Música y luces se fundieron en el Palacio de Canedo para dar el pistoletazo de salida a la Navidad, y lo hicieron con un aplauso. El que cada año da la Fundación Prada a Tope para reconocer a una institución que sea un emblema comarcal que presuma de territorio más allá de la comarca. Es lo que pone sobre la mesa con su Castaña de Oro que este año ha recaído en la Banda de Música Ciudad de Ponferrada.
Los patronos de la Fundación reconocen así la trayectoria de casi tres décadas como asociación dando estructura y continuidad a una Banda de Música que, si bien tuvo sus primeros conciertos a finales del siglo XIX, es desde principios de los años ochenta cuando ha tenido continuidad hasta nuestros días.
La Asociación ha logrado que el colectivo haya ido creciendo hasta los más de 70 músicos de la actualidad desarrollando una "increíble labor cultural". La Fundación reconoce su papel “enriqueciendo el panorama musical del Bierzo, formando jóvenes músicos, innovando con atrevidos repertorios y puestas en escena, pero sin olvidar las raíces más clásicas de una banda y, sobre todo, por llevar el nombre del Bierzo por toda España con una gran calidad profesional y humana”. Así lo destacó en la entrega, con Ana Beatriz Silva, presidenta de la asociación y parte integrante de la banda desde 1988, y su director Javier Cerezo Gil desde hace seis años. Ambos manifestaron el honor que supone este galardón que les incita a seguir trabajando en poner la tilde musical en la comarca. Son parte de ella y el telón de fondo de todos sus eventos, algo que comparten con una formación que ha crecido y que sienten que está siendo valorada, algo que no siempre ha pasado. El miembro más joven y el mayor de la formación recogieron el premio al lado de los directivos de la agrupación.
Silva agradeció el galardón "porque venimos de tocar en parques, solo para los pájaros", dijo, reconociendo el crecimiento que ha tenido el grupo. "Debéis saber de dónde venís" le dijo a los componentes de la banda muy emocionada, pidiéndoles no rendirse, pese a las piedras en el camino.
Desde la Fundación, Flor Bonet reconoció que estos premios, que cumplen 19 años, nacieron para aplaudir lo que otros hacen para llevar el Bierzo más allá de nuestras fronteras "no podemos cambiar el mundo pero sí hacer lo que esté en nuestros manos"; apunta. Recuerda que la Fundación nació en 2008 para defender esos valores e incluso para pelear contra macroproyectos empresariales "que hipotecan la comarca a largo plazo", dijo.
La entrega de la Castaña de Oro fue el preludio del encendido de la Navidad con el árbol de botellas de Xamprada que cada año abre la puerta al Palacio para dar una imagen de postal del mismo.El empresario, José Luis Prada segura que el árbol sigue creciendo, con un metro y medio más y alcanza las 1.500 botellas. El Xamprada es un espumoso que siempre estuvo en la cabeza de José Luis Prada y que salió con la misma fuerza que cuando se descorcha, desde un nombre sonoro que se inventó Prada hasta un caldo de calidad que lleva en el mercado más de 37 años y que cuenta con reconocimientos como el Zarcillo de Oro, un Oro en el Concurso Mundial de Bruselas, entre otros, y el Xamprada Rosado un Zarcillo de Plata. Un vino ecológico que se bebe y que ilumina el Palacio. Un vino que asegura que nació con dudas en el público pero que reconoce que está destinado a ser un éxito "mezcla Godello y Mencía, si no se valora hay que ser tonto", dijo con el chascarrillo humorístico que le caracteriza.
El Palacio volvió a encender la navidad son su más de kilómetro y medio de luces leds dibujando la silueta del edificio, luces de bajo consumo que se complementan con un espectacular árbol de Xamprada que ha ido creciendo en estos años, formado por mil botellas de Xamprada. Todo unido a la colección de carruseles infantiles, con ese tren en memoria del mítico Ponferrada Villablino. Un encendido berciano, por y para el Bierzo que volvió a ser la cita ineludible con la que empezar el mes de las Navidad.