición

Endesa inició los trabajos de desmantelamiento de los Grupos 1 y 2 en el año 2019. Estos fueron ejecutados por la UTE formada por las empresas ACSA – HERCAL, que los completaron el pasado junio de 2022.

En octubre de 2020, Endesa adjudicó a la empresa Recifemetal, los trabajos de desmantelamiento de los grupos 3, 4 y 5 de la central térmica de Compostilla. Endesa agrupó las zonas de demolición por sistemas e instalaciones homogéneas existentes en el emplazamiento.  Actualmente los trabajos de se encuentran avanzados en más de un 50 %, y en ellos está trabajando personal especializado, el 80 % del cual son profesionales del Bierzo.

Una vez se finalice el desmantelamiento, la superficie que ocupaba la central quedará disponible para acoger nuevos proyectos industriales. En este sentido Endesa empezó a trabajar en el diseño de un plan de futuro -Futur-e- para la zona nada más anunciar su cierre, buscando proyectos empresariales seleccionados por un comité de evaluación de expertos en el que participan el Ministerio de Transición Ecológica, la Junta de Castilla y León, las alcaldías de Ponferrada y de Cubillos del Sil, la Universidad de León y la propia Endesa.

Además, Endesa está trabajando en otros proyectos paralelos como la alianza energética con Tvitec para desarrollar en Cubillos del Sil un alto horno de vidrio; o la construcción junto a PreZero y Endesa que participa en el capital de una planta de reciclaje de palas eólicas; o la creación junto a Urbaser de la sociedad Novolitio, la primera planta de reciclaje de baterías de vehículos eléctricos de la Península Ibérica.

A estos proyectos se une el desarrollo de nuevos proyectos de energía renovable en la zona. La suma de toda esta nueva actividad energética y empresarial generará cifras de empleo superiores a las que había antes del cierre.

Asimismo, para completar lo alcanzado hasta ahora, Endesa busca dar un nuevo impulso al Plan Futur-e implicando en el mismo a Metys, una de las consultoras europeas de mayor prestigio especializada en procesos de reindustrialización. Metys está ejecutando un plan de prospección de proyectos tanto a nivel local como nacional e internacional, en sectores productivos en los que tenga sentido la localización en el Bierzo. “Ya ha realizado contactos con más de 3.000 empresas y para ello, está en contacto directo con instituciones y agentes multiplicadores, a quienes ya han presentado algunas de las ideas recibidas hasta el momento”, apuntan.

Endesa, a través de su filial renovable Enel Green Power España, está complementando estas iniciativas empresariales con proyectos energéticos que se quiere desarrollar siempre en el entorno de influencia de la antigua central térmica.

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