El acto vandálico de la rotura de algunas lunas de la cafetería del Temple, en fechas recientes, me trae a la memoria este espacio de la ciudad que hasta la década de los 60 era una enorme explanada sin edificación alguna. Sería a partir de 1965, con los inicios de la construcción del Hotel Residencia Temple, cuando cambió totalmente la fisonomía de esta zona urbana. Era una superficie a manera de triángulo donde un cateto sería la carretera de Orense (en la actualidad avenida de Portugal) y la hipotenusa, las vías del ferrocarril. Se trataba de un inmenso terreno ocupado en su mayoría por unos antiguos lavaderos de carbón. El año 1968 sería el aldabonazo para la conexión del barrio de Flores del Sil y poblado de la MSP con Ponferrada -como ciudad-.
Desde el puente del ferrocarril recuerdo otear en el horizonte la chimenea de la cerámica de Bodelón en pleno barrio de Flores del Sil. Más cerca, la sierra de madera de los Venancio y la Panificadora Berciana -establecimiento donde se hacía pan por procedimientos industriales, propiedad del que fuera dueño de los cincos cines de Ponferrada Adriano Morán-, como telón de fondo las viviendas del poblado de la Minero. Cerca, la nave de carbón de Primitivo. De la otra margen de la carretera de Orense se dejaba ver la silueta del chalet ocupado por el que tuviera el cargo de ingeniero subdirector de MSP en Ponferrada, Marcelo Jorissen ‘El Belga’, entre una extensa finca poblada de árboles. Dicha área corresponde y conocemos, ahora, con el nombre del parque del Temple.
La construcción de lo que llamaríamos Hotel Residencia Temple supuso un hito en la historia de nuestra ciudad y, con ello, el embrión de un barrio que llevaría el nombre de dicho negocio hostelero. Su edificación fue el resultado del sueño de un empresario con visión de futuro, el cual respondía al nombre de Pedro Barrios Troncoso que, junto a sus hermanos Telmo y Plácido -añadir una minoría de socios-, cambió el concepto de la hostelería de la ciudad. En sus primeros momentos era hotel, restaurante y cafetería. A destacar su decoración de estilo medieval con infinidad de detalles que le dieron un toque de distinción y lo diferenciaron de todo lo construido hasta esos años en Ponferrada. Fue un arduo y cariñoso trabajo colmado de detalles personales, genuinos con infinidad de detalles, en esta obra a catalogar como magna. La duración de su edificación, sobre los tres años.
Como detalles más significativos, decir que la piedra de la fachada fue traída de Carucedo y Arriondas -en Asturias- en lo que hace referencia a las piedras que formaba la acera que lo rodea de Ambasmestas. Las rejas, a imagen y semejanza de las del castillo de Villafranca, objetos de barro de la cubierta procedentes del País Vasco; la pizarra, del hall de Valdeoras; muebles antiguos del pueblo de Labor del Rey (próximo a Majarín); los cuadros que decoran las estancias del complejo hotelero serían obra del pintor José Carlos Guerra, natural de Benavente… Y, como última curiosidad, se llegarían a enterrar muebles en el suelo durante unos días con el fin de darle el aspecto de envejecimiento. El montante total de la obra alcanzaría la cifra de los 64 millones de la época, entorno a unos 385.000 euros de nuestros días. En sus comienzos tenía una capacidad para 197 posibles clientes, en 83 habitaciones dobles y 31 sencillas, con baño completo en cada una de ellas que resultaba ser un detalle poco habitual en los años sesenta.
La fecha de apertura sería la del 29 de junio de 1968, pero lo que ponemos catalogar como inauguración oficial habla del 3 de agosto al contar con la presencia, por aquellas fechas, del entonces ministro de Información y Turismo don Manuel Fraga Iribarne, natural de la localidad lucense de Villalba, que llegaría a ser vicepresidente segundo del Gobierno de España y hasta presidente de la Xunta de Galicia. Está considerado una de las figuras más longevas y relevantes del segundo franquismo y de la Transición en España. En su inauguración pronunciaría unas palabras que auguraban el papel tan importante del turismo para nuestra nación: «Los frutos del turismo en la economía española han sido transcendentales, y por eso sigue siendo el sostén más importante del balance de divisas».
Anexo al hotel, con posterioridad se levantaría una sala de fiestas-discoteca con acento francés, ‘Boite del Temple’, que, sin exagerar un ápice, marcaría a muchas generaciones, en su juventud, no solo de Ponferrada sino incluso de toda la comarca berciana y las cercanas de Laciana y Valdeorras. Es imposible dar un listado completo de los artistas españoles de primera fila de la época que pasarían por ella, pero por citar a algunos no olvido a Karina, Los Bravos, Juan Pardo, Julio Iglesias, Lola Flores, Albano y Romina Power, Mocedades, Miguel Ríos, etc. En el ámbito de ‘pinchadiscos’, luego con el término de disc-jockeys, nombrar a Amalita -que trabajaba de locutora en Radio Juventud de Ponferrada-, Rafa o Willy. Anteriormente había sido utilizado como expositor de venta de coches dado que el mencionado Pedro Barrios tuvo en la zona del Montearenas la nave de concesionario de camiones Barreiros y los vehículos Chrysler, Dodge, Simca y Talbold.
Los fines de semana, especialmente, fue un lugar de cita para multitud de jóvenes y adultos de ambos sexos para dar rienda suelta a sus deseos de diversión. A su vez supuso el inicio de una amistad o ligue que en ocasiones finalizó en una relación de pareja para llegar a la formación de una familia con el matiz de aquella época. Brillaba con luz propia la última noche del año, la Nochevieja. La gente comentaba que este establecimiento era una fábrica de hacer dinero, de tal forma que la caja de caudales del hotel no se daba cerrada.
Por su parte y paralelamente iría naciendo lo que es en la actualidad el barrio del Temple. De todas las viviendas construidas destaco dos edificios, un con el nombre de Torresol y el Edificio San José o Marpa I que, con dicha denominación, daría paso al Marpa II -en la calle Eladia Baylina-, y en lo que fue el solar del campo de fútbol de la SD Ponferradina -Santa Marta- se levantarían los Marpa III, IV, V y VI, muy próximos al parque del Plantío. Nombre formado por los apellidos del matrimonio del famoso constructor Martínez Núñez y su esposa de apellido Parra.
Podemos catalogar al barrio del Temple como joven en cuanto a sus años de vida en relación a otros barrios de ciudad y, aún así, a lo largo de la calle Ramón González Alegre -escritor nacido en Villafranca del Bierzo, 1919- se localizan servicios sociales y públicos tales como la Delegación Territorial del Bierzo, como punto de información y atención al ciudadano de Ponferrada; el IES Europa, que atiende a Educación Secundaria Obligatoria, Diversificación curricular, Bachillerato de Ciencia y Tecnología, Humanidades y Ciencias Sociales; el Centro de Salud III o la Residencia Mixta de Mayores dependiente de la Junta.
En las dos últimas décadas del siglo pasado fue el lugar escogido para disfrute del ocio y la diversión nocturna de los fines de semana por parte de la juventud -la movida de aquellos años-. La posterior elección por parte de los jóvenes de Ponferrada de lo que se llamó Gran Manzana (como nuevo espacio para la juerga) devolvió la tranquilidad y normalidad a los pobladores del barrio. También acogió una sala de proyección de películas con el nombre de multicines Lumiére.
Del otro lado del barrio, atravesada la avenida de Portugal, tras arduas gestiones por parte de la corporación municipal de Ponferrada presidida por el socialista Celso López Gavela, con los gestos de la Minero se alcanzó un acuerdo para la cesión de los terrenos que hoy conocemos como Parque del Temple. Extensión de 131.012 metros cuadrados, que dan cobijo a una abundante vegetación de pinos, mimosas, castaños y tilos que dan sombra para llevar a cabo una gran variedad de actividades, resultando ser un nuevo pulmón verde. El espacio que fuera chalet residencia del mencionado Marcelo Jorissen “El Belga” fue aprovechada en un principio para aulas del conservatorio de música Cristal Halftter, y ya posteriormente -desde 2015- acoger la sede de la Policía Municipal.
Desde el año 1999, un Caballero Templario da la bienvenida, por un lado, al barrio del Temple, Flores del Sil o al poblado de la Minero; y por otro a aquellos que se alojen en el Hotel Temple. Es una obra maestra en su género escultórico y de las más fotografiadas por turistas o visitantes de la ciudad, motivo por el cual esta plaza (rotonda) se le ha pasado a llamar Glorieta del Caballero Templario. La construcción de una pasarela peatonal -aérea- para poder superar las vías del tren ha facilitado el acceso a la zona comercial del Centro Comercial La Herrería, Aldama y avenida de la Libertad a los habitantes del Temple y MSP.