Asaja pide más control sobre el origen de la uva en el Bierzo

La organización agraria Asaja dice tener conocimiento extraoficial de que el Órgano de Control y Certificación del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Bierzo, en proceso de acreditación por Entidad Nacional de Acreditación, quiere profundizar ya en esta vendimia  en el sistema de autocontrol de los operadores, "lo que supone la eliminación de la figura del veedor o al menos limitar sus funciones", denuncian.

Asaja considera que la figura del veedor "sigue siendo clave para garantizar la procedencia y calidad de la uva", y que, por tanto, esta figura de control se debe de mantener "al menos hasta la completa implantación del sistema de certificación de la calidad al que está sometido este y otros consejos reguladores".

Desde Asaja, piden al Consejo Regulador de la Denominación de Origen (DO) Bierzo que haga públicas las normas de vendimia para la campaña 2019.  Creen que es necesario que los viticultores y bodegueros conozcan la normativa de este año con la suficiente antelación al inicio de la cosecha con el objetivo de que todos ellos cumplan el reglamento de la DO en beneficio tanto propio como de los consumidores.

Recuerdan en la organización Agraria que el Instituto Técnico Agrario de Castilla y León (Itacyl) ha publicado una modificación parcial del pliego de condiciones de la DO Bierzo. Y por tanto, si no se hace público el reglamento de este año, puede haber mucha confusión con la normativa en el sector. Y es que existen muchas dudas de si los cambios que ha planteado en Itacyl,  que aún deben pasar varios trámites a nivel nacional y en Europa, afectarían ya a la vendimia de 2019.

Aunque afirman no estar en contra de los cambios, entienden que estas modificaciones que afectan, entre otras cosas, a marcar en el etiquetado el tipo de viñedo del que procede la uva, benefician únicamente a los bodegueros propietarios de viñas. No así a los viticultores independientes que entregan su cosecha a bodegas o cooperativas. Por eso creen que el Consejo Regulador está teniendo más sensibilidad con  los intereses de las grandes bodegas, que con los más de dos mil pequeños viticultores del Bierzo, "algunos de los cuales viven exclusivamente de forma profesional de este sector".