"Las administraciones deben contemplar las peculiaridades del campo berciano"

Begoña Bello, delegada de Asaja en el Bierzo, vicepresidenta en León, apicultora y agricultora berciana

15/05/2024
 Actualizado a 15/05/2024
Begoña Bello, delegada de Asaja Bierzo. | MAR IGLESIAS
Begoña Bello, delegada de Asaja Bierzo. | MAR IGLESIAS

Lleva dos años en la Vicepresidencia de Asaja León y encargándose de la delegación del Bierzo y son cuatro los que lleva apellidándose apicultora y castañicultora, después de decidir, tras 23 años viviendo en León, que lo suyo era estar en el campo. Lo hace porque es su manera de enfocar la vida, pero sabe que, cada año, es jugarse el pan a la ruleta rusa, siempre con una mirada puesta en el cielo y otra en la velutina.

-Estamos mirando al cielo en unas semanas en las que recordamos la helada de 2017 por abril ¿cómo lo están viendo desde el sindicato?
-Es curioso porque justo hace un año le estábamos pidiendo a San Isidro que lloviese y creo que este año lo que le pedimos es que estabilice el tiempo. De agua vamos bien y creo que lo que necesitamos es que venga buen tiempo. Esperemos que no haya daños en los cultivos, pero seguimos mirando al cielo. Todos sabemos que el cambio climático es un hecho y nos tenemos que amoldar a lo que es. Nos hace muchos estragos a los que vivimos del campo.

-Sobre todo en el Bierzo con esas heladas. Se habla siempre de colocar sistemas antiheladas pero que no llegan adecuados a las peculiaridades del Bierzo ¿cree que la Junta debería recogerlas?
-El problema que tiene el Bierzo, una comarca excepcional, con sus sellos de garantía, es que no entra en muchas subvenciones por sus peculiaridades. Somos minifundistas, para lo bueno y para lo malo. Producimos con gran calidad, pero tenemos fincas muy pequeñas. Lo que dice la Junta sobre los sistemas antiheladas es que se deben agrupar varios productores, al menos dos y eso es muy difícil. Deberían contemplar las características que tenemos aquí. No tener en cuenta lo que somos es un error. 

-La agroalimentación es la pata a la que se coge el Bierzo para marcar un futuro, pero no sé si considera que esa es la salida y si las administraciones se están remangando para hacer que lo sea...
-Yo creo que no se están remangando. Siempre nos prometen cosas que no acaban de llegar. La salida del Bierzo es el campo. En cualquier concurso se premian nuestros productos. Creo que las administraciones se llenan la boca de decir lo grande que es el Bierzo pero no apuestan por la comarca, lo hacemos la gente que luchamos por seguir aquí, que es muy complicado. Somos los que apostamos por el Bierzo y vendemos Bierzo con nuestros productos.
 
-¿Qué deberían hacer las administraciones?
-Deben mirar nuestras peculiaridades. Uno de los grandes problemas que tenemos es el del catastro. Al ser minifundistas, cuando quieres comprar una finca, te encuentras que tiene muchos propietarios, herederos...Deben facilitar esas cosas porque nos lo pone muy difícil. Necesitamos que se adapten las ayudas a lo que realmente somos. 

-Una de las claves es la modernización de regadíos. Ya se han dado todos los pasos pero parece que las obras no comienzan. ¿Confía en que se haga realidad ya?
-Es un avance que ya esté todo en regla. Lo que se pide es que empiece cuanto antes, porque esto es tiempo. Cuanto antes se acabe, antes podremos usar esa modernización, que es un gran avance para el Bierzo.

-También se ha hablado del Parque de la industria agroalimentaria del Bierzo ¿considera que es un proyecto fundamental o que debería ir después de otros muchos?
- Creo que necesitamos apostar por nuestros productos, que son de gran calidad. Ponerlos más en el visor. La Junta tiene que dar visibilidad a nuestros productos, que se consuman en la cercanía y que los agricultores puedan ganar. Todo el mundo trabaja por dinero y nosotros también. Los costes que nos implica producir en el Bierzo son más altos que en otras zonas porque somos minifundistas y nos cuesta competir, tal vez ahí es donde nos podrían ayudar las administraciones, poniendo en valor nuestros productos. 

-En esa puesta en valor, Asaja siempre habla de adecuar los precios a productos delicatesem, ¿ese mensaje está calando o no?
-Cuando estás adherido a un sello de calidad, te da un nivel a tu producto que debería pagarse más. Sabemos que es un momento complicado, porque somos productores y también consumidores...pero lo lógico es que se apueste por el producto de aquí y no por el de fuera. Si estuviéramos en las mismas condiciones valdría, pero si las exigencias no son las mismas fuera de Europa, no me parece bien.

-Con lo que sí podemos competir es con el viñedo viejo, pero también se estimula cortarlo, aunque parece ser que hay una figura por la que puede permanecer pero ¿qué le parece que se esté marcando esa norma que quite una seña de identidad?
-Me parece ilógico que, cuando muchos viticultores están trabajando en la recuperación del viñedo viejo, que cuesta mucho más que arrancarlo, no considero que se deba quitar. Parece que todo está mal y que nosotros lo hacemos todo mal y que estamos en contra del medio ambiente. Yo vivo del medio ambiente y quiero cuidarlo.
 
-En cuanto a la apicultura, que es a lo que se dedica, la velutina sigue acechando ¿no sé si se están viendo solos en la lucha contra ella?
-Nos estamos viendo solos. Yo estoy en el Consejo Agrario y expongo siempre el problema de la velutina, que ha llegado para quedarse, pero hay que poner medios para combatirla. Tenemos un protocolo que está sin actualizar desde 2017. El problema de la velutina no es solo de los agricultores, es de los fruticultores, de los viticultores y de la gente de a pie. Pero no podemos hacer nada más que poner trampas. 

-En cuanto a la castañicultura, cada año una plaga, cada año la producción más mermada ¿hay soluciones ante esto o el futuro de la castañicultura está comprometido?
-Creo que el clima lo está marcando y no podemos hacer nada en contra. La avispilla sí que se está aplacando gracias a la Junta, para mí ha sido un éxito, pero luego está el hongo y otros problemas. Creo que hay que amoldarse a la situación del tiempo, que nos juega malas pasadas. 

-¿Esa dependencia del tiempo compromete el relevo generacional?
-No, hay gente joven interesada en ser agricultor. Las incorporaciones, cada año, son una realidad. Asaja está a la cabeza de incorporaciones en la provincia, pero sí es difícil y duro dedicarse a esto. Apuestas todo a que, tal vez, no tengas nada. 

-¿Donde pone el foco Asaja Bierzo en este momento?
-Uno de los problemas contra los que estamos luchando es la proliferación de parques eólicos. Llevamos dos años viendo como, cada poco, se proyecta un parque eólico o fotovoltaico. No estamos en contra de ese tipo de energías, pero estamos en contra de las zonas en las que se quieren poner. No entendemos que quieran echar a la gente ni sabemos qué beneficios reales van a traer. Siempre ponemos alegaciones y ahora sí hemos conseguido que se caigan muchos de ellos. Pero se aprovechan de zonas con poca gente. Otro de los problemas que nos preocupa es la digitalización, el cuaderno digital y todas las gestiones que tenemos que hacer vía internet. Es muy bonito para quien sepa utilizar las nuevas tecnologías, pero, dejando eso de lado, hay pueblos a los que no llega esa conexión.

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