Adelantándose al derribo de las chimeneas y torres de Compostilla II, Endesa ha procedido este jueves a la voladura de la chimenea de la central térmica de Andorra, un paso más en el proceso de cierre y desmantelamiento de las centrales de carbón que la compañía está llevando a cabo y que completará en la península en el año 2027.
La demolición de la chimenea de la central, junto con la voladura de las tres torres de refrigeración llevada a cabo el pasado mes de mayo, ha supuesto un hito, reconoce Endesa, no solo por el simbolismo de la estructura sino también desde un punto de vista técnico. Para la realización de la actuación ha sido necesario diseñar un exhaustivo procedimiento con el objetivo de garantizar unas condiciones absolutas de seguridad y efectivas de demolición.
Para la demolición se han utilizado 170 detonadores no eléctricos, 108 conectadores de superficie, 8 detonadores no electrónicos y 265 Kg de explosivo, que se han colocado en la estructura mediante taladros distribuidos para dirigir la caída en la dirección planificada. En el proyecto se ha fijado un radio de seguridad de 600 metros.
La voladura ha producido alrededor de 25.000 toneladas de residuos (básicamente hormigón), que serán gestionados de acuerdo con la normativa medioambiental. Estos residuos serán valorizados en obra al ser usados como material de relleno por su carácter inerte, en cuanto al residuo del hierro que constituía la armadura del hormigón armado, se revalorizará para su posterior uso.
Andorra se adelanta a Compostilla en el derribo de las torres de su térmica
La voladura ha supuesto "un hito" por el simbolismo que representaba la estructura y la complejidad técnica del cierre
16/02/2023
Actualizado a
16/02/2023
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